Detras de las ventanas de tu amor

76 8 7
                                    

Hola, finalmente he vuelto con la segunda parte de Todo por Riki. Si no la has leído, puedes seguir desde aquí, te aviso que se tratará constantemente temas delicados relacionados a violencia psicológica, física y sexual que Iason infringio a Katze, mientras lo tenía encerrado en una habitación de su casa.
Esta es una historia larga, llena de momentos emotivos de sanación, amor y fortaleza.

Recuerda que en el epílogo de Todo por Riki, Katze "abrió los ojos" y se "encontró" con Raoul.

---------‐---‐‐--------------------------------------------
Katze fue el primero en romper el abrazo pero no se alejó de Raoul. Lo sostuvo por los hombros y pasó las manos por sus brazos, en caricias reconocedoras sin dejar de mirarlo entre sus propias lágrimas.

Raoul aún lo ceñía por la espalda, queriendo repetir el ansiado abrazo pero no lo intentó, mentiría si negaba su temor a provocar que Katze se cerrara en sí mismo de nuevo. En cambio, prefirió secar sus lágrimas sin dejar de sonreírle.

- Hablaste, mi amor – dijo Raoul – Estoy tan contento.

-Estás… vivo… y estamos juntos.

Katze suspiró bajando la mirada, era confuso para él asumir y discernir que estaba de pie delante de Raoul ¿Cuánto tiempo estuvo encerrado en la perdición de su mente? Sintió una inesperada debilidad en las rodillas… fue como un ejercicio exagerado por parte de su mente armar un pensamiento.

-Mejor nos sentamos ¿Está bien? – propuso Raoul al percatarse que Katze se aferraba buscando apoyo antes de caer.

-Sí – murmuró simplemente.

Raoul le corrió la silla y lo ayudó a sentarse, se dio cuenta que Katze miraba las viandas sobre la mesa.

- Traje algo de fruta y… ¿Quieres algo en específico? – disfrutó en demasía hacer preguntas que recibirían respuestas. Esperó durante mucho tiempo que la terapia funcionara y de sus labios saliera una voz audible.

-En realidad, no tengo hambre – respondió mirando a su alrededor con atención. Como notando dónde estaba por primera vez – ¡Pero, sí! Tengo sed y muero de calor – pasó a abrir los primeros botones de su ropa, era una prenda cómoda parecida a una pijama.

Raoul se contuvo de abrazarlo, besarlo o gritar de felicidad al escuchar frases tan bien armadas y coherentes. Sincronización de manos con su objetivo y lucidez en sus ojos dorados.

-Raoul… si continúas mirándome así, yo… – Katze se mordió el labio y prefirió desviar la mirada hacía el jardín, se sentía a punto de ser sobrepasado por las emociones que contenía en su pecho – Ha sido difícil ¿Verdad?

Raoul le acarició el cabello y la mejilla, le tocó el mentón para alzarle el rostro y lograr que se miraran. Cada movimiento fue suavemente dirigido. Katze no se resistió.

-Estás vivo, Raoul – dijo Katze cuando conectaron miradas, algunas lágrimas fueron incontenibles – Todo… durante… – quería decir “por un tiempo” pero era complicado para su mente establecer una línea temporal – Creía que estabas muerto, que no te volvería a ver… y yo estaba… “perdido” o “atrapado”. Y tam... lueg…

Raoul se levantó de su asiento, y lo abrazó a su pecho al notar que empezaba a agitarse.

-Sí, amor. Ha sido difícil – habló con calma pero seguridad, aliviado que Katze se abrazara a él y no lo alejara – Estoy cuidándote ahora y nada malo nunca más volverá a sucederte.

-¿Qué me sucedió? ¿Estoy loco? – era una pregunta completamente válida a pesar de ser dura – Raoul…

Lo contuvo en su abrazo sintiendo que comenzaba a temblar.

Todo por míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora