07.- 𝗗𝗢𝗖𝗧𝗢𝗥 𝗕𝗟𝗬𝗧𝗛𝗘

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—Entonces, ¿Qué es lo que le duele señora Kahnwald? —preguntó el Doctor Ward.

—He tenido males estomacales estos últimos días —dijo—. Fiebre, mucha fiebre.

—De acuerdo, ¿Comió algo pesado estos días? —anotaba algo en unas hojas.

—Bueno, comimos guisado por la visita de un familiar contestó pensativa—. ¿Tal vez fue eso?.

—Podría ser —juntó sus manos—. Necesitaré hacerle unos chequeos para comprobar.

—Oh, también podría revisar a mi hija, dice que le duelen mucho las caderas por alguna razón que no me quiere decir —le reprochó.

—Ya te dije que me caí de la cama —contestó cruzándose de brazos sonrojada y recordando como Gilbert Blythe la tomaba de las caderas y la empujaba hacia él aquella tarde.

—Claro, pero tendrá que esperar, los chequeos demoran mucho tiempo, pero Gilbert está aquí, tal vez el podría revisarla. 

La expresión de _____ cambió por completo, creyó que su novio solo trabajaba los sábados, había acompañado a su mamá al doctor porque no tenía nada que hacer, una una sonrisa apareció en su rostro.

—¡Gilbert, podrías venir un momento!

—¡Claro, un segundo! —contestó y en menos de un minuto se encontraba cerrando la puerta—. ¿Qué ocurre?

—Las Kahnwald vinieron por malestares, ¿Podrías atender a la joven? —preguntó señalándolas. 

—Si, no hay problema ―abrió la puerta—. Me serías de gran ayuda para mis prácticas.

—Sería un honor serte de ayuda —contestó la chica saliendo del lugar, Gilbert la guío hacia otro consultorio y cerró la puerta.

—Bien, siéntate en la camilla y dime en donde te duele —ordenó, _____ tomó sus mejillas y estampó sus labios con los de él en un beso necesitado, se separaron por la falta de aire, dejó sus manos en su cintura—. ¿No te duele nada, verdad?

—Solo mi vagina por tu falta de atención —contestó y otro beso se volvió a formar.

—Puedo ayudarte con eso —dijo, la encaminó hacia la camilla y la sentó. La rubia abrió sus piernas dejando espacio para que Gilbert se acomodara en ellas, la lengua de Gilbert lamió el labio inferior de la castaña, separó sus labios aceptando el permiso del chico para así comenzar una guerra entre ellas, un hilo de saliva se formó al separarse del beso.

—¿Aun te sigue doliendo? —preguntó con una sonrisa ladina con sus manos en la cintura de la chica.

—Mmjum, aun me duele mucho —respondió inocente haciéndole ojitos, Gilbert pareció pensarlo.

—Bueno, ¿Qué tal si te quitas tu falda para poder revisarte?

—Lo que usted diga Doctor Blythe —puso sus manos en el cierre del costado izquierdo de la falda, lo desabrochó y dejó caer la prenda quedando en los pies del azabache, el chico procedió a hacer un lado sus bragas y jugar con su clítoris por unos minutos, la chica cerró sus ojos dejándose llevar por el placer, Gilbert lamió dos de sus dedos y los introdujo lentamente en la vagina de la chica el dulce y débil gemido que dió la castaña hizo sonreír al ojiverde. 

Empezó a meter y a sacar mientras dejaba pequeños y húmedos besos en el cuello de su novia, los jadeos y gemidos que le regalaba Kahnwald eran música para sus oídos.

—¿Todavía te duele? —preguntó con la voz ronca de la excitación.

—Un poco —contestó con dificultad

—Tal vez algo más grande podría detener el dolor. 

Blythe sin pensarlo dos veces, desabrochó su pantalón y de su ropa interior sacó ese gran miembro y lo introdujo lento creando una sensación placentera en ambos, _____ soltó un gran gemido que fue callado por los labios de Gilbert, colocó su manos en sus caderas y la castaña enredó sus piernas en la cintura del susodicho, comenzó a empujarse contra ella en un vaivén, las manos de la chica fueron a los hombros del ojiverde. 

La rubia soltó otro gran gemido avisando que ya había llegado al orgasmo, Gilbert salió de ella y sintió como la mamo de su chica tomaba su pene y le hacia una paja, unos minutos después, se había venido en la mano de su novia.

—¿Ya no te duele? —preguntó suspirando.

—No —le dió un beso corto—. Es un gran doctor, joven Blythe.

—Y usted una gran paciente, señorita Kahnwald —contestó y ambos se sonrieron.

Después de limpiar y acomodarse la ropa salieron del consultorio encontrándose con el Doctor Ward y la señora Kahnwald conversando.

—Oh, ¿Ya estas bien? —preguntó su madre. 

—Si, ¿y tú? —miró de reojo a Gilbert y su madre asintió. 

—¿Qué era?

—Solo era un pequeño hematoma, le puse una crema y con el tiempo debe pasar el dolor —contestó Gilbert con una sonrisa. 

—Muy bien, muchacho —le felicitó el Doctor Ward.

—Gracias, Gilbert.

—Si, muchas gracias, Gilbert —dijo la menor y lo abrazó—. Ven a mi casa mañana, mi mamá saldrá con la señora Barry —susurró y le dedicó una sonrisa, Gilbert la vio salir embobado y el Doctor Ward se limitó a soltar una carcajada por el sonrojo del chico.

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27/01/2024













Este one shot fue anteriormente publicado en 2020.


𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ↻ gilbert blythe © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora