Amantes de Noche

Capítulo 8: Deudas

Siento su lengua pasar por mi cuello subiendo a mi cabeza, sus manos acarician mi torso bajando hasta la cintura, mis manos agarran su cabeza y manosean sus orejas, veo su lengua relamer sus dientes, su cabeza se acerca a mis oídos y susurra el sonido de la alarma de mi celular, que cada vez se vuelve más intenso.

El sonido de la alarma se vuelve más fuerte a medida que me tardo en despertarme. Me siento rápido y toco mi cabeza; seco, mi torso también, pero no puedo decir lo mismo de mis piernas. Me levanto rápido a bañarme, debo encender linterna para poder ver ya que ni el sol ha salido. Debo hacer algo con este sentimiento, nada bueno saldrá de esto, yo lo sé.

-¿Estás bien?

Me sobresalto, pero no dejo que se note.

-Ignacia... Eh, sí, estoy bien.

-¿En serio? Hoy te despertaste más temprano que de costumbre.

-Quiero llegar más temprano, nada más.

-¿Seguro?

-Segurísimo, ¿Y tú? También estás despierta.

-Yo me despierto a esta hora a alistarme.

-¿En serio? Bueno, con permiso, me iré a bañar.

Enciendo el agua para llenar la bañera mientras me quito la ropa, y al momento de acostarme mi mente me hace pensar que Pedro está junto a mí. Me levanto del sobresalto, sacudo mi cabeza dejando algunas cosas mojadas. ¡Ya sé que debo dejar de pensar en ese tipo! Ya sé que nada bueno saldrá de este sentimiento. ¿Él estará igual? Vuelvo a sacudir mi cabeza, me meto en la bañera ya con la mente en blanco dispuesto sólo a bañarme.

Termino y me pongo la toalla, con ayuda del secador eléctrico termino de quitar toda el agua y con el cepillo voy arreglando mi pelaje. Estoy abriendo la puerta dispuesto a irme.

-¿Adónde vas?-Es mi padre.

-Al instituto.

-¿Tan temprano?

-Sí, quiero llegar temprano.

-No, no vas a ir. ¿Desayunaste?

-Desayuno allá.

-Felipe, quítate esas tonterías de la cabeza, aquí desayunamos juntos.

-Prefiero desayunar en otra parte.

-Felipe, ven acá.

-Papá, no quiero.

-¡Felipe!

Salgo y cierro la puerta. Me voy corriendo con el corazón latiendo muy rápido.

◉❈✖❈◉

-¿Qué le dijiste?

Roberto suele ser muy odioso a veces, y lo digo que soy su hija, mamá no opina lo mismo.

-¿Me hablas a mí?

-¡Obvio que te hablo a ti! ¿Qué fue lo que le dijiste a tu hermano?

-Yo no le dije nada.

-¿¡Cómo que no!?

-¡A mí no me grites!

-¡Te grito lo que quiera!

-¡Ya paren ustedes dos!- Mamá se une a la pelea- ¿Qué parecen ustedes? No parecen familia.

-Él no es mi padre.

-Felipe es mi hijo, y si le dijiste algo...