¡No! Sabía que había poco tiempo, pero jamás imaginé que sería tan escaso.Corro lo más rápido que puedo, prácticamente arrastrando a Emma conmigo.
Ella no entiende nada de lo que está pasando, pero no hay tiempo para poder explicarlo todo.— ¡Henry, Para un poco! ¡siento que me voy a caer! — Me grita, pero ignoro su petición.
Con su fuerza, ella sería perfectamente capaz de detenerme, pero estoy seguro que está tan desconcertada que no se ha planteado esa posibilidad.
Mientras corremos, miro de reojo como diminutas partículas de polvo realizan una danza caótica alrededor de esa extraña haz de luz multicolor, y gracias a mi buena vista, puedo ver claramente que provienen de los edificios.
Acaso... ¿Se están desintegrando?
Con cada paso que damos, la situación empeora de malo a terrible.
En cada parpadeo, mis ojos comienzan a preguntarse si lo que están viendo es real.— ¡Dios mío! ¿Estoy alucinando? ¿Que rayos es eso? — Pregunta Emma observando lo mismo que yo.
Gran parte de los edificios y montañas lejanas, he incluso el suelo sobre ellas han comenzado a fragmentarse por completo, con sus restos volando sin rumbo o de manera errática.
Lo que antes era un vívido y brillante atardecer, ahora es un oscuro y desolado cielo granulado, envuelto en las cenizas de lo que alguna vez fue la ciudad en la que viví por más de veinte años.
¿Es esta la catástrofe que dijo el director?
Imaginaba bombas nucleares, quizá una guerra global o algun desastre natural... ¿Pero esto? Sigo sin poder creer lo que mis ojos ven claramente.Finalmente llegamos al almacén y abro la puerta con premura.
— ¡Henry! ¡¿Que carajos está pasando afuera?! — Pregunta Sofía cuando nos ve a ambos entrar.
— Chicos, no hay tiempo para explicarles — Digo, volteando hacia toda lados hasta que porfin vislumbro cuatro contenedores muy extraños al final de este oscuro almacén —. ¡Ahí, Síganme!
Parece que todos notan la urgencia en mi voz, porque obedecen sin cuestionamientos ni quejas.
Tras llegar a los contenedores circulares, veo cada uno con un tablero lleno de botones de color plateado brillante.Parece que todos tienen alguna especie de grabado, pero con tanta oscuridad me es imposible saber que significa cada uno, además que todos los malditos botones se ve exactamente iguales.
Intento oprimir cada uno apresuradamente pero no está sucediendo nada.
Fácil de usar mi trasero.
¡Maldito seas director!— ¿Cómo carajos funcionan estas cosas? — Me quejo, golpeando con fuerza uno de los tableros.
De un momento a otro, todo el almacén se ilumina por completo, junto con los contenedores que porfin muestran el significado de cada boton en un símbolo fluorescente.
Volteo hacia la izquierda para ver a Alex con su mano sobre una palanca descendida.
Sea lo que sea que haya hecho, habrá accionado algún generador que activó la energía del almacén.— ¡Buen trabajo Alex! — Lo felicito, comenzando a accionar los botones de encendido de cada contenedor.
Por una fracción de segundo, logro ver el atisbos de una sonrisa en el rostro del tímido muchacho.
A él siempre le gustó ser de ayuda para los demás.
Los contenedores abren sus compuertas transparentes, y se ilumina el interior para mostrar una cama vertical.
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Un Mundo Sin Sentido
AventuraHenry es un joven que ha vivido toda su vida en un laboratorio, sirviendo como un simple conejillo de indias. Durante años, soportó horrores y maltratos por el "bien de la humanidad" Su único consuelo son cuatro jóvenes que viven en el mismo laborat...