Caigo de cara al suelo, levantando una columna de polvo a mi alrededor y ensuciando toda mi ropa
— ¡Esto es asqueroso! — Me quejo, tratando de escupir todo el lodo que termine tragando por culpa de esa endemoniada bestia.
O al menos eso quiero creer, pero esta suciedad tiene un sabor bastante peculiar... ¿Realmente es lodo?
No, no, no, por mi salud mental fingiré que esto es solo tierra con agua .— ¡Vamos hijo! ¡Ya casi logras domarla! — Me grita el señor Conrad viéndome al otro lado del establo.
— ¡Claro que no! ¡Llevo dos semanas intentándolo y puedo decir con seguridad que está cosa me odia!
Volteo de nuevo hacia mi oponente, quien me mira con unos ojos afilados y llenos de una sed de sangre demasiado intensa.
Su largo pico sería perfectamente capaz de arrancarme la cabeza si quisiera, y sus enormes alas tienen la capacidad de invocar vientos tan fuertes como para tumbarme.
Su obeso cuerpo lo hace ver cómo una criatura lenta, pero logra viajar grandes distancias tanto a pie como volando en solo cuestión de segundos.
Sus delgadas patas tienen garras tan afiladas que en más de una ocasión estuvieron a punto de sacarme un ojo.Me pregunto cómo es posible que esas delgadas piernas sean capaces de sostener semejante monstruo.
— ¡Recuerda hijo! ¡En el momento en que te subas a su lomo, el Falke se volverá dócil — Vuelve a gritar el señor Conrad, animandome.
— Mira amiguito, hemos hecho está danza durante dos semanas — Le digo al ave gigante de metro y medio de altura —. ¿Que tal si me haces la vida un poco más fácil?
Corro hacia hacia el Falke y le lanzo una cuerda con el objetivo de amarrarla a su cuello.
La bestia la esquiva saltando muy alto y comenzando a batir rápidamente sus alas, ocasionando que el fuerte viendo me tumbe de nuevo al suelo.
intenta aplastarme dejándose caer sobre mi, pero logro rodar en el último segundo y evitar el ataque.El enorme pajarraco empieza a trotar al rededor de mi, lanzando constantes graznidos y uno que otro saltito mientras aún sigo en el suelo.
¡La maldita bestia se está burlando de mi!
Incapaz de soportar semejante humillación, agarro un gran puñado de polvo y se lo lanzó a la cara, cegandolo momentáneamente.
Sin perder ni un segundo más, corro hacia el y me lanzo a su lomo, comenzando a enrollar la cuerda sobre su cuello.— ¡Porfin te tengo! — Exclamo triunfante, aunque la victoria me dura poco porque la enorme ave gira su cuello hasta verme de reojo, con una mirada cargada de odio —. Oh Dios mío... ¿Quizá no?
Alzando sus azuladas alas, la bestia salta a unos dos metros de altura sobre el suelo y comienza a volar de manera errática.
— ¡No! ¡Perdóname! — grito aferrandome a sus plumas como si fuera un recién nacido con su madre.
El Falke comienza a rotar en su propio eje a una velocidad increíble.
Incapaz de soportar la cantidad de fuerza y sintiéndome cada vez más mareado, termino soltando al pajarraco para terminar disparado hacia quien sabe dónde.
Finalmente termino cayendo de nuevo al maldito lodo, ensuciando las pocas zonas de mi ropa que aún se mantenían limpias.Por encima de mi, veo al ave dando vueltas en el cielo y comenzando a graznar nuevamente de manera burlona.
Sin contar al director, jamas me habían humillado tanto en la vida.— No te desanime muchacho, ya habrá otra oportunidad — Me dice el señor Conrad, llegando hacia mi y dándome la mando para poder levantarme del suelo.
La tomo gustoso y ambos nos quedamos viendo como el Falke se aleja de la granja, rumbo al bosque de fuego.
— Esto no me desanima — Le aseguro con una sonrisa —. Al fin y al cabo, esto es algo que quiero hacer.
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Un Mundo Sin Sentido
AventuraHenry es un joven que ha vivido toda su vida en un laboratorio, sirviendo como un simple conejillo de indias. Durante años, soportó horrores y maltratos por el "bien de la humanidad" Su único consuelo son cuatro jóvenes que viven en el mismo laborat...