En el gremio:
Katheryne: Ad...
Tn: No lo digas.
Katherine: Tenemos una carta para usted, viajero. Es de una chica de nombre Jeht.
Tn: ¿Jeht? Hace semanas que no la veo. Espero que esté bien. -Abre la carta.-
Jeht:
A mis mejores amigos Tn y Paimon,
Ha sido un tiempo. Espero que todavía me recuerdes. ¿Cómo te van las cosas?
Escuché de comerciantes que viajaban desde lejos y algunos aventureros que habías regresado a la ciudad de Sumeru, así que te escribí esta carta.
Me estoy quedando en el campamento de Tanit en este momento. Gracias a ti, la vida es bastante buena.
Bueno, hagamos la larga historia corta. He querido volver a verlos a ustedes dos desde la última vez que nos separamos y, ya sabes, mostrarles la hospitalidad adecuada. También, hay algo que quedó de nuestra aventura anterior que me gustaría que vinieran a ayudarme a finalizar. Esto es algo en lo que solo puedo confiarles a ustedes dos.
En cuanto a los detalles, solo puedo decírtelo una vez que llegues aquí. Así que no te olvides de venir a verme.
Paimon: Parece que se lo está pasando bien, mejor que la última vez que nos vimos.
Tn: Superar la muerte de un padre no ha de ser fácil.
Paimon: ¿Qué es esto del campamento de Tanit? Ese nombre me suena. ¿Hemos estado allí antes?
Katheryne: Los Tanit son la tribu de la que procede Jeht. Su campamento está en las profundidades del desierto de Deshret, en medio de las ruinas de lo que alguna vez fue la ciudad de Gurabad. Si no te importa, lo marcaré en tu mapa, al norte del desierto.
Explorador Yanit: Identifícate.
Paimon: ¡Bandidos!
Explorador Yanit: ¿Bandidos? Qué grosera. Soy Mendas, un explorador.
Tn: Jeht nos invitó aquí. -Le muestra la carta.-
Mendas: Así que son amigos de Jeht. No los detendré. Puedes seguir adelante. El campamento de la tribu se encuentra más adelante. Jeht aún no ha regresado, pero puedes consultarle a Babel sobre ella. Es nuestra líder.
Paimon: Babel, ese loco de Samail la mencionó como una figura de autoridad.
Tn: Solo espero que no sea igual de loca.
En la ciudad:
???: No sé qué querían esos forasteros. Por favor, déjame explicarte, Matriarca Babel. Dame una oportunidad más, matriarca, mi señora. Demostraré mi lealtad al Tanit. Por favor, créanme. Con gusto ofrecería mi vida por usted.
Babel: Silencio. La que te arrancó los dientes también puede sacarte la lengua. Si estás dispuesto a dar tu vida por el Tanit, ¿por qué sigues parado frente a mí y vivo?