-Capitulo 2-

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La campana de la escuela marcó el final de las clases, Seojun y Jiyeon se escondieron discretamente para despedirse. Se abrazaron tiernamente, sabiendo que su relación debía mantenerse en secreto debido a las restricciones impuestas por la familia de Seojun.

En el momento en que sus labios se encontraron en un beso de despedida, la expresión alegre de Jiyeon se desvaneció al percatarse de la presencia de la madre de Seojun. La cara de la mujer, inicialmente radiante, se transformó en un gesto de desaprobación.

Seojun y Jiyeon se separaron rápidamente, y ella se retiró. Seojun, evitando el contacto visual con su madre, miró hacia el horizonte como si estuviera absorto en el paisaje. La madre subió al auto en silencio, sin decir una palabra.

El viaje de regreso a casa fue silencioso, con una tensión palpable en el aire. Seojun se aferró a la esperanza de que, con el tiempo, su madre pudiera comprender la autenticidad de su relación con Jiyeon, mientras que Jiyeon se aferró al recuerdo del cálido abrazo antes de que todo cambiara.

La tarde caía y Jiyeon llegó a su modesta casa, notando el lujoso auto estacionado frente a ella. Con resignación, sabía que este momento llegaría tarde o temprano. La mamá de Jiyeon, cuyo nombre era Soo-Min, la llamó con seriedad.

Soo-Min: "Tenemos que hablar, Jiyeon."

Entraron a la casa, y en la sala se encontraban los padres de Seojun, el padre de Seojun, llamado Minho, y la madre de Seojun, Eun-Ji. Seojun no estaba presente, ajeno a la reunión que estaba teniendo lugar.

Minho, con un tono serio, se dirigió a los padres de Jiyeon: "Entendemos que Jiyeon tiene una relación con nuestro hijo. Para asegurarnos de que no interfiera en el futuro de Seojun, hemos decidido ofrecerles una oportunidad única."

Eun-Ji añadió: "Pagaríamos sus estudios en una prestigiosa escuela en el extranjero, lejos de Seojun. A cambio, esperamos que Jiyeon se comprometa a alejarse de la vida de nuestro hijo."

Los padres de Jiyeon, sintiendo la presión de las circunstancias, titubearon. Minho extendió un sobre con un montón de millones de wones.

Minho: "Además, esto es para su comodidad. Con la oferta, incluso podrían abrir su restaurante allá y brindarle a su esposo oportunidades de empleo."

Jiyeon, conteniendo las lágrimas, rogó a sus padres: "No lo acepten, por favor. No puedo vivir sin Seojun."

Los padres de Jiyeon, ante la perspectiva de un futuro supuestamente mejor, asintieron con pesar. Jiyeon, con tristeza, se retiró a su cuarto, azotando la puerta, mientras los padres de Seojun cerraban el trato, sellando así la separación forzada entre los dos enamorados.

Aveces el destino se divide en dos caminos distintos, tienes que aprender a vivir y no acostumbrarte a algo que muy pronto desaparecerá.

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