Camino tranquilamente por el bosque de fuego, cargando sobre mi hombro un enorme rabioso.
Estos dichosos animales cuadrúpedos son increíblemente deliciosos y su carne es demasiado suave.
Al principio me daba algo de remordimiento matarlos, ya que físicamente son bastante parecidos a los perros, aunque estos son completamente lampiños.Al vivir en una granja en medio de la nada, Conrad debía cazar constantemente para alimentarse el y su esposa, por lo que me ofrecí a ayudarle con esas tareas y darle un poco de descanso a ese terco anciano.
Un mes más había pasado, dando un total de tres meses desde que llegué a este mundo. Podría decirse que poco a poco comienzo a acostumbrarme a esta nueva vida y a las extrañas cosas que aprendo de ella, además de que comenzaba a tomarle algo de cariño a esas amables personas que han cuidado de mi.
Tras llegar a la granja, coloqué el animal en una mesa del granero para que el señor Conrad comenzará a prepararlo, y me dispuse a lavarme las manos que se encontraban ligeramente manchadas de sangre.
— ¡Oh Henry! ¿Tuviste problemas para capturar a uno? — Me preguntó Frida cuando entré a la casa.
— Para nada. Acabo de capturar uno muy grande y lo dejé en el granero.
La amable señora me mira desconcertada y hasta sorprendida.
Sale de la casa sin decir nada y regresa a los pocos minutos con una mirada de alegría.— ¡Pero que sorpresa! — Exclama abrazandome con fuerza —. Tan solo tres meses y ya eres capaz de cazar animales por tu cuenta, ¡Bien hecho!
Enrojezco por la vergüenza, aunque no puedo evitar disfrutar de esta agradable sensación.
Pocas veces el director llegó a felicitarme por un buen trabajo, ni si quiera cuando estuve a punto a morir en algunas ocasiones.— ¿Que esperabas mujer? Fui yo quien lo entrenó — Se jacta Conrad, entrando a la sala y sentándose en uno de los pequeños sillones.
— En realidad no hubo necesidad de enfrentarlo. La pobre bestia quedó atrapado en una de nuestras trampas y solo fue necesario apuñalarlo en el corazón para que muriera de forma indolora — Explico tratando de ahogar el remordimiento que siento al matar a un ser vivo —. Si me enfrentara uno cara a cara, seguro moriría.
Nunca en la vida me ví en la necesidad de cazar para comer, pero aca afuera es matar o morir... ¿Cierto?
— ¡Bha! Sandeces, seguramente serías capaz de cazar a dos al mismo tiempo sin necesidad de trampas — Asegura Conrad, acomodándose más en su asiento.
— Creo que me da demasiado crédito señor — Niego —. Ni si quiera he sido capaz de domar a esa condenada ave.
Ambos rien mientras yo resoplo ante el recuerdo.
El día de ayer lo volví a intentar y termine una vez más tragando polvo.— Siendo sincera, jamás había visto una Falke tan violenta como la que te has enfrentado Henry... Creo que tienes suerte de que aun no te haya causado heridas — Asegura Frida sirviendo un poco de ese maravilloso líquido llamado té —. Los falkes que mi esposo llegó a domar en el pasado eran bastantes dóciles.
— Es verdad, Por alguna razón nos odia con todo su ser — Secunda el susodicho —. Quizá sea porque es hembra... Las mujeres siempre son difíciles de complacer.
Frida le lanza una mirada de reproche a su esposo, y yo soy incapaz de contener la risa que sale de mis labios.
Por alguna razón, recuerdos de Emma y su constante terquedad se me vienen a la mente.La extraño demasiado.
— En fin, debería comenzar a preparar al carno... ¿Que es eso?
ESTÁS LEYENDO
Un Mundo Sin Sentido
AventuraHenry es un joven que ha vivido toda su vida en un laboratorio, sirviendo como un simple conejillo de indias. Durante años, soportó horrores y maltratos por el "bien de la humanidad" Su único consuelo son cuatro jóvenes que viven en el mismo laborat...