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La atmósfera de nuestro nuevo hogar en México era serena y cálida. Después de llegar al hotel, Hanna y yo decidimos salir a cenar para disfrutar de la comida local. Sin embargo, cuando Hanna intentó levantarse, un mareo la hizo regresar rápidamente al asiento.

—Cariño, deberíamos ir al hospital, no quiero que te sientas mal —dije con preocupación.

Hanna negó con la cabeza, tratando de restar importancia al incidente.

—No, estoy bien, solo fue un pequeño mareo. No te preocupes, Arthur —respondió con una sonrisa.

Mientras ella se acercaba a la maleta, sacó un objeto envuelto en papel. La curiosidad se apoderó de mí, y observé con atención. Para mi sorpresa, desplegó un ultrasonido revelando un embarazo gemelar.

—¿Gemelos? —exclamé con asombro.

Hanna asintió con una mirada llena de emoción y alegría.

—Quería esperar a este momento para sorprenderte. Seremos una familia aún más grande, amor.

Una mezcla de felicidad y sorpresa llenó mi corazón. 

Animado por la noticia de que seríamos padres de gemelos, decidí compartir la alegría con mi madre. Llamé a Pascale y le dije emocionado:

—¡Mamá, tenemos noticias increíbles! Hanna y yo vamos a ser padres de gemelos.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Pascale respondiera con una felicitación forzada.

—Oh, eso es maravilloso, Arthur. ¡Felicidades! —dijo con una entonación que delataba su descontento.

Sin darle demasiada importancia, continué:

—Gracias, mamá. Estamos muy emocionados. Será una...-

Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, Pascale colgó bruscamente, dejándome perplejo por su reacción. Miré a Hanna con una expresión de confusión, pero ella simplemente se encogió de hombros.

—No te preocupes por eso, cariño. Lo importante es que estamos felices con esta noticia —dijo Hanna tratando de restar importancia a la extraña reacción de mi madre.

Llenos de alegría, decidimos compartir la noticia con los padres de Hanna. Al llamarlos, escuchamos sus voces emocionadas al enterarse de que serían abuelos de gemelos. Nos felicitaron y expresaron sus mejores deseos para nuestra pequeña familia.

Después de la llamada, decidí compartir la noticia con el mundo. Tomé una foto del ultrasonido de nuestros futuros hijos y la publiqué en nuestras redes sociales

( FOTOGRAFIA DEL INSTAGRAM DE ARTHUR Y HANNA )

( FOTOGRAFIA DEL INSTAGRAM DE ARTHUR Y HANNA )

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-¿Quieres... hacer algo loco?- le pregunté, y su rostro se iluminó con una sonrisa intrigada.

-¿Como qué?- respondió con curiosidad.

Así que, pagué la cuenta y lo saqué del restaurante. Subimos al auto y le dije: 

-Bueno, no aguanto un minuto más sin ser la señora de Arthur Leclerc, así que...-, abrí Google Maps y le mostré cómo llegar a un registro civil cercano. Arthur sonrió y asintió, conduciendo hacia el destino improvisado.

En el registro civil, mientras llenábamos un montón de formularios, Arthur de repente se dio cuenta: 

-Mierda, los anillos-. Sonreí y le aseguré que podríamos conseguirlos después. Ambos esperamos nerviosos a que un juez atendiera nuestra solicitud de matrimonio express.


Los papeles firmados, las palabras del juez aún resonando en nuestros oídos, salimos del registro civil como marido y mujer. Aunque estaba nerviosa, la felicidad llenaba mi corazón. Arthur, siempre caballeroso, me tomó de la mano y me miró con amor.

-Mi amor, yo quería verte de blanco...- comentó Arthur con una expresión juguetona.

Sonreí y le respondí: 

-Bueno, cuando nazcan estos pequeños, lo haremos, mi amor- Arthur me besó tiernamente, y ambos subimos al auto, dispuestos a cumplir la siguiente parte de nuestro plan.

-Vamos por esos anillos. Si no te doy una piedra enorme, sé que tu madre me ahorcará-, dijo Arthur, haciéndome reír con su comentario. 

POV'Charles

Nos encontrábamos sentados en la mesa, disfrutando de la comida y la compañía. Pascale, Lorenzo, su novia y yo compartíamos anécdotas cuando, de repente, Lorenzo se atragantó con algo y, al mirar su teléfono, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.

-¿Qué viste? ¿Sucede algo?-, preguntó Pascal con curiosidad. Lorenzo rió antes de mostrarnos una fotografía en su teléfono.

-Al parecer, ustedes dos lograron que Hanna y Arthur se casaran en México a escondidas-, comentó Lorenzo mientras pasaba el teléfono para que todos viéramos la imagen.

La foto mostraba a Hanna y Arthur, con una expresión de felicidad y complicidad, saliendo del registro civil. La noticia nos tomó por sorpresa, y todos en la mesa quedamos en silencio por un momento. Pascal rompió el hielo diciendo: 

- Parece que mi hermano y Hanna no perdieron tiempo-

Mientras todos compartíamos comentarios y reacciones, yo trataba de procesar la noticia. Hanna, la mujer que había sido mi prometida, ahora era la esposa de mi hermano

Pascal, visiblemente molesta, se levantó de la mesa con determinación. 

-¡Toto y Susie me van a escuchar! ¡Esos muchachos no tienen límites!- exclamó antes de salir de la casa azotando la puerta. La tensión en el ambiente se hizo evidente, y el silencio se apoderó de la mesa.

Lorenzo y su novia intercambiaron miradas preocupadas, mientras yo me sumía en mis pensamientos.

Born to Die - Charles Leclerc -+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora