Fuertes brazos de rugby (Heartstopper)

Capitulo XXIII - La ley de Murphy

Charlie estaba felíz.

Había tenido uno de esos sueños reparadores en que uno olvida por completo lo que soñó pero recuerda a la perfección que fue un sueño felíz.

Sintió los rayos del sol acariciando su rostro y se dió la vuelta hacia el otro lado de la cama para poder dormir un poco más. Repentinamente su mano chocó contra la gran masa de músculos que era su novio y que se encontraba durmiendo del otro lado de la cama.

Nick lo jaló hacia él, atrapándolo en un fuerte abrazo inconsciente mientras seguía profundamente dormido. Por un momento, Charlie se dejó llevar por la cálida sensación y se preparó para seguir durmiendo cuando la comprensión lo golpeó súbitamente.

Sus ojos se abrieron como platos al notar la claridad del día.

Con absoluto terror, giró su cabeza para ver la hora del despertador.

10:55 am.

"Mierda" exclamó Charlie intentando inútilmente liberarse del abrazo de oso en que estaba envuelto "¡Mierda! Mierda Mierda, Nick despierta"

Nick murmuró algo ininteligible y lo atrajo aún más cerca.

"¡Nick!" suplicó Charlie empujándolo "Despierta, se nos ha hecho tarde"

"Silencio, estoy durmiendo" gimoteó Nick dándose la vuelta contra las sábanas.

Charlie lo golpeó en el hombro. Nick abrió un ojo vacilante y aflojó el abrazo para estirarse perezosamente. Charlie aprovechó ese momento para saltar fuera de la cama pero desafortunadamente tropezó contra el lío de sábanas y cayó al piso.

"Cariño que demonios..." murmuró Nick tallándose los ojos, todavía luchando por comprender que estaba pasando.

El sonido fuertes golpes en la puerta interrumpió su pregunta.

"¡Charlie!" gritó su madre desde el otro lado de la puerta, intentando abrirla "Es tarde, el desayuno ya está listo"

Charlie palideció. Nick abrió los ojos desmesuradamente, repentinamente comprendiendo la gravedad de la situación.

"Mamá un momento, me estoy cambiando de ropa" dijo Charlie con voz ronca y temblorosa.

"Charlie" insistió su madre tocando la puerta" tenemos una política sobre puertas cerradas con llave en esta casa ¿recuerdas?" se escuchaba realmente molesta.

"Lo sé mamá" gritó Charlie exasperado "Pero estoy literalmente intentando ponerme los calzoncillos"

Nick salió de la cama lo más rápido que pudo y recogió su ropa que estaba esparcida por toda la habitación, mientras Charlie se ponía a toda prisa un pantalón y una camiseta.

Nick intentó encontrar un escondite, pero era imposible. La cama era demasiado baja y el clóset no tenía suficiente espacio. En un momento de pánico, lanzó una mirada a la ventana, valorando la situación. Charlie lo reprendió con la mirada, susurró un "Ni siquiera lo pienses" y le indicó a señas que se pusiera atrás de la puerta, junto al closet, de manera que si su madre abriera la puerta no pudiera verse.

"¡Charlie!" gritó su madre una vez más.

Charlie se aproximó a la puerta y le hizo un ultimo gesto de silencio a Nick antes de abrirla, pero solo lo suficiente para que su madre pudiera verlo.

No la dejó entrar.

"¿Qué es todo ese escandalo?" preguntó Charlie con la voz más calmada que pudo encontrar. Sentía su corazón latir con fuerza.