Capítulo 15: Valiente

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Chiara y Violeta llegaron juntas al bar, entrelazadas de la mano como si fueran inseparables. Al acercarse a la mesa donde estaban Paul, Omar y Lucas, los tres intercambiaron miradas divertidas, evidenciando el contraste al ver a su amiga tan apegada a Chiara después de su aparente distanciamiento.

- ¡Hola chicos! - saludó Chiara con una sonrisa relajada. - Aquí os dejo a Isabel. Cuidadla bien, ¿de acuerdo? Luego pasaré a recogerla.

Violeta sonrió plenamente mientras veía cómo la otra se alejaba. Cuando ésta finalmente desapareció, sus amigos no tardaron en hacer preguntas, expresando su asombro por la repentina reconciliación entre ambas.

- Bueno, ¿qué? - preguntó Paul con una sonrisa traviesa.

- ¿Qué de qué? - respondió todavía una anonadada Violeta.

- Oh vamos, no te hagas la interesante. Llevabais días sin dirigiros prácticamente la palabra y de repente aparecéis juntitas, así que ve largando. ¿Qué ha pasado entre vosotras? - insistió Lucas.

- Ay chicos, no ocurrió nada importante. Solo hemos vuelto a reconectar, eso es todo. No me seáis cotillas. - finalizó Violeta, después de ruborizarse ligeramente.

Los muchachos, contentos de ver a Violeta feliz y de nuevo cerca de Chiara, se dieron por satisfechos, por lo que cambiaron de tema y se sumergieron en otras conversaciones. 

Mientras tanto, Violeta no podía apartar la mirada del lugar por donde Chiara se había marchado, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

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Chiara sabía perfectamente donde encontrar al capitán. Él no estaría en el bar del hostal como el resto de sus marineros, así que se encaminó hacia allí...

Una vez llegó al burdel, entró con la confianza de quien conoce cada rincón del lugar. Los dos hombres robustos que hacían de seguridad le saludaron con una sonrisa amistosa al reconocerla. Era evidente que ella era una figura conocida y respetada en aquel ambiente.

Mientras se abría paso entre las chicas y los clientes, Chiara devolvía los saludos con cortesía, pero sin detenerse demasiado. 

Finalmente, llegó al reservado donde había supuesto que encontraría al capitán. Con un gesto brusco, corrió las cortinas y se encontró con la escena que esperaba: el capitán Guix y Noemí, la dueña del local, compartiendo risas mientras fumaban algo que Chiara no pudo determinar con certeza.

- Buenas noches -saludó Chiara con voz tranquila pero firme, entrando en el reservado con paso decidido.

Guix se volvió hacia ella con una amplia sonrisa, se notaba que iba algo perjudicado. 

- Chiarita, qué grata sorpresa. - dijo con jovialidad, levantándose para saludarla con un apretón de manos. - ¿Qué te trae por aquí? ¿No estabas con Isabel?

- Ella está con los chicos, pero yo tenía algunas cosas que discutir contigo - respondió Chiara, ahora sí con seriedad.

Noemí, la dueña del local, les ofreció un gesto amistoso con la cabeza. 

- No os preocupéis por mí, chicos. Podéis hablar tranquilos. - dijo, antes de deslizarse elegantemente fuera del reservado, dejándolos a solas.

- Manuel, ¿desde cuándo nos ocultamos información el uno al otro? 

Al escuchar su nombre y la gravedad de la pregunta, el capitán se incorporó, con una expresión de preocupación. 

- ¿De qué estás hablando, Chiara? - respondió, tratando de comprender la naturaleza de la conversación.

Destinos a la deriva / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora