Fuertes brazos de rugby (Heartstopper)

Capítulo XXXVII - Find You

La historia de Nick y Charlie en un universo ligeramente alterno. Que la disfruten ;)

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Nick no estaba seguro del por qué le tomó tanto tiempo fijarse en Charlie Spring. Tal vez porque solamente era otra persona normal en la escuela, del grupo de estudiantes menores que solían pasar desapercibidos por ser demasiado introvertidos. Y luego estaba la regla de no tener amigos que no fueran de tu grupo. Nick se preguntaba quién había inventado esa regla tan tonta. Un pendejo de seguro. Pero al final así era como funcionaban las cosas en la secundaria Truham Grammar.

Nick siempre había pensado en Charlie (si alguna vez pensó en él) como una pálida sombra atrapada y sin salida entre las sombras más oscuras. Charlie era muy bueno en Química y Matemáticas, y tenía fama de correr muy rápido, pero nada del otro mundo.

Fue hasta su penúltimo año en la secundaria cuando las cosas se pusieron confusas para Nick. El profesor que impartía las tutorías tuvo un problema y tuvo que mudarse de la ciudad. Los otros profesores sabían tanto de tutorías como una papa, por lo que decidieron que los alumnos darían la clase con la guía de algunos adultos voluntarios. Era una original propuesta, pero requería de una gran responsabilidad para que los alumnos completaran el programa.

Dividieron a los alumnos en parejas para trabajar en equipo. No amigos, no nada, completos desconocidos. De esa manera, Nick terminó de compañero con Charlie en la clase de tutorías.

-Hola,- dijo Chalie cuidadosamente en el primer día de la clase cuando Nick se deslizó en el asiento a su lado.

-Hola - respondió Nick con tono amistoso. Supuso que no había ningún sentido para no ser amigable con el chico, que era mucho más atractivo de lo que Nick recordaba. De hecho, no podía recordar haberlo visto de tan cerca antes.

Se estudiaron mutuamente, con cuidado. Charlie tenía el cabello de color obscuro, alborotado y frecuentemente un mechón caía sobre unos de los ojos claros, forzándolo a levantar una de sus manos para acomodar el cabello con sus dedos, o a que moviera su labio inferior y soplara un poco para quitarlo de su vista.

Nick observó con interés mientras Charlie acomodaba sus cosas, admirando la curva de esos labios mientras se movían. Los siguió mirando incluso mientras habló.

- Esta clase va a ser aburrida como el infierno, ¿verdad?

Nick asintió, con una sonrisa ladeada.

-Probablemente.

Dejó de mirar a su nuevo compañero de estudio sólo para concentrarse en el nervioso chico que se encontraba al frente de la clase, un muchacho inteligente cuyo intelecto estaba eclipsado por su completa incapacidad para expresar una frase coherente. Nick suspiró.

Por el resto de la clase miró discretamente a Charlie, que era mucho más interesante que la clase de tutoría. Tenía unos pómulos finos y una nariz afilada, ligeramente puntiaguda. Su barbilla era un poco sobresaliente, pero eso solamente hacía que su rostro pareciera más fino, como sea, pensar así de Charlie era una receta segura para el desastre.

Se forzó a sí mismo a concentrarse en el chico de enfrente, que trataba de explicar el concepto y estudio de la clase, pero el excesivo uso de los 'um' y su molesto hábito de torcer la punta de su corbata hizo que su atención regresara a Charlie, esta vez para observar con fascinación sus manos. Manos que garabateaban en la libreta.

Los dedos de Charlie eran largos y delgados, con unos nudillos que solamente podrían ser descritos como besables. Nick se removió incómodo cuando se dio cuenta de a dónde se dirigían sus pensamientos. Hacía más de un año que se había percatado de que los chicos eran igual de interesantes que las chicas, cuando sus sueños y fantasías las protagonizaba con otro chico, aunque usualmente se inspiraba con las fotografías de algunos jugadores de rugby.