La Chica del Pelo Color de Rosa

Capítulo Ocho

Sentada en el asiento del inodoro en uno de los cubículos del baño de chicas, Itadori Yuji se quitó la camiseta rosa que llevaba debajo de su uniforme escolar.

Habían pasado cinco meses desde que habia nacido su bebé y ella ya había regresado a la escuela para cursar su segundo año de secundaria, sin embargo también había surgido un problema con su regreso a las aulas.

No era ningún secreto que la chica pelirrosa era muy completa en cuanto a sus atributos frontales y tras el nacimiento del pequeño Gojo Yusei, estos eran considerablemente más grandes, pesados ​​y rebosantes de leche para amamantar a su hijo.

Lo que la trajo de regreso al momento presente, donde se estaba cambiando de camiseta gracias al líquido blanco que se escapaba.

Debido a la gran cantidad de leche que estaba produciendo, su médica le había aconsejado extraer un poco con ayuda de una pequeña bomba de succión y guardarlo para que su hijo pudiera beberlo cuando ella no estuviera en casa.

Con su necesidad de volver a la escuela, una niñera de confianza elegida por la madre de Satoru había sido contratada para cuidar a Yusei y gracias a el leche que Itadori mantenía almacenado, su hijo iba creciendo firme y fuerte. Sin embargo, eso no significa que accidentes como el que estaba pasando ahora no pudieran suceder, esa no era la primera vez y la chica pelirrosa sentía que tampoco sería la última.

Después de hablar con su médica la semana anterior, le dijeron que hablara con la enfermera de la escuela sobre la posibilidad de usar el extractor de leche en la enfermería a la hora del almuerzo.

Yuji aún no había hablado con la mujer porque se sentía avergonzada, pero como la situación iba pasando de un inconveniente menor a un terrible dolor de cabeza, había decidido hablar con ella al terminar las clases.

Limpiándose inútilmente con toallitas húmedas, suspiró con frustración, al parecer estaría mucho tiempo en ese lugar si no podía extraer al menos un poco de leche.

-Yuji.

Un susurro masculino la hizo gritar de miedo e inmediatamente cubrirse con las manos.

-Soy yo, Satoru.

-¡¿Satoru qué haces aquí?! Este es el baño de mujeres.

Dijo con autoridad.

-Estabas tardando un poco, así que estaba preocupado. ¡¿Esta todo bien?!

Cuestionó frente a la puerta de la cabina dónde estaba ella.

-Yo estoy bien. Puedes regresar a nuestra clase ahora.

-Si estás bien, entonces puedes abrirme la puerta… ¡¿No es así?!

-¡Satoru vete!

Dijo nerviosamente, no quería que el albino la viera así.

-¿Yuji, realmente estás bien?

Preguntó Gojo, su voz indicaba lo preocupado que estaba.

-Toru, estoy bien, así que por favor vete... Puedes ser expulsado si te encuentran en el baño de mujeres.

La Itadori intentó que su voz sonara lo más firme posible, pero el silencio que provenía del chico la puso ansiosa.

-¡¿Toru?!... ¡Satoru!

-Yuji, si no quieres que me expulsen, te aconsejo que abras la puerta inmediatamente, ya que alguien viene hacia aquí.

-No voy a caer en eso, sólo quieres que yo abra la puerta.