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Capítulo 22:
:(

Se dio cuenta de algo esos días que pasó con ese Quackity que ya no era su Quackity. Se dio cuenta que desde el primer momento, solamente fastidió la vida de aquel chico al que entregó su corazón.

Se dio cuenta de su error. Le quiso entregar su corazón cual está pintado de tonos de azul. Ahora con tonos negros recorriéndolo. Trató de darle un corazón muerto a alguien que tenía un color rojizo, que estaba vivo y que tenía oportunidades que hacer a futuro. Ahora se las había destrozado todas solo por dejar que se enamore de él.

Se dio cuenta de su egoísmo. Desde el momento que lo vio en la cafetería pudo haberse ido y evitar que vuelva a adentrarse en ese bosque. Prefirió ir tras él, enamorarse aún más y llevarlo a la misma muerte con él mismo. Que su corazón deje de latir como una persona y que ahora esté obligado a no salir de ese bosque.

Se dio cuenta de que estaba enamorado de él. Siempre lo estuvo pero ahora iba a ser difícil de demostrárselo. Ahora iba a estar más preocupado de todo lo que pase en el bosque que en su propia salud o en el zorro. Wilbur sabía que Alexis ya no volvería a ser ese chico azabache con ojos oscuros y esa hermosa cicatriz que de una manera los unía.

Se dio cuenta de su error. Se dio cuenta de que era un iluso. Se dio cuenta de que nunca tuvo que hacerle la cicatriz. Se dio cuenta que Quackity ya no podría ser suyo.

Se dio cuenta que estaba llorando.

[...]

Su cabello se veía horrible ahora que se miraba en el espejo. No se había cuidado en un tiempo pensando en como salvar a Quackity de esa vida que no tuvo que haber elegido. ¿Debería salvarlo? ¿Siquiera es la palabra adecuada?

Había crecido un poco más que la otra vez. El pelo por un poco por encima de los hombros no le quedaba mal. Si no fuese porque lo tiene mal peinado y porque se ve horrible. Se sentó en el suelo mientras pensaba. Todo esto fue por la maldición que tomó con XD. Aunque algo no lo terminaba de entender. ¿Por qué aún tienen el trato? La idea era mantener vivo a Quackity. Ese era el tratado. Pero ser un guardián no lo termina de dejar vivo.

Y tal como si lo hubiese invocado, unos brazos envolvieron su espalda con cariño. Ahora mismo el azabache podía hacer un poco lo que quería. Menos estar vivo y salir del bosque. Eso lo sabía Wilbur y eso le molestaba. Esos brazos lo atraen más a él antes de darle un beso en la mejilla.

No sabía si había amor en esos actos. Solamente estaba con él unos segundos, lo abrazaba y se iba. Esa fue su rutina durante una semana y ya estaba harto de eso. No dudó en girar la cabeza para mirarlo, sintiendo dolor en su pecho. El azabache parpadeó un par de veces a lo que su sonrisa se hizo más grande.

— ¿Por fin quieres hablar conmigo o vas a seguir malhumorado? — Fueron las palabras del azabache. Solamente provocaron incomodidad en el peliblanco, quien quedó en silencio. — Vamos, Wil. Ya ha pasado una semana y ni me diriges la palabra. 

— Porque quiero entender por qué hiciste ese trato. No le veo pies ni cabeza.

— Para estar contigo. Creo que era obvio. — Y entonces un par de besos se quedaron en su mejilla, siendo cada vez más. El zorro tenías las orejas hacia abajo.

Así entonces se le ocurrió una idea horrible pero útil. Se giró un poco para poder mirarlo mejor.

— Yo no quiero que estés conmigo.

Seis palabras que sorprendieron al azabache. Se quedó perplejo, parpadeando un par de veces. Ladea la cabeza, tratando de buscar algo lógico.

— No me puedes mentir, Wil.

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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A Coffee And A Fox [Quackbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora