Charlie Spring odiaba el calor.
Estaba recostado en una hamaca bajo un gran roble frente al pórtico de la cabaña, con un libro en la mano y un vaso de limonada vacío, intentando inútilmente poner atención a su lectura. Sería idílico en cualquier otra circunstancia, pero estaban en una ola de calor en Kent no vista en los últimos cuarenta años.
Cuando intentó leer por cuarta vez la misma oración, frustrado, se levantó de la hamaca con dificultad, con dirección a la cocina a buscar algo más de beber.
Colocó hielo en un vaso y vació un poco de la limonada que estaba en una jarra sobre la isla de la cocina. Revolvió la mezcla con un poco de azúcar y miró por la ventana.
Su novio Nick estaba afuera regando las plantas del jardín, justo frente a el. Llevaba unos ajustados (y muy cortos) shorts Nike de color rojo y una tank top sin mangas con una carita feliz. Tenía gafas de sol y unos audífonos. Una gran sonrisa adornaba su rostro mientras bailaba y regaba las plantas al ritmo de la música que estaba escuchando.
Charlie lo observó con una sonrisa. A su novio no solo no le importaba realizar las tareas del jardín a pesar del horrendo calor en que se encontraban. También las disfrutaba. En las ultimas semanas había descubierto que le encantaba la jardinería y se había obsesionado totalmente con el tema.
El buen humor de Nick lo contagió de inmediato. Se preguntaba si algún día se acostumbraría a que tremendo chico fuera su novio. Era literalmente un Golden Retriever. Decidió prepararle una limonada también, pero el proceso se vio interrumpido cuando Nick lanzó la manguera al suelo y se deshizo de su camiseta en un lento pero hábil movimiento.
Charlie observó fijamente como su musculoso novio se limpiaba el sudor de la frente con la camiseta, y luego como se agachó a levantar la manguera y roció un poco de agua sobre su cuello para refrescarse. Las gotas de agua resbalaron por su pecho definido hacia su estómago, perdiéndose en los pliegues de su ropa interior.
Fué demasiado.
Charlie derramó el vaso de la limonada. Sintió una ola de calor extendiéndose por su pecho, y no tenía nada que ver con los casi 40 grados de temperatura.
Mientras limpiaba el desastre, se preguntaba avergonzado si algún día dejaría de impresionarse por lo brutalmente sexy que era su novio.
Cuando terminó, colocó las limonadas en una bandeja y salió de vuelta hacia el jardín.
Nick lo vío acercarse y le dirigió una sonrisa, quitándose los audífonos.
"Oye, señora de las plantas ¿Te gustaría un poco de limonada?" preguntó Charlie devolviéndole la sonrisa.
"Dios, si" respondió Nick ensanchando la sonrisa "Gracias chiquito"
Nick bebió la limonada de un solo trago.
"Vaya" dijo Charlie "Si que tenías sed"
"Uff si" dijo Nick con la respiración entrecortada "El día esta realmente caliente"
"Tú estás realmente caliente" murmuró Charlie para sus adentros.
"¿Quieres un poco más?" fué lo que dijo en su lugar, extendiéndole su propio vaso de limonada.
"Gracias" dijo Nick dando un trago esta vez mas pequeño "¿Cómo vas con tu lectura?"
"Pfff, mal" murmuró Charlie "Hace demasiado calor. No puedo concentrarme"
"Lo sé" dijo Nick terminando su segundo vaso de limonada vacío sobre la bandeja. Abrió la llave de la manguera y continuó regando las plantas "Tal vez deberías, ya sabes..."
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Fuertes brazos de rugby (Heartstopper)
FanfictionNick y Charlie deciden llevar su relacion al siguiente nivel. Las cosas se ponen realmente calientes.