-Archer, espera- suplicó Ava, pero el chico no le escuchó- Espera, por favor... ¡lo siento!
El chico se detuvo, cada músculo de su cuerpo estaba tenso.
-¿A qué coño ha venido eso?- preguntó al tiempo que se encaraba con la chica.
-Yo solo quería impresionarte, como había hecho Raya...- admitió Ava con voz trémula.
La expresión de Archer se descompuso pasando del enfado a la pena en un segundo.
-Tú no tienes que impresionarme, ni a mí ni a nadie. Solo tienes que ser tú misma- dijo sosteniendo su cara entre sus manos del mismo modo que había hecho Roi hacía unos minutos. Deseaba poder borrar su tacto de su piel, de su pelo. El beso de sus labios.
-Ya lo sé, lo siento. Fui una idiota. No te enfades, por favor- dijo agarrando sus manos.
La respiración del chico se relajó.
-¿Cómo podría enfadarme contigo?- y acto seguido la sepultó entre sus brazos. Ava correspondió a su abrazo. Archer era un tío grande no solo en lo que a altura se refiere, tenía la espalda ancha, un torso que para Ava, que ya era bajita de por sí, cada vez que la abrazaba le hacía sentir que estaba en el lugar más cálido y seguro del mundo. Como si nada ni nadie pudiese penetrar la fortaleza de su cuerpo. Además, dada su diferencia de altura, Archer siempre apoyaba su cabeza sobre la suya. Cuando Liam, su novio, que era más o menos igual de alto que él, pero mucho más delgado, le abrazaba no hacía eso. Pero ¿por qué estaba pensando en su novio en ese momento? ¿Comparando su forma de abrazarla? Ava inspiró profundamente, inhalando la colonia del chico. No, definitivamente no era como abrazar a Liam. Ava se apartó, buscando los ojos de Archer.
-¿Volvemos?
-Demos una vuelta primero- respondió él.
Archer la llevó hasta el comedor del hotel, la parte de atrás tenía un salón de baile bastante amplio. Al ser de madrugada estaba completamente vacío y resultaba mucho más bonito. Ava admiró fascinada su alrededor y después a Archer, que caminaba embelesado por los brillantes colores rojos y dorados de la estancia. No sabía qué les aguardaría durante el concurso, si llegarían si quiera a ser dos de los dieciséis seleccionados, pero sabía que, sin duda, aquella sería su última noche en ese lugar. Ava decidió romper el silencio que compartían comentándole sus inquietudes.
-Si te digo la verdad estoy algo nerviosa. Por la gala. Me gustaría que pasásemos los dos.
Archer sonrió.
-Lo haremos- y parecía estar convencido de ello, pero no de forma arrogante.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque eres la cantante más increíble y con más talento que he conocido nunca. Vas a enamorar al público con tu voz y esa carita tan angelical que dan ganas de achuchar- Ava se rio, le encantaba cuando Archer se portaba de esa forma tan dulce y juguetona, era una faceta que no le había visto mostrar con nadie más, ni si quiera con Raya. Era solo para ella, su hermanita pequeña- Estoy convencido de que entrarás en la academia.
-¿Y qué hay de ti?- preguntó frunciendo el ceño, la idea de estar dentro no le gustaba tanto si Archer no estaba allí para compartirlo.
-Yo estaré donde tú estés, así que si entras yo también lo haré.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Ava sonrió, cada vez que Archer pronunciaba esas palabras le hacía sentir que todo era posible. Como si aquello que deseaba ya se hubiese cumplido. Vivir juntos en una academia mientras perseguían su sueño de convertirse en artistas era lo que Ava más deseaba en el mundo en ese momento. Su novio, Liam, también se había presentado a los castings abiertos del concurso, pero lo cierto era que no le habían seleccionado. Ava y Liam también se habían conocido gracias a la música hacía tres años, cuando Ava cambió de profesor de canto, desde entonces habían coincidido en varias ocasiones. Tiempo después, resultó que Liam era hijo de un compañero del club de campo al que iba el padre de Ava, así que comenzaron a verse más a menudo. Liam era un encanto, reservado pero atento, dulce, detallista... aunque a veces Ava desearía que fuera un poco más lanzado, que fuese más atrevido. Se sentía mal al admitirlo, razón por la cual no pensaba mucho en ello, pero se alegraba de que no le hubiesen seleccionado para el programa. Su experiencia habría sido muy diferente con él allí. Se habría sentido comedida a la hora de estar con Archer, sin ir más lejos no se habría atrevido a jugar a yo nunca o la ruleta de los besos, aunque quizás esto último no habría sido tan mala idea. Con Liam, Ava sentía que debía comportarse de cierta manera para dar cierta imagen. Ser formal. Con Archer, como él mismo había dicho, podía ser ella misma. Y eso le gustaba. Además, no estaba segura de si Liam habría entendido el rollo de "hermano mayor" que se traía con él. Las veces en las que había mencionado a Archer en una conversación, o cuando le enseñó su perfil de Instagram, Liam parecía haberse puesto celoso.
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DOLLHOUSE: THE NEXT SUPERSTAR
Teen FictionUna escandalosa (y obscena) historia sobre un grupo de chavales que están a punto de conseguir todo lo que un artista podría desear; fama y fortuna. Al menos uno de ellos, el ganador del programa de talentos musicales más conocido y popularmente acl...