CAPITULO 10: "Semilla"

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Su mano se retiró del contacto con la mía, provocándome levantar la mirada hacia él. Una sutil sonrisa se dibujó en sus labios mientras comentaba:

—Estoy bien, no duele, solo arde.

—Okey, ¿Qué harás mañana? pregunté con interés.

—Mhm, no lo sé, creo qué estaré libre —respondió— ¿Por qué?

—¿Te parece si mañana desayunamos juntos?

—Es una linda propuesta, nunca me habían invitado a desayunar antes.

Tras plantear la pregunta, su respuesta afirmativa me sorprendió. En ese momento, dudé si habría interpretado mal mis palabras o si era yo quien estaba malinterpretando mis propios pensamientos. No era mi intención sugerir ese tipo de invitación, sino más bien compartir un desayuno amigable.

—Hay un restaurante cerca de aquí —mencionó, sacándome de mis pensamientos— NEPAL restaurant, me gusta la carta que ofrecen ahí.

Era exactamente el restaurante al que solía ir todos los días para almorzar. Se encontraba a aproximadamente una cuadra y media de distancia, convirtiéndolo en un lugar familiar y cómodo. La casualidad de que también le gustara me hizo preguntarme cuántas veces habríamos estado allí al mismo tiempo sin saberlo.

—Me gusta ese lugar —Incliné la cabeza en señal de asentimiento ante la propuesta.

—¿Quieres qué pase por ti mañana, chico?

—No, no...—sonreí con nerviosismo—Veámonos ahí.

—Perfecto, mañana a las nueve y media. No llegues tarde —advirtió.

Posterior a ello observé cómo se despedía y se alejaba con naturalidad, mencionando vagamente tener asuntos pendientes. A pesar de la incómoda revelación de los rasguños o de la invitación inesperada que hice de repente, acepté la despedida sin profundizar en ello.

Después me quedé reflexionando sobre nuestras interacciones pasadas. La curiosidad se apoderó de mí, así que decidí investigar más sobre él en las redes sociales. Sin embargo, para mi desconcierto, no logré encontrar ningún rastro de él en ninguna plataforma. Su ausencia virtual solo aumentó el misterio que lo rodeaba o el que yo creía en mi cabeza.

Cautivado por el enigma que representaba, continué explorando cada rincón de internet en busca de algún indicio sobre quién era realmente. Mi mente estaba llena de preguntas, pero las respuestas parecían esquivarme.

Quizás era un experto en mantener su privacidad. Mi intento por descifrar su vida a través de las redes resultó infructuoso.

La noche avanzaba, pero mi mente seguía inquieta, daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Me sentía nervioso, sumido en pensamientos sobre el inesperado giro que había tomado mi día. La invitación a desayunar, que inicialmente creí amistosa, ahora resonaba en mi cabeza con un matiz algo diferente. Aunque intentaba convencerme de que no tenía que significar nada en especial, sentía algo raro al pensar en ello.

Mientras reflexionaba sobre la situación, me pregunté si tal vez había malinterpretado la respuesta de Alexander. Después de todo, éramos dos hombres y podíamos salir casualmente a desayunar, no tenía absolutamente nada raro. Aun así, la incertidumbre persistía, y me sumía en un mar de pensamientos mientras la noche avanzaba silenciosa a mi alrededor.

07:00AM

Al día siguiente, me encontraba despierto muy temprano, frente al espejo, evaluando mi vestimenta con meticulosidad. Cada detalle parecía cobrar una importancia insospechada. ¿Era esta la mejor elección para ir a desayunar? Las dudas rondaban mi mente mientras intentaba calibrar la casualidad de mi atuendo.

ENTRE LIRIOS & SOMBRAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora