Capitulo XXXIV - Campamento 3/4

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Nick sonrió somnoliento al sentir la cálida boca de su novio envolviéndose gentilmente sobre su erección matutina. 

Sentía que había pasado una eternidad desde la ultima vez que Charlie le había dado una mamada y no podía estar mas feliz. Sin duda despertar así era una de sus cosas favoritas.

"Joder Charlie" Gimió Nick "Me encanta lo que haces conmigo amor, eres increible" dijo enredando sus dedos en el cabello corto de su novio bajo las sábanas.

"Soy Sam" murmuró una voz muy diferente a la que esperaba escuchar, apareciendo el chico rubio debajo de las sábanas entre las piernas de Nick en lugar Charlie.

El pánico se apoderó de el al darse cuenta de que no era su novio el que estaba haciéndole sexo oral.

Y gritó.

Despertó sobresaltado, sudando frío y con un grito atorado en su garganta. 

Había tenido la más horrible pesadilla.

Le tomó un segundo recuperar la respiración y darse cuenta donde demonios estaba. Parpadeó con la claridad filtrándose a través de la casa de campaña y después giró la cabeza para encontrar a un chico de cabello rubio acurrucado contra su hombro.

Maldita sea, Sam. 

Empujó al chico lejos  de el y se apartó rápidamente sin importarle demasiado cuando la cabeza del Samuel se golpeaba contra el suelo. Nick buscó a Charlie a su alrededor, pero no estaba a la vista. Ni tampoco Aled. ¿Se habrían quedado despiertos toda la noche?

-¿Nick?- murmuró Sam somnoliento, sobándose la cabeza donde se había golpeado. 

Nick lo ignoró  completamente y se levantó. Salió de la tienda y fue hacia donde había estado la fogata. Y encontró dos bolsas de dormir una al lado de la otra al costado de unas cenizas humeantes. 

Nick soltó un suspiro de alivio. Había temido que Charlie continuara su viaje y los dejara antes del amanecer. Pero había temido más que entrara a la casa de campaña y viera Sam acurrucado a su lado.

Tiritó de repente cuando sintió el frío. Se puso un suéter más y fue a buscar ramitas para encender más fuego.

Las llamas estaban resplandeciendo cuando Charlie se removió en el suelo. Nick se había situado muy cerca de su chico así que miró hacia abajo y le dedicó una sonrisa y fue recompensado con una sonrisa soñolienta que hizo a su corazón agitarse.

"Bueno días, principe" ronroneó Nick con voz suave y de verdad que deseaba tener más valor para inclinarse y darle un beso, pero le detenía el miedo al rechazo  "¿Quieres que te caliente?"

La sonrisa se ensanchó y los ojos azules de Charlie brillaron y se abrieron desmesuradamente, sonrojándose. 

"Buenos días" dijo sobándose los ojos con las palmas de las manos "¿Qué estás calentando?"

"Solo un poco de té, es lo unico que hay" dijo Nick avergonzado.

"Te es perfecto" dijo Charlie "¿puedo dormir un poco más?" dijo somnoliento antes de desaparecer debajo de la bolsa de dormir. Murmuró algo ininteligible y Nick suspiró con una sonrisa. Una piedrita rebotó contra el pecho de Nick y dirigió la vista hacia Aled, quien le sonrió desde debajo de su propia bolsa.

"Gracias por poner la calefacción Nicky. ¿Tienes algo para comer?"

"Tú eres el que trajo los alimentos, ¿recuerdas?"

"Creo que Sam quemó todos los malvaviscos anoche" dijo Sam bostezando.

"De todos modos no sonaba como un desayuno saludable" dijo Nick.

Fuertes brazos de rugby (Heartstopper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora