El Alquimista
-Tras quedarse sin dinero, Tn fue a ver a un alquimista, pues su objetivo era saber cómo fabricar mora.-
Paimon: Eh, parece que Timaeus no está aquí hoy...
Tn: Carajo.
???: ¿¡Clientes!?
-Una chica de cabello verde sale de atrás del estante.-
Paimon: Hay alguien dentro.
Tn: Gracias, capitán obvio, no me di cuenta.
???: ¡Oh! Um... Perdón, ¿estás buscando a Timaeus?
Tn: Exijo hablar con ese tal Timoteo, y rápido.
Paimon: Sé más amable.
???: Ya veo. Albedo lo llamó hace un momento. Me llamaron para atender la tienda.
Sucrose: Soy Sucrose, la asistente de Albedo. Si tienes alguna consulta relacionada con la alquimia, siempre puedes preguntarme. Yo... haría lo mejor que pudiera para ayudar.
Paimon: Te ves muy nerviosa.
Sucrose: ¿Eh? ¿En serio? Mis disculpas, no salgo con mucha frecuencia. Normalmente estoy en el laboratorio, donde no hay muchas otras personas con quienes hablar. Si necesitas ayuda, solo di mi nombre. Si no, estaré... leyendo un libro... allí. Mmm.
Paimon: Mmmm, ¡gracias! No te preocupes.
Tn: ¿Dijiste que eras aprendiz de alquimista, cierto? Entonces, ¿puedes ayudarme?
Sucrose: ¿En serio? Un momento ¿no eres el Viajero legendario? ¿El que repelió Stormterror?
Tn: Estoy considerando cobrar moras por admirarme.
Paimon: Tampoco te creas una diva.
Sucrose: ¡He oído tantas historias sobre ti! ¡Siempre quise tener la oportunidad de investigarte de cerca!
Paimon: Uhh, ¿¡qué quieres decir con "investigación"?
Sucrose: ¡Ah! Lo siento, no me hagas caso. ¿En qué puedo ayudarte?
Tn: ¿Sabes cómo crear mora?
Sucrose: ¿Mora? Pues necesitas una rama de parra.
Tn: No, mora de fruta, dinero, moras de dinero.
Sucrose: Oh, lo siento, pero eso sería ilegal, además, es imposible.
Tn: ¿Tan difícil puede ser para un alquimista crear monedas en blanco y listo?
Sucrose: No es tan fácil como parece. Verás, las monedas o moras, como las conoces, son una creación divina.
Paimon: ¡Cuentos más, Paimon está interesada!
Tn: Pero sin extenderme mucho.
Sucrose: Las moras se llaman así por su creador, el Arconte Geo, Morax, que gobierna Liyue. Como dato curioso, él y el Arconte Anemo son "amigos", según las leyendas. Él fue quien creó el dinero para nosotros, por lo que, como tal, poseen algunas características especiales. Para empezar, no pueden fundirse o reutilizarse para hacer otras herramientas.