Capítulo Dos

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Habían pasado dos meses desde que Itadori Yuji estudiaba en la escuela secundaria Jujutsu Tech. Dos meses en los que dondequiera que fuera, hacía suspirar estúpidamente a los chicos y chasquear la lengua de envidia a las chicas.

No es que la pelirrosa notara nada, después de todo, no había nadie más ajeno que ella.

Mientras caminaba por el patio de la escuela charlando por mensaje de texto con Megumi, se detuvo cuando escuchó una voz muy familiar. Cuando miró hacia adelante a unos pasos de distancia, vio a Gojo y Geto, quienes también se dirigían hacia el edificio central de la escuela.

Sonriendo, quiso acercarse a ellos antes de que llegaran a la zona boscosa, pero se detuvo cuando apareció una nueva notificación en su teléfono. Después de terminar su conversación con la chica Fushiguro, guardó su teléfono celular y corrió hacia los dos chicos.

-...Será mejor que te des prisa Satoru, antes de que alguien se lleve tu caramelo de cereza primero.

Confundida, Itadori no dejó de preguntarse de qué estaban hablando.

¿Dulces de cereza?
¿Le gustaban a Gojo?

-No sé de qué estás hablando.

Escondida detrás de un seto, decidió escuchar la extraña conversación entre los chicos.

-Es por decir estas cosas que ojalá alguien te la robe.

-TSC!! Vámonos, Shoko nos está esperando.

Al verlos irse, Yuji vio a Suguro mirar al albino y negar con la cabeza.

-¡¿A Gojo-Kun le gustan tanto estos dulces de cereza, que Geto-Kun quiere que se apure y los compre, antes de que alguien más los tenga primero?!

La pelirrosa sabía qué balas eran, ya las había comprado antes, solo estaban disponibles en una sola máquina; la máquina está que estaba al otro lado de la escuela.

Sujetando fuertemente su uniforme, Yuji corrió apresuradamente por los pasillos de la escuela. Obviamente ella le compraría los dulces a Satoru solo porque era una buena amiga, estaba claro que no había segundas intenciones. Eran amigos, sólo amigos.

Era cierto que a veces su corazón latía más rápido cuando estaba con el chico de ojos azules o que su estómago se llenaba de mariposas cuando sus manos se tocaban accidentalmente. Pero ella no estaba enamorada de Gojo Satoru, definitivamente no lo estaba.

¡Sí!
¡Ella no estaba enamorada de Gojo Satoru!

Con los caramelos de cereza en una mano y una amplia sonrisa en su rostro, Itadori buscaba al chico albino para regalarle los dulces. Creyendo que si tenía suerte, ellos podrían hablar un poco después de que ella lo encontrara, antes de tener que regresar a clases.

-¡¡Itadori-Chan!!

Escuchó que alguien llamaba detrás de ella, mirando hacia atrás encontró a algunos de los sempais de segundo año.

-¡Hola Sempais!

-Vimos tu último partido, estuviste increíble como siempre. ¡Felicidades!

-Gracias. Me alegra que hayan venido a vernos jugar.

-Entonces Itadori-Chan, nos preguntábamos si te gustaría irte...

-¡¡¡YUJI!!!

La chica se giró rápidamente, curiosa por saber quién la llamaba.

-¡Gojo-Kun!

La Chica del Pelo Color de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora