Lizeth se mueve desde España hasta las tierras de Uruguay para poder formar parte de las producciones de LSDLN en temas de maquillaje y ropa al ser una famosa estilista por su gran trabajo.
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Grabaciones, día 1 Montevideo-uruguay.
Dos días han pasado desde la reunión con el director y compañeros, un día de descanso lleno de trabajo y el siguiente está fresco para comenzar con las grabaciones.
Los nervios están presentes en mí desde que desperté dándome cuenta de que mi primer día de trabajo ya iniciaba, lo principal era que dolorosamente dudaba de mi misma y tenía miedo de fallar como estilista.
Añadiendo lo que pasó ayer, los nervios suben al mil en mi corazón y estómago haciéndome temblar por la azúcar tan baja que tenía.
Me adentré en los estudios de grabación una vez más rezando miles de rosarios para que bendecieran mi día por una sola vez y no tener que pasar por lo mismo de ayer, aunque debo admitir que esa voz y más que nada su mano tocando mi espalda era lo más agradable.
Quería escuchar su voz, conocer cada cosa de él en cuanto pudiera y muchas cosas más... estoy ansiosa de comenzar con mi trabajo mostrando lo que sé hacer y cuanto soy buena en eso.
—¡Llegaste! pasa— habló una chica con una gran sonrisa.
—Gracias— Entre observando la habitación llena de las cosas necesarias para el maquillaje.
—Mucho gusto, soy Sandra— Dijo la chica muy alegré.
—Lizeth, el gusto es mío— extendí mi mano para apretarla con la suya.
—Disculpame, es solo que vos sos muy famosa en España— —Siendo sincera, sos mi inspiración—
¿Inspiración? está chica me admira y yo estoy dudando de mí todo el tiempo.
—Muchas gracias... seguro que tú eres mejor que yo— solté una leve sonrisa.
La voz de Sandra fue interrumpida por la instructora que llevo a nuestros modelos hasta la habitación de maquillaje.
Mi cara se volvió seria en el instante que Felipe cruzó esa puerta, la vergüenza sigue en mí desde que hicimos contacto visual aquel día y pienso que me ví muy intensa.
—Todos suyos, buena suerte en su primer día— Habló cerrando la puerta detrás de ella
El silencio inundo cada rincón de la habitación causando incomodidad y miradas que se cruzaban de un momento a otro.
Los segundos parecían ser enternos hasta que Sandra rompió el hielo indicándole a su modelo que se sentará ¿QUÉ HAGO YOO?
Miré como ese chico y Sandra tomaban confianza rápidamente, mientras que yo seguía frente a mi modelo sin soltar una sola palabra. Los nervios hacían temblar mi mandíbula prohibiendo que hablará.
—¿Me puedo sentar?— Una expresión tímida se torno en su rostro.
—Ah, porfavor— hablé trabada haciendo mis nervios visibles.
Comencé por tomar un cepillo para acomodar su pelo, el cuál era tan suave y lacio. Miré la foto de como querían exactamente su cabello y puse en marcha mi trabajo.
Después de bastante tiempo su cabello estaba listo al igual que la mitad de su cara, pero un tono rojo debía notarse en su nariz. Mi cara a centímetros de la suya para lograr ese efecto con el maquillaje.
Traté de calmar todos mis nervios y hacer bien mi trabajo sin dificultades, me acerqué lentamente y comencé a hacer mi trabajo en su nariz. Sus ojos se distrajeron para mirarme directamente provocando que un escalofrío recorriera mi espalda.
—Estas poniendo más color del que deberías— Me recordó ella.
—Lo lamento, fue un accidente— Dije preocupada mientras retiraba rápidamente el exceso de color.
—Tranquila dulzura, no estés tan nerviosa— El modelo de mi compañera habló con un tono coqueto.
Sonreí levemente tratando de tomar mi error con diversión, pero cuando mire la cara de Felipe nuevamente no tenía ninguna expresión divertida ¿Se molestó por mi error? Rápidamente borré mi sonrisa boba.
