12.- 𝗦𝗣𝗟𝗢𝗦𝗛𝗜𝗡𝗚

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Basado en la actualidad.


Era día de descanso en su universidad, aún seguían encerrados y evitaban salir de su apartamento en Toronto para tratar de no contagiarse, aunque esta vez era muy necesario. Muy necesario. Habían regresado del super mercado con muchas bolsas, algunas traían lo básico y una especialmente llena de cosas esenciales.

Gilbert estaba acostado en la cama que compartían, desnudo únicamente con el bóxer puesto y tenía una venda en los ojos que tapaban su vista, tenía una sonrisa de oreja a oreja y abría y cerraba sus manos impacientemente, lo estabas haciendo esperar y eso le ponía los nervios de punta. Tú estabas al otro extremo de la cama desnuda mientras que con una pala de cocina te untabas jarabe de chocolate alrededor de tus senos, eran firmes y redonditos y eso volvía loco al aspirante a doctor, abriste un paquete de fresas, tomaste una y la bañaste en chocolate sujetándola del tallo.

—¿Te falta mucho, nena? —preguntó impaciente, tenía la voz más grave debido a la excitación y su tono de voz desesperado te hizo reír.

—Ya —dijiste, pasaste una pierna por el regazo del pelinegro sentándote en sus muslos, puso sus manos en tus caderas acercándote más a él, bajó sus manos a tu trasero y dio un fuerte apretón haciéndote jadear—. Calma, fiera —llevaste la fresa que anteriormente habías bañado en chocolate hacia tu boca dándole un mordisco a la punta—. Abre la boca —ordenaste, hizo lo que le pediste y de un momento a otro sintió el sabor dulce y fresco de la fruta, se la comió rápidamente.

Desataste la venda de sus ojos y no perdió tiempo en besarte, acarició con su lengua tu labio inferior y tu abriste la boca sacando tu lengua para que peleara con la de Gilbert, se acariciaban mutuamente mientras las manos del rizado apretujaban tu trasero. Rompieron el beso debido a la falta de aire en sus pulmones, un pequeño hilo de saliva se formó en sus labios, pero se destruyó al momento en que te alejaste para tomar dos pequeños platos que contenían chispitas de colores comestibles y nueces, pusiste las opciones en frente de tu pecho haciendo que el ojiverde bajara la mirada.

—¿Cuál quieres, las de colores o las nueces? —preguntaste en un tono inocente, Gilbert te sonrió.

—Sorpréndeme —besó tu frente y se hizo para atrás para darte espacio, tomaste un puñado de las chispas de colores y las esparciste por tus senos. Los ojos de Blythe estaban fijos en tus pechos, viendo como las chispitas se pegaban debido al jarabe pegajoso de chocolate en tu cuerpo. Tomó tu mano deteniéndote y acercó sus labios a tu cuello, comenzó a esparcir besos hasta llegar a tus tetas donde empezó a lamer.

Su lengua se paseaba por tu areola enviándote sensaciones placenteras, recogía todo rastro de chocolate y chispitas, saboreaba tu piel cubierta de esa sustancia dulce y pegajosa, mordía tu pezón haciéndote gemir. Te estiraste para alcanzar el paquete de fresas y sacaste una llevándotela a la boca para apaciguar tus gemidos y jadeos. Gilbert llevó sus manos a tus senos apretándolos, se llevaba uno a la boca para lamerlo y luego lo cambiaba por el otro haciendo lo mismo; lamía en medio de tus pechos y jugaba con tú pezón, te dio una fuerte nalgada haciéndote pegar un pequeño salto.

Te sujeto de la cintura y te hizo bajar de su regazo para poder pararse y bajarse el bóxer, te tomó de los tobillos y te jaló hacia él, se acercó a ti y deposito un beso en tus labios, agarró la lata de la crema de batir y comenzó a agitarla, se agachó hasta quedar a la altura de tu coño, el cual brillaba por lo mojada que estabas, abrió la lata y comenzó a esparcir toda la crema de batir por tu vientre, muslos internos, ingles e hizo un pequeño cono en tu vagina.

Acercó su rostro y comenzó a lamerte, primero te limpió el vientre, te hacía cosquillas con sus dientes y tu suspirabas pesadamente cuando sentías su húmeda lengua saborearte, lamió tus muslos e ingles y al final atacó tu sexo, estimulaba tu clítoris y con sus dedos acariciaba tus pliegues, mordió suavemente el clítoris haciéndote jadear y gemías cuando sentías su respiración pesada en tu núcleo. Introdujo un dedo sintiendo como tus paredes se apretaban y luego hundió otro más, metía y sacaba. Su lengua daba círculos alrededor de aquél botón de placer.

Enredaste tus dedos en sus rulos y tirabas de ellos cada vez que sus dedos entraban y salían de ti, llevaste una mano a tu seno derecho y lo apretaste frunciendo tu ceño y abriendo tu boca para dejar salir un gemido.

Gilbert... mhmj, no pares —gemiste al sentir como sus dedos salían de ti y daba un fuerte lengüetazo. Subió hasta quedar a tu altura y tomó una de las fresas mordiéndola, se escuchó el crujido del mordisco y tú atrapaste tu labio inferior entre tus dientes.

—Date la vuelta, preciosa —susurró en tu oído. Rápidamente te giraste poniendo tu pecho en el colchón y alzando tu trasero hacia su dirección, dio una sonora nalgada en tu glúteo izquierdo haciéndote sonreír. Sentías su erección palpitante, comenzaba a chorrear líquido preseminal; se posicionó detrás de ti y tomó su miembro dirigiéndolo a tu entrada, ingresó fácilmente y no tardó mucho en encontrar tu punto G. Se concentró en golpear ahí mientras soltaba leves gemidos, movías tus caderas al compás de sus estocadas, palmeaba tu trasero de vez en cuando.—. Eso, nena, sigue así— llevó sus grandes manos a tus caderas y comenzó a hundirse más en ti.

Sentías sus bolas golpear ligeramente tu clítoris, lamió sus dedos y los dirigió a tu coño estimulándote, se detuvo un momento para voltearte y ahora estabas enfrente de él, llevó una de tus piernas y la depositó en uno de sus hombros, sujeta tu pierna dejando besos en ella mientras se empujaba más dentro tuyo, tomaste la mano que sujetaba tu cintura y llevaste dos de sus dedos a tu boca chupándolos, su mirada se oscureció aun más al verte lamer sus dedos, emitías sonidos pornográficos y eso le ponía. El choque de sus pieles y tu sabor aun en sus papilas gustativas lo alentaban a dar todo de él.

—Gilbert... m-me voy a correr... —sacó sus dedos de tu boca y los llevó a tu clítoris estimulando rápidamente, comenzaste a lloriquear del placer, bastaron unas embestidas más para que alcanzaras tu orgasmo, soltaste un fuerte gemido con su nombre de por medio, salió de ti y comenzó a bombear rápidamente su longitud, gruñía y gemía hasta que su liberación lo alcanzó regándose por todo tu abdomen y pechos, hizo a un lado la comida restante y se acostó al lado de ti, te acercó a su pecho abrazándote por la cintura.

—Lamento haberte llenado de semen, muñeca ―dijo riendo mientras acariciaba tu hombro. 

—No te preocupes —te acurrucaste en su pecho—. Ya me acostumbré —ambos rieron.

—Ven —te tomó en brazos y se levantó llevándote hacia el baño donde abrió el grifo de la regadera—. Déjame bañarte —murmuró besando tú hombro, tomó la esponja azul que tenías y le echó jabón empezando a tallar tu espalda enjabonándote.

Gilbert podría ser rudo a la hora del sexo, pero fuera de ahí, es el chico más dulce y tierno y en serio te encantaba que fuera así.

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30/01/2024













Este one shot fue anteriormente publicado en 2021.

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ↻ gilbert blythe © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora