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Montevideo-uruguay

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Montevideo-uruguay.
6:00am

Mi cuerpo cansado se movió en mi cama descompuesta, el maquillaje corrido se hacía notar en mi cara recién despertada y con un gran dolor de cabeza por haber tomado un buen de tragos ayer.

No se preocupen, se exactamente que no hice nada de lo que hoy me pueda arrepentir, excepto por no retirarme el maquillaje.

Mis pies flojos se movieron hasta mi baño para ver el horror que era mi cara así que tomé un baño antes de iniciar mi día, el agua caliente camino por mi piel dejando cada parte de mí cuerpo limpia.

Salí de la ducha para cambiarme y peinarme antes de salir de mi hogar y emprender camino a mi lugar de trabajo.

Mientras alistaba mi apariencia mi mente indago entre los recuerdos de la noche anterior, el detalle de la rosa para mí, ese coqueteo que era nuevo entre nosotros dos y muchas más cosas.

Tenía miedo de que ésto fuera más allá de establecer una buena amistad, no quería estar sintiendo cosas por una persona en éste momento dónde solo puedo centrarme en mí trabajo.

Estoy lejos de mi hogar y mi familia, me asusta conocer gente nueva porque jamás tuve amigos en España por mi forma de ser así que no me gustaría alejar a una persona solo por tener sentimientos absurdos.

Me convencí de que entre Felipe y yo solo podía aver una amistad y nada más, somos compañeros de trabajo y si el destino lo permite puede haber una linda conexión y confianza de amigos.

Mi mentes me traicionó en un momento de sensibilidad en mis sentimientos y pensamientos pasados sobre mi infancia. Lo triste que es solo tener recuerdos de malos tratos en los colegios a los que asistía cada que me mudaba por los trabajos de mis padres.

Mi forma de ser siempre fue amable, pero jamás podía parar de hablar cuando alguien me otorgaba su confianza, al poco rato estaban hartos de mi y comenzaban a gritarme y decirme que debería callarme.

Desde que recibí esos malos comentarios aprendí a ser reservada y ocultar cualquier cosa que sienta  por alguien o algo, mis palabras ahora tienen límite para cada persona.

(...)

—Vos necesitas una aspirina mi amor ¡mírate esa esa cara!— Bromeó Sandra al ver mi cara agotada.

—¿Se nota mucho?— recibí la aspirina con cansancio.

—Ya tranquila, tu único trabajo de hoy es arreglar la ropita de tu nene— Dijo ella con una sonrisa burlona.

—¿Mi nene? que hija de puta— Mordí mi labio detenidamente.

—Sisi hacete la boluda, se nota cuánto lo deseas—

—Solo podemos ser amigos, nada más Sandra—

Ella solo alzó sus brazos saliendo de la habitación, me moví detrás de ella para dirigirnos a las grabaciones dónde veríamos a todos.

Entramos en la habitación silenciosamente para no hacer ruido en la escena presente. Ambas nos paseamos entre las producciones para quedar en nuestra famosa esquina.

Observe detenidamente cada detalle de la grabación que era realmente sorprendente su realismo, poco a poco mi atención se colocó en Felipe quién daba su mejor esfuerzo tras las escenas.

Me acerque con mi equipo para retocar rápidamente el rostro de Felipe quien me resivio en su espacio con una gran sonrisa merecedora, a la cual solo respondí con una leve risa.

Su comportamiento era juguetón e inquieto como si tratará de formar una conversación lo antes posible antes de que la escena volviera a grabarse.

—¿Como te fue por la mañana?— Pregunto preocupado.

—Dolor de cabeza, nada grave— sonreí burlandome de mí.

—¿Vos salís mucho?—

Su pregunta me daba la intuición de que está conversación iba a más de solo tener que retocar su maquillaje.

Me dialogue miles de conversaciones que probablemente iban a surgir después de mi respuesta, sabía perfectamente que el ambiente se iba a tornar incómodo en cualquier momento.

—En realidad salía más en mi país de lo que salgo aquí— Ni siquiera yo me lo creí.

—Ah, ¿vos preferís tu casa?— continúo con su tono misterioso.

—No en realidad, solo que casi nadie me invita a salir desde que llegué— Debí responder cualquier otra cosa.

La bendita campana me salvó, que en éste caso fue la voz de Bayona resonando en todos los oídos. Felipe volvió a escena dejando nuestra conversación pendiente y sin ningún final.

Las ideas en mi mente sobre las intenciones de Felipe se hicieron presentes una vez que volví a mi esquina, sabía que los pasos de el eran rápidos y los míos sumamente lentos.

No es qué no quisiera salir con él, sino que no quería llegar a alejarlo por ideas que solo existían en mi imaginación absurda. Decidí que si el era sincero me dejaría llevar aunque fuera una mala opción.

Felipe me parecía una persona muy agradable, cómo esas de las qué al principio causan una mala impresión y después te dejan cautivado, no puedo negar que me movió el suelo la primera vez que sus ojos llegaron a los míos o que sus acciones no me dejan pensando todos los días, pero lo único que me impide dejarme llevar es mi miedo sobre alejar a las personas.

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Disculpen la inactividad!! 😞

Votennn

(mañana más caps)

My love ·Felipe otaño·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora