Capítulo 7

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Christian

—¿Fue un acto deliberado?

—No, señor. Un conductor ebrio los embistió. Su padre salió ileso. Elliot no corrió con la misma suerte.

Un escalofrío me recorre la columna.

—Encárgate del asunto y no dejes que la policía intervenga.

—Señor—asiente.

Taylor y yo avanzamos hasta llegar a la sala de espera dónde mi padre se encuentra con Nora, su enfermera. Ella debió prevenir todo este puto caos.

—Señor Grey...

—Hablamos luego—la interrumpo.

Me dirijo al hombre sentado al final de la sala, con su rostro enterrado entre sus manos. Cuando siente mi presencia se levanta de inmediato y corre hacia mí.

—Maldita sea, papá ¿Qué hacían afuera? ¿Que demonios ha pasado?

—Lo siento, hijo. Lo siento.

Papá está tan confundido como lo ha estado los últimos diez años.

—Sabes que no puedes quedarte solo.

Mucho menos salir de casa.

Mierda.

Pude perderlos.

—Quería ser un padre normal—llora y yo lo estrecho entre mis brazos sintiéndome culpable por arremeter contra él—. Quería ser un buen padre como tú.

Veo a Nora quien tiene los ojos nublados. Sawyer está a su lado también consternado.

—Ya basta—susurro—. No llores, por favor.

Lo tranquilizo como lo he hecho cientos de veces. Cuando su llanto cede lo aparto ligeramente de mí y lo llevo hasta una de las sillas.

—Íbamos por un helado. Quería hacerlo feliz.

—Lo sé—digo y el grito de Elliot me hiela la sangre.

Las puertas dobles se abren y sale una enfermera. Generalmente su expresión siempre es imperturbable, pero hoy muestra aflicción.

—Necesito que me acompañe—pide.

Cruzo las puertas dobles y me encuentro a Elliot luchando con los doctores. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras impide que le toquen. Él no es una tarea fácil, es casi tan alto y fuerte como yo.

—Elliot—me inclino sobre la camilla y tomo su rostro entre mis manos—. Soy Christian. Estoy aquí.

Sus ojos azules se centran en mí y más lágrimas brotan de ellos. Su rostro está lleno de laceraciones y su brazo derecho no se ve nada bien.

—Necesitamos cedarlo—indica uno de los médicos con temor a acercarse.

—Hágalo—le ordeno.

No soporto ver a Elliot sufrir.

Sigo inclinado sobre la camilla y empiezo a hablarle para tranquilizarlo. Mientras los médicos se apresuran a inyectarlo. Su llanto por fin se calma y parece ya no tener dolor.

—¿Que ha pasado?

El médico a cargo me informa que Elliot se ha fracturado en seis partes el brazo derecho. El auto recibió el impacto en lado del copiloto, justo donde iba él. Tendrán que reconstruir algunos huesos con ayuda de placas y tornillos y atenderán las otras heridas que ha sufrido con el golpe.

—¿Que hay de la recuperación?

—Con muchos cuidados en seis meses estará bien.

Brindó la información necesaria a los médicos. Su estado de salud, alergias a medicamentos y sus fobias.

Quédate a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora