CAPITULO 22

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Alexa

WASHINGTON D. C.

Los malditos nervios que siento no me los quita nadie, muevo mi pierna rápidamente viendo por la ventana. Tengo que ver de nuevo la revista para quitarme la maldita ansiedad que cargo, trato de distraerme con los catálogos de moda viendo los preciosos vestidos de mi diseñador en la monarquía.

Encuentro varios diseños nuevos pero uno llama mi atención, es un color peculiar y apasionado. Es demasiado atrevido y curvo mis labios marcando el número del diseñador, me contesta demasiado rápido y le pido que el vestido esté mañana temprano en mi nuevo departamento de Nueva York.

Salí del antiguo departamento donde se encontraban Julia y Lada, primero porque no lo había comprado yo y segundo; en el nuevo Nicholas no podrá volver a joderme ni encontrarme. Las llamadas insistentes son más recurrentes pero no contesto ninguna, mi abogado en dos semanas tuvo los papeles del divorcio. Es por eso la insistencia que tiene en llamarme.

Me deja varias llamadas perdidas y mensajes, no veo ninguno y solo me limito a bloquearlo. Lada está a mi lado jugando con la pantera de peluche mientras come galletas, Julia está a dos pasos de nosotras viendo por la pequeña pantalla que tiene enfrente. Sigo distrayéndome con la revista cuando mi teléfono suena con el número de mi abogado.

— Hola, señor Harper.

— Buenas noches, su alteza Lorenzi— habla con esa voz de abogado— Los trámites del divorcio se están realizando lentamente. El señor Scratch se niega a darle el divorcio.

—¿Puede persuadirlo?

— Seré sincero con usted Alteza—lo que dice no me da una buena espina— Todos los abogados de Nueva York saben la clase de persona que es Nicholas Scratch, muchos se niegan a clientes que quieren demandarlo por la simple razón que es un hombre peligroso.

— Entiendo.

— No me lo tome a mal—dice— Pero si pide mi opinión, el único capaz de ayudarla sería un abogado del bajo mundo.

Lo que dice me deja sorprendida, jamás he trabajado con alguien del bajo mundo, a excepción de los hombres que lideraba. El único lugar que trabaje con personas peligrosas fue en las cavernas.

— No estoy segura...

— Sabía que diría eso— me interrumpe— Pero conozco a una persona muy buena que nunca a perdido ningún caso, su información se la estaría mandando a su correo. Que tenga buen día su alteza.

La llamada termina y saco el MacBook entrando a mi correo, varios emails saltan con temas de la empresa, pero el que llama mi atención es el que está en negrita con el nombre de Alec Warren. Entro al curriculum del hombre y los casos que a representado me dejan estupefacta. A ganado varios casos con personas traficantes de órganos, niños, adultos y mujeres adolescentes.

La mayoría de personas que representan son hombres que deberían de estar en las cárceles pudriéndose por siempre, el curriculum es bueno para la mafia pero no para mi que no soy ninguna mujer traficante de órganos ni de personas.

Desisto de la idea ya que es demasiado turbio que una persona represente casos asquerosos.

Pase queriendo distraerme todo el tiempo y resultó, ya que cuando guardo mi MacBook ya estamos a punto de aterrizar en Washington D. C. Le coloco el cinturón a mi hija y nos preparamos para el aterrizaje, luego de una hora del chequeo del avión, llegamos a una pequeña casa que compre para pasar unos días aquí.

Está a tres calles de mi antiguo hogar y es cuestión de ser precavidos para no encontrarme con nadie de mi familia. En todo el trayecto las ganas de llorar se apoderaron de mi ya que no a cambiado nada el estado en el que me crié, sigue tal cual y eso me dice que el único afectado es Nueva York en este momento.

BROKEN HEART © [Libro2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora