Lizeth se mueve desde España hasta las tierras de Uruguay para poder formar parte de las producciones de LSDLN en temas de maquillaje y ropa al ser una famosa estilista por su gran trabajo.
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Montevideo-uruguay.
Relajé mis tensiones antes de salir de mi refugio para no desatar mi furia con personas inocentes, al que si tenía demasiado en la mira era Felipe quien pronto estaría en mi lista negra.
Salí de la habitación concentrada en llegar al lugar de grabación sin tener que encontrar a ese alguien en mi camino, como dije antes algo no me gustaba del todo con el y respecto a eso pienso mantenerlo alejado.
Al principio me dejé llevar demasiado rápido aunque su primera impresión conmigo haya sido completamente grosera, pero ahora estoy teniendo más cuidado sobre observar las intenciones ajenas.
No puedo negar que su encanto me atrapó bastante rápido en cuanto las palabras salían de su boca, explicándolo mejor creo que confíe demasiado en el antes de conocerlo mejor.
Continúe mi camino pensando en mi misma dejando todo el estrés acumulado en el pasado, intentando empezar de nuevo en esto lo cuál descuidé por una persona que apareció de la nada.
—¡Lizeth!— Gritó una voz, alterando el ambiente. —No huyas de mis encantos— Era el gran Matías.
—Te confundí con alguien más, lo siento— Le sonreí forzada.
—Te escapas de alguien, mira vos—
—No me escapó, solo necesito tiempo antes de volver a verlo—
—Si, ya escuché eso antes—
—¿El te contó? ¿Habla de mi?—
Matías alzó sus brazos, continúo caminando enfrente de mí para dejarme atrás.
—Contesta, Matías— le tomé el hombro.
—No sé de qué estás hablando — Fingió con burla.
—Si el no se acerca, yo no lo haré— me crucé de brazos y continúe caminando.
—Para, bueno el si habla de vos y verdaderamente parece siempre andar en las nubes—
Matías lleno ese vacío en mi desesperación al comenzar a hablar sobre como Felipe se expresa de nuestras interacciones, también de cómo siempre les está pidiendo ayuda para estar a solas conmigo.
Escuché detenidamente cada detalle tratando de no comenzar a dar saltos de emoción al haberme convencido anteriormente que lo más importante solo era yo.
La voz de Matías parecía no tener fin con el tema de los sentimientos de Felipe, así que en medio de la sorpresa le callé para que me dejara pensar en que hacer además de que aún no olvidó esa foto.
Mi imprudencia estaba apunto de preguntarle a Matías sobre esa chica, pero no podía arruinarme la alegría que tenía al escuchar todo eso con una noticia que no me gustaría saber.
Continuando caminando ahora en silencio para poder procesar todo, ese destello de luz estaba frente a mi haciendo sentir su presencia ante nosotros con esa hermosa sonrisa que me vuelve estúpida.
Se acercó con pasos tranquilos hacia Matías entregándole un dulce con amabilidad, mi vista boba lo apreció en cada movimiento que hacía su cuerpo.
Me ofreció un chocolate de bombón con esa cara tierna que me provocaba un cariño inmenso, lo único que quería hacer al ver su cara era volver a cometer errores.
Acepte el dulce aún perdida en su esencia hasta que sentí la mirada burlona de Matías capte lo obvia que había sido al mirarlo de esa forma.
—Gracias— Le sonreí de la mejor forma.
—Los de bombón son los mejores— Su mirada coqueta apareció.
Matías notó la chispa entre nosotros, así que se retiró silenciosamente.
—¿Cuál es tu favorito?— continúe con el tema de conversación.
—El de almendras, pero este está buenísimo— Señaló el chocolate en mi mano con una sonrisa.
—¿Estás compensadome de nuevo?—
—Diría que es más como un "comencemos de nuevo"—
—Las segundas oportunidades no van conmigo— Caminé por un lado de él.
—Porfavor, está vez no cometeré errores— Me tomó del brazo.
Sentí como su tono se convertia en suplica y al ser tan ingenua no podía recistirme al ver su cara de niño regañado, así que acepte.
—Esta vez espero más cosas, y por cierto los bombones no me gustan— Le posé el chocolate en su pecho para que lo tomará.
Me retiré de aquél pasillo dándole la espalda sintiendo su mirada en mí, sinceramente este inicio no era lo que esperaba aunque romper las reglas no es lo más ilegal, tengo muy en cuenta los límites que debo poner.
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____________________________________ volví después de mucho tiempo, pidiendo disculpas por abandonarlos.
