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Hyunjin:

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Hyunjin:

-¿Nos vendrás a visitar verdad? -me miró con aquellos lindos ojitos el rubio.

-Sabes que si -besé su mejilla, sentí un leve gruñido a mi lado- y tú -miré al dueño del gruñido- Más te vale cuidarlo.

-No hay duda de eso -apretamos nuestras manos- Cuídate.

-Ustedes igual, nos vemos en las fiestas.

Le di un último abrazo a Jisung, una mirada divertida a Minho y me fui de allí.

Dolía tener que alejarme de nuevo de Jisung, pero no tanto como la primera vez, mi lobo estaba tranquilo al saber que Jisung estaba bien cuidado por su pareja.

Cuando llegué de nuevo a casa, salí derecho al campo. El alfa me había dicho que me tome unos días, pero yo estaba pronto para entrenar al nuevo grupo de lobeznos.

Saludé a Minju y miré desconcertado frente a mí, no había nadie más en el campo.

-¿Y los Lobeznos? -la miré confundido.

-En el lago, siempre se escapan al saber que viene alguien a instruirlos. Son muy rebeldes, no he podido con ellos -suspiró cansada.

-Voy por ellos, espéralos aquí -levanté la cabeza en alto y caminé con una postura que demostraba superioridad, no iba permitir que el primer día de los lobeznos se me escaparan.

Al llegar al lago, varios lobeznos convertidos en sus lobos chapoteaban y jugueteaban, aunque no todos lo hacían.

Me llamó la atención al ver cuatro lobeznos empujando a uno más pequeño hacia el agua mientras tironeaban de sus patas y cola, el más pequeño intentaba soltarse inútilmente.

Gruñí muy alto mostrando mis dientes, todos los lobeznos se quedaron quietos.

-¡Al campo ahora, cuando llegue los quiero a todos vestidos y sentados! -ordené con voz firme.

Los lobeznos chillaron y salieron corriendo con las orejas bajas y la cola entre las patas, en señal de sumisión.

El único que quedó allí fue aquel pequeño lobezno color crema.

Al acercarme pude ver que tenía una de sus patas delanteras heridas.

-Vuelve a tu forma humana -ordené con la voz más tranquila.

El lobezno color crema volvió a su forma humana, sorprendentemente tenía puestos unos pantalones y una camiseta.

Cuando me miró, sentí a mi lobo bajar todas sus defensas y sentirse vulnerable.

Sus ojitos color crema como su lobo me miraron llorosos, sus pálidas manos taparon su dulce y tierna carita para aguantar el sollozo.

-L...lo siento señor, y-yo no quería venir, ellos...me...me obligaron -lloró más fuerte.

-Shh, tranquilo -acaricié su cabello y lo ayudé a levantarse ya que estaba de rodillas- Ven, vamos a curarte ya que estás herido -tomé su brazo con delicadeza y comenzamos a caminar, yo no podía parar de mirarlo.

-¿Estás mejor? -él asintió limpiando sus lágrimas de sus rojitas mejillas-¿Cómo te llamas?

-Soy Jeongin, Yang Jeongin, señor -respondió mirando al piso.

-Hwang Hyunjin, llámame Hyunjin y mírame cuando te hablo, no tienes porqué bajar la mirada ante mí -dije con voz tranquila.

-Está bien señ... Hyunjin.

-¿Por qué te molestaban esos lobeznos?

-Porque ellos dicen que no tendría que estar en el grupo, soy muy débil y pequeño para pelear con alguien en forma de lobo por ser mitad lobo, mitad mago -explicó cubriendose la parte herida de la mano.

-Entonces deberían tenerte miedo -le guiñé el ojo, una sonrisita apareció en sus labios.

Sospechaba que de esta dulzura iban a gustarme muchas cosas.

Sospechaba que de esta dulzura iban a gustarme muchas cosas

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𝙉𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙚𝙨 𝙩𝙖𝙧𝙙𝙚 | 𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora