Capítulo 11: Actrices

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La mañana siguiente llegó sin rastro de Chiara. Ni en el camarote ni en el desayuno se dejó ver. El enfado inicial de Violeta comenzaba a ser casi imperceptible en comparación con la creciente preocupación que se apoderaba de ella. La pelirroja se preguntaba cómo era posible que una persona desapareciera en un barco, un espacio aparentemente limitado.

Además de la inquietud, también experimentó una ligera decepción. Chiara no había cumplido con su especie de no-promesa de quedarse en la habitación para protegerla. 

Con el corazón encogido por la ausencia de Chiara, Violeta se encaminó al camarote del capitán después del desayuno.

Golpeó suavemente la puerta y, al recibir el permiso para entrar, se encontró con el rostro serio de Guix.

- Capitán, disculpe la interrupción, pero... ¿ha visto a Chiara? Lleva sin aparecer desde ayer al despertar.

Guix, asintiendo levemente, le indicó a Violeta que tomara asiento.

- La vi ayer, después del desayuno. Tuvimos una charla en mi despacho, tratamos de aclarar las cosas.

Violeta, notando la seriedad en las palabras del capitán, se apresuró a preguntar:

- ¿Y cómo fue la charla? ¿Te disculpaste?

- Sí, me disculpé con ella, Violeta, pero Chiara no es de las que aceptan las disculpas fácilmente. Ambos somos testarudos a nuestra manera. Además, también sacamos a relucir asuntos del pasado.

Violeta, intrigada, indagó:

- ¿Del pasado de Chiara? ¿Qué tiene eso qué ver?

Guix, mirándola con calma, le respondió:

- No me corresponde a mí contar su historia. Chiara tiene sus razones para cerrarse cuando el pasado resurge. Es por ello que permíteme decirte que tienes que disculparla por desaparecer así. Su manera de protegerse a veces la lleva a aislarse.

- Entiendo que Chiara sea reservada, pero aislarse no le hace ningún bien. Prácticamente deja de comer y reprime todos sus sentimientos.

- Tienes razón, Violeta. Pero cambiar las cosas a estas alturas es difícil. Chiara siempre ha sido así, reservada y con dificultad para confiar en los demás.

- Tal vez solo necesita a alguien en quien pueda confiar plenamente. Estoy dispuesta a ser esa persona para ella.

- Ojalá lo consigas. Chiara necesita a alguien así, y yo, lamentablemente, he fallado en ser esa persona para ella...

Violeta agradeció al capitán por la información y se retiró del camarote con determinación. Sabía que ayudar a Chiara no sería fácil, pero estaba decidida a intentarlo.

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Violeta, después de la conversación con el capitán, se dirigió a sus clases, pero durante todo el día estuvo algo distraída, dándole vueltas a cómo podría acercarse a Chiara. Finalmente, llegó el turno de su última clase.

Para su sorpresa, a los cinco minutos de empezar con la lectura, se abrió la puerta y apareció la dueña de sus pensamientos: Chiara.

Todos se voltearon a verla, al notar cómo Violeta había perdido el hilo de la escena que estaba interpretando con Paul. 

- Alfonso, por favor, continúa tú con la lectura con Paul. Serás una buena Julieta. Ahora vuelvo.

Se acercó a Chiara y la tomó del brazo, llevándola fuera de la biblioteca. Sin entender del todo por qué, Violeta sintió el impulso de abrazar a Chiara y así lo hizo. Chiara, sorprendida al principio, finalmente aceptó el gesto. 

Destinos a la deriva / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora