Dehya: Parece que tenemos a todos aquí, Isak. ¿Estás seguro de que quieres venir con nosotros?
Isak: Voy a observar desde una distancia segura, Dehya. Quiero estar ahí para traer al abuelo a casa.
Dehya: Está bien. Vamos entonces.
Candace: Espera, Dehya.
Dehya: ¿Qué ocurre?
Candace: Escuché que fuiste bastante imprudente ayer. No más de eso hoy, ¿entendido? O me enfadaré mucho contigo.
Dehya: Bien.
Candace: Ten cuidado.
En el mausoleo del rey Deshret:
-El grupo se encontraba frente a una enorme pirámide.-
Tn: Esto parece ser un gran lugar de investigación, pero aún no es el momento.
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Alhaitham: Llegaron aquí antes que nosotros.
Paimon: ¿Es porque Paimon se quedó dormida cinco minutos y retrasó a todos?
Tn: No tenías que admitirlo.
Rahman: ¿Está todo listo?
Alhaitham: Absolutamente. A pesar de... trajiste menos gente de la que imaginaba.
Rahman: Tráelo.
-Unos soldados traen al erudito que Isak consideraba su abuelo.-
Isak: ¡Abuelo!
Paimon: ¿Por qué solo hay uno de ellos?
Dehya: Rahman, siempre te he considerado un hombre de palabra. ¿De qué se trata esto?
Rahman: Es un intercambio de uno por uno. Suena justo, ¿no lo crees? O déjame ponerlo de esta manera. Aceptar cualquier tipo de trato con la gente del Arconte Dendro ya es un gran compromiso de mi parte. ¿No crees que ya has pedido suficiente?
Dehya: Quédate ahí.
-En eso, Bennett salta para intentar salvar al erudito, pero era demasiado lento para llegar hasta los eremitas. Por lo que Dehya tuvo que intervenir.-
Tn: Bennett, no.
-El grupo había caído en un pozo subterráneo bajo el desierto de Sumeru.-
Tn: ¿Cómo están todos? ¿Hay algún herido?
Rosalyne: Ugh, este día va genial.
Bennett: Pero la caída fue divertida.
Tn: Bennett, no vuelvas a hacer eso. Déjaselo a los expertos.
