Wolves - Selena Gómez ft Marshmallow
No sabía si era lo correcto.
Pero lo único que sí sabía era que no había podido negarme.
Kyan me pidió que me quedara a dormir con él, prometiéndome que no haríamos nada de lo que nos pudiéramos arrepentir luego, que no haríamos nada que no quisiera. Pero en ese momento, mientras lo observaba caminar en su habitación, mientras solo vestía un pantalón de chándal y una delgada camiseta blanca, comencé a cuestionarme que quizá no había sido una buena idea. Pues claramente se miraba su definido abdomen, en como los músculos de sus brazos se flexionaban cuando él hacia algún movimiento.
No, definitivamente no había sido una buena idea, ¿pero cómo me iba sin parecer una miedosa? No le tenía miedo a él, eso ni de loca, tenía miedo de lo que yo podría hacer y mis mejillas coloradas eran una clara afirmación a que mi cuerpo no me obedecería, eso y que fácilmente perdía el control sobre él.
Estaba sentada en la orilla de la cama con mis piernas flexionadas, Kyan me había prestado una camiseta y un pantaloncillo, ropa muy cómoda pero que estaba impregnada de su colonia y de su aroma. Hice una plegaria mentalmente, rogando por mi alma.
— ¿Quieres ver una película? —cuestionó, encendió la tv, desplegándose ante mí una cantidad de películas y series.
—Claro —respondí, observando cómo se sentaba y recostaba su espalda en el respaldar de la cama. Y casi, casi doy un brinco fuera de la cama. Lo escuché aclararse la garganta, la típica señal para llamar la atención, quería que lo mirara, quería decirme que me acercara. Giré el rostro, sonreía.
—No pasará nada, tranquila..., ven, acércate —pidió, palmeando el lugar junto a él. Relajé mis hombros, tenía razón, él me amaba y respetaba..., él nunca me obligaría a hacer algo. «A menos que tú quieras hacer algo», murmuró mi conciencia. Me acerqué y comenzamos a ver televisión; una serie muy cómica y divertida, pero el cansancio poco a poco comenzaba a apoderarse de mí, me encontraba rodeada por los brazos de Kyan y mi cabeza apoyada en su hombro, me sentía tan cómoda, así nada más, estando uno al lado del otro—. Bien, es hora de dormir, bonita. —Apagó la televisión y yo me enderecé en mi lugar, tallando mis ojos que, durante ese momento, se sentían cansados. Lo enfoqué y sonreía, me miraba con ternura y adoración. Pero el efecto que tuvo en mi fue distinto, más denso—. Buenas noches... —murmuró, mientras depositaba un cándido beso en mis labios, los cuales atraparon y proclamaron como propios los suyos. Mis manos volaron a su cabeza y jugaron con las hebras doradas, sintiendo lo sedoso y suave.
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A pesar de todo © [COMPLETA]
RomanceEmily pasaba sus días trabajando y ahorrando para pagar sus estudios; y sobre sus planes lo menos que esperaba -o deseaba-, era enamorarse. Ya que, para ella, el hecho de entregar su corazón..., ya no lo concebía como una opción. Sin embargo, fue ah...