Capítulo 22: Enmendar

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Me siento en la dura cama recordando mi vida y riendo internamente por lo que está pasando, no me puedo creer que de verdad estoy aquí otra vez. Me calma el pensamiento de que esto no es mi culpa y saldré de aquí.

A mi compañero lo sacaron para procesarlo seguramente, no dijeron nada, sólo lo agarraron y lo llevaron. Me dejaron solo básicamente. ¡Quiero irme!

-¿Pedro?- Esa voz... ¿Qué quiere ahora?

-¿Qué quieres?- Me acuesto. Hay un silencio largo.

-No puedo ser más imbécil- Se anima a hablar-. No sé en qué estaba pensando. Lo siento, perdóname, sólo fui un idiota, creí... Creí que mi padre no mentiría, era mi padre, nunca pensé que podría dudar de él, lo siento, en verdad...

-Dilo otra vez, repítelo.

-¿Mh?... Eh... Lo siento, no...- Parece estar un poco atontado, mi petición es rara, pero es lo que me salió- No quería hacerte tanto daño, si no quieres volver a verme, lo entenderé.

Me levanto de la cama y me acerco a ese perro y le tomo por la barbilla.

-Sácame de aquí y ahí veremos.

-Segundo... Mi padre lo pagará muy caro, todo lo que hizo- Siento su voz quebrarse-, nunca pensé que...- Siento su voz quebrarse.

-Oye, oye, tranquilo- Le interrumpo-, ya pasará, saldré de aquí, no te sientas más culpable.

-No es sólo eso... Él... La iglesia no era sólo culto...- Está a punto de las lágrimas.

-Oye, oye, cualquier cosa que sea, saldremos juntos, pero primero sácame de aquí.

-Sí.- Se soba la cara- No quiero perderte.

-No lo harás- Le acaricio su mejilla. Felipe recarga su cabeza y acaricia mi mano.-¿Sabes cuándo va a hacer el juicio?

-Según tengo entendido, lo aplazarán unos días más- Se aparta-, mi padre sigue en el hospital.

-¿Aún?

-Dicen que la herida es de bala, que no hubo forcejeo pero aun así logró dañar profundamente.

-¿Tú crees que se pudo disparar a sí mismo?

-No. O quizás sí, es que ya no sé qué pensar de él.

-Ayer en la noche vino a verme Hernán, y se veía muy preocupado.

-¿Hernán?

-El líder de los lobos B, es un lobo pero tiene conexiones con las hienas. Habló mucho de tener que entablar relación con Rosario, temo que le haya pasado algo también a Camilo.

-¿Entablar relación con Rosario? ¿A qué te refieres?

-Mh... Te explico en otro momento, te prometo que no pasará nada, lo arreglaré.

-Pedro, tengo miedo. ¿Y si al final estamos destinados a perdernos?

-No, eso no pasará.

Escucho un ruido de alarma del guarda que ha estado parado al lado de la jaula.

-El tiempo terminó- avisa-, Felipe Meliman, venga conmigo.

-Claro- Me mira-, este fin de mes se celebra el juicio si no hay problemas, confiemos en Segundo.

-¿Es lo único que nos queda?

-Sí.

-Joven.

-Ya terminé, nos vemos.

-Cuídate.

Felipe sale con el guardia. Observo el calendario que dejó mi compañero de celda. El fin de mes es dentro de una semana, la semana del Lunes 26 de Marzo. Me acuesto en la cama a la espera de los días, y les juro que me volveré loco si tengo que estar un día más en esta prisión.

Amantes de NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora