Lizeth se mueve desde España hasta las tierras de Uruguay para poder formar parte de las producciones de LSDLN en temas de maquillaje y ropa al ser una famosa estilista por su gran trabajo.
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Montevideo-uruguay. 5:00pm
Mi habitación estaba ahogada en un desastre al tener ropa tirada por todas partes, era evidente que no sabía que ponerme para salir con Felipe además no me quedó claro si esto era una cita o alguna salida de amigos.
De inmediato me dí cuenta de las intenciones de Felipe al invitarme a salir por un café, sentía que deseaba conocerme y conversar a solas conmigo y sin negar nada yo sentía lo mismo, mi intención era conocerlo y convivir con el lo más que se pudiera.
No puedo explicar muy bien el porque, pero una sensación extraña me penetra cada que él está cerca.
De tanto contarles el agua parece querer evitar nuestra interacción lo antes posible, puesto que está empezando a llover.
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@pipegonzalezotano ↓
¿Qué tal? Estoy listo y vos?
No diría lista, hay avance
Mira vos, ahora la lluvia no para
Losé, ¿Qué se hace?
¿Tenés algo en mente?
Salir a algún café en éste clima no me parece lo mejor.
Queres salir después? No comprendo tu punto.
Tengo una cafetera 🤷🏻♀️
Ya veo, tenés descafeinado? jeje
Te mando la dirección 🙌🏻
(...)
Una sonrisa boba apareció en mi rostro después de enviar mi dirección al igual que los gritos tontos en la almohada al darme cuenta de qué lo había invitado a mi casa solo para tomar un café.
Después de estar sonriendo me dí cuenta del desastre qué era mi ambiente y que el venía a conocerlo así que me puse a limpiar todo.
Los nervios me consumían al ver qué la hora de encuentro se acercaba, me encontraba recargada en la barra de mi cocina bebiendo un poco de agua para pensar en cual sería el tema de conversación.
Pensando el timbre de mi casa sonó provocando un salto de mi parte al saber quién estaba detrás de esa puerta. Sin pensarlo demasiado me acerque y abrí la puerta para enfrentar todo de una vez.
Al abrir la puerta me encontré con su perfecta presencia frente a mis bendecidos ojos que observaban su cabello con mechones mojados su ropa con piscaz de agua que lo penetraban con frío. Cada cosa era tan atractiva en el apesar de que estuviera temblando de frío frente a mi puerta.
—Traje galletas— Dijo soltando una sonrisa temblorosa.
—Pasa porfavor, no te hubieras molestado— Abrí más la puerta para permitirle pasar.
Cerré la puerta detrás de ambos para concentrar el calor en el departamento que ahora necesitaba después de mojarse. Lo mire detenidamente mientras se quitaba su chamarra, la cual tome para ponerla en la mesita de entrada.
Aunque el silencio era algo incómodo se sentía normal entre ambos como si nuestro lenguaje corporal hablara más de lo que ambos podíamos soltar.
Me acerque a la barra de la cocina para servirle la tan esperada taza de café mientras el se acercaba con sus galletas de chocolate.
—¿Descafeinado?— Entone una mueca, no me gustaba ese sabor.
—No puedes juzgarme, es buenísimo — Defendió mientras se sentaba.
—Prefiero el capuchino— Hablé sirviendo su café.
Ofreció sus galletas para que tuviera el gran honor de probarlas, agradecí con gracia y probé la delicia que estaba en mi paladar y sin nada de mentiras realmente esperaba muy poco del sabor, pero ahora podría decir que son mis favoritas.
Preparé mi café mientras de reojo veía como el desviaba su vista para ver todo a su alrededor, de un momento a otro podría decir que me hace pensar que es muy observador.
—Es muy lindo el departamento— halago aún viendo su alrededor.
—Contrate un diseñador, muy bueno su trabajo— dije siguiendo su acción para observar todo.
—¿Y vos solo sos estilista?—
—En realidad también hago teatro, pero solo en España—
—Que bien, tenés mucho talento—
—¿Te parece? yo pienso que no tengo ideas claras—
Sentí como su vista se dirigía lentamente a mí, mientras yo seguía observando mi hogar.
—Diría que sos muy exploradora, solo estás buscando algo que te agrade—
—¿Qué me dices tú? también eres muy bueno actuando—
—Detrás de eso el estrés y problemas no se quedan atrás—
Ahora mi vista chocó con la suya provocando un contacto visual entre ambos.
—Debe ser difícil para ti—
—No es tan malo, me gusta lo que hago y aparte me pagan ¿entendés?—
Sonreí ante su forma de ver la vida, quiero decir que parece disfrutar los problemas porque sabe que lo bueno viene después.
La conversación pareció no tener una continuación y sinceramente eso se sentía bien, yo no quería estar hablando todo el tiempo sino que con solo sentir su presencia junto a mí me era suficiente.
El café continúo en nuestro ámbito durante los siguientes minutos de silencio, en los que la lluvia resonó en la ventana de mi sala de estar.
