A los Smith les encantó la propuesta de Roi y Johnny ("Roinny" como les empezaron a llamar) de los malotes. Sobre todo la idea de que Rose y Layla hicieran sus tareas por ellos, ¡muy patriarcal! ¿Sus deberes para la semana? Robarle un beso a uno de sus compañeros y seguir revolucionando el corral como los malotes que eran. Durante la merienda, Adam le propuso a Johnny que una forma de ser malotes sería cobrarse una pequeña venganza contra Mary por haber dicho que parecían unos payasos, así que se habían puesto manos a la obra. Parece que llevarían a cabo su plan a la hora de la cena.
Por otro lado, durante la clase de interpretación de Morgan y Ezra las cosas habían ido algo mejor entre ellos. Los Smiths les propusieron que imaginasen que estaban en una manifestación y les dejaron escoger el tema. Morgan tenía mucha experiencia al respecto y Ezra aceptó todas sus ideas para el ejercicio, pero en cuanto entraron en la parte de la actuación las cosas volvieron a tensarse entre ellos. Ezra seguía siendo tan plomazo con el día anterior imponiendo cambios que a Morgan no le gustaban ni un pelo. Andy y Ansel les dijeron que la energía inconformista que desprendían era perfecta para el trabajo de la semana, pero que debían dejar de focalizarla el uno en el otro.
Buena suerte con eso.
A pesar de haber pasado todo el día separados y que Chase hubiese rechazado su propuesta durante la comida, Sandy albergaba la esperanza de poder sentarse con él durante la clase especial que tuvieron con Max, pero su gozo quedó en un pozo porque Chase y Violet seguían siendo inseparables. A decir verdad, todas las parejas se comportaban de la misma forma, incluso aquellas que no parecían estar del todo a gusto con su dupla, como en el caso de Ezra y Morgan o Mary y Adam, pero a Sandy le parecía una mierda. ¿Por qué tenían que convertirse en siameses de la persona con las que les habían emparejado solo porque cantasen juntos? ¿Es que no tenían bastante con las clases de preparación para la gala y los ensayos que tenían que pasarse, literalmente, tooodo el día juntos? Por supuesto si a Sandy le hubiese tocado con Chase estaría más que encantada de que eso fuese así, de hecho, hasta ahora siempre lo había sido y eso que no se les había asignado un trabajo en pareja, pero evidentemente no era tan divertido cuando ella era la tercera en discordia.
Después de cenar y tras pasarse prácticamente una hora tumbada en el sofá sin hacer nada, Mary se puso el pijama y se dirigió a los lavabos. Una vez allí examinó detenidamente su piel en el espejo. Estaba más grasa de lo habitual y le habían salido un par de espinillas, probablemente por el estrés. Inspiró hondo, se colocó su diadema y se recogió el pelo, dispuesta a llevar a cabo su rutina de limpieza facial nocturna cuando Roi irrumpió en los lavabos.
-¿Se puede?
Mary le lanzó una mirada de incredulidad.
-¿Te importa? Estos son los baños de chicas- dijo, esperando que esa respuesta fuese suficiente para que el chico se largase. Mary procedió a echarse limpiadora en la cara, humedeció la punta de los dedos y comenzó a masajearse la piel.
-Lo sé, pero quería pedirte disculpas por lo de esta tarde. Siento que no te molase el rollo de los malotes. La verdad es que creo que nos pasamos un poco...
Roi permaneció junto a la puerta mientras la chica de cabello de oro se lavaba la cara impasible ante sus palabras. Claro que se habían pasado, habían hecho el ridículo y habían sido unos pesados.
-Disculpas aceptadas. Ya puedes lárgate.
-Es que siento que sólo eso no es suficiente, me gustaría compensarte de alguna forma.
Mary soltó una risa seca.
-¿Compensarme? ¿Tú a mí? No se me ocurre ninguna forma en la que podrías hacer eso- dijo aclarándose la cara con agua.
-No sé. Tal vez podría endulzar tu noche un poco...
Mary cerró el grifo y palpó a ciegas en busca de su toalla para la cara. ¿A qué se refería exactamente con "endulzar"? Sin duda quería saber lo que tenía en mente, pero no iba a darle el gusto de mostrarse interesada en ello. Además, después de todo era un chico. No resultaba muy complicado hacerse una idea.
-Qué adorable. Lo siento, pero no me interesa.
-¿Estás segura?
La voz sobresaltó a Mary por dos motivos; estaba mucho más cerca de lo que esperaba y no era la de Roi. Mary apartó la toalla de su recién aseada cara y abrió los ojos solo para descubrir que Johnny estaba a su lado, sosteniendo en la mano un plato de plástico hasta arriba de nata.
-Ni se te ocurra...- bufó la chica.
-¡No te metas con los malotes!- exclamó Johnny impactando el plato contra su cara. La respiración de Mary se volvió pesada, estaba tan enfadada que si fuese un dibujo animado se habría puesto al rojo vivo y le saldrían llamas de la coronilla.
-¡Johnny, te arrepentirás de esto!- Mary retiró bruscamente el potingue de su cara y miró hacia la puerta. Johnny ya se había largado, pero Roi seguía ahí, como un ciervo mirando los faros de un coche. Parecía sentirse algo culpable ahora que la jugarreta había sido llevada a cabo, pero a Mary le dio complemente igual.
-Tú... solo querías distraerme, ¿verdad?
-Lo siento, nena- respondió el rubito volviendo a su actitud de chico malo, abandonando la habitación. El eco de un "¡te odio!" seguido de un gruñido se apagó cuando la puerta del baño se cerró tras él.
Ava apartó el libro que estaba leyendo y se quedó mirando como tocaba Archer la guitarra, sentado al otro lado del sofá. Parecía estar trabajando en una canción.
-¿Es nueva?- preguntó la chica del flequillo.
Archer la miró y sonrió. Era la misma sonrisa que se le dibujaba cada vez que la miraba por lo que Ava no sabía que era solo para ella, para Ava esa sonrisa era algo normal.
-Sí, he empezado a trabajar en ella esta tarde.
-¿Me la enseñarás cuando la hayas terminado?
-Claro.
Ava apretó los labios tratando de disimular su entusiasmo. Le encantaba ser la oyente cero de las composiciones de Archer. Normalmente hablaban de una chica de belleza imposible, su novia Natalie, probablemente.
Qué suerte tienen algunas.
Archer anotó algo en su cuaderno y volvió a tocar la secuencia de acordes mientras murmuraba una letra que Ava no alcanzaba a escuchar, sólo veía el movimiento de sus labios. No podía creerse que ese mismo día, hacía unas horas, esos mismos labios la hubiesen besado. Un escalofrío acompañó a ese pensamiento y Ava lo apartó rápidamente de su cabeza.
-Me voy a la cama- dijo incorporándose y posando el libro, titulado "Si tiene que ser...", sobre el cojín en el sofá. Continuaría con la lectura al día siguiente, después de comer. Archer dejó la guitarra a un lado y se levantó a toda prisa.
-Espera, antes de que te vayas yo... - el chico parecía estar buscando las palabras adecuadas- Sobre lo de esta mañana...
-Siento haber estado tan borde- le interrumpió Ava, tratando de evitar que mencionase nada de lo sucedido en clase de los Smiths. El beso- Pero ya está arreglado- dijo zanjando la conversación.
No era eso a lo que Archer se refería, pero se había percatado de las intenciones de la chica. Tal vez le desagradase pensar en ello y no quiso incomodarla.
-Me alegro. Buenas noches, pequeña- dijo envolviéndola en un cálido abrazo al que no se resistió.
-Buenas noches- se despidió la chica poniendo rumbo a la habitación.
Cuando se hubo acurrucado en la cama y cerrado los ojos lo único en lo que podía pensar era precisamente en lo que quería evitar; los labios de Archer contra los suyos. Nunca nadie la había besado así.
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DOLLHOUSE: THE NEXT SUPERSTAR
Teen FictionUna escandalosa (y obscena) historia sobre un grupo de chavales que están a punto de conseguir todo lo que un artista podría desear; fama y fortuna. Al menos uno de ellos, el ganador del programa de talentos musicales más conocido y popularmente acl...