Durante una tarde de sábado en la lujosa mansión de Tony Montana, Vivian, la pequeña de 6 años, observaba a su madre, Elvira Hancock, con admiración. Fascinada por la elegancia y belleza de su mamá, Vivian se encontraba sentada en la cama de sus padres observando cada movimiento de Elvira, mientras ésta se maquillaba frente al espejo de su tocador.
Los destellos de sombras de ojos y el suave perfume llenaban la habitación mientras Elvira se preparaba con gracia para esa noche, en la que junto con su esposo saldrían a cenar a un elegante restaurante con el fin de celebrar su aniversario de casamiento. Vivian, mirándola con sus ojitos curiosos, le preguntó:
- Mami, ¿por qué siempre te maquillas y te pones vestidos tan bonitos?
- Lo hago para verme hermosa, mi cielo - respondió la mujer con una sonrisa en su rostro.
- Pero tu ya eres muy bonita, mami. Tu eres la más bonita de todas las mamis del mundo - dijo la niña con inocencia.
Elvira no pudo evitar morirse de ternura al escuchar las lindas palabras que le dedicaba su princesita, así que se acercó a ella y le dió un beso lleno de amor en su frente.
- Gracias, mi vida. Es muy bonito que me digas eso. Pero a lo que yo me refiero es que el maquillaje es una forma de expresión, mi amor. Me hace sentirme bien y segura de mí misma. Yo ya sé que soy muy hermosa, y es por eso que me maquillo, para verme todavía más hermosa y resaltar mis mejores rasgos. ¿Lo entiendes, corazón? - le dijo Elvira con un toque de seriedad, pero sin perder su sonrisa.
Vivian, al oír esto, asintió con seriedad, como si absorbiera cada palabra de su madre.
Al acabar de maquillarse, Elvira se levantó de su asiento, para luego caminar hacia su enorme armario, el cual era tan grande que perfectamente podría ser una habitación mas. Al abrirlo, no solo estaba lleno de vestidos preciosos y deslumbrantes que hacían resaltar su figura, sino que también allí se encontraba su numerosa colección de zapatos de tacón y bolsos de diseñador. Vivian se acercó a ver más de cerca y no pudo contener su entusiasmo al ver tantos colores y telas hermosas.
- Mami, ¿puedo probarme uno de tus vestidos algún día? - preguntó la pequeña con sus ojos brillantes y llenos de ilusión, mientras daba pequeños saltitos demostrando su emoción.
Elvira, con una risa cariñosa, se arrodilló para estar a su altura, la tomó de ambas manitos y le prometió que algún día le regalaría todos sus preciosos vestidos y sus brillantes accesorios, e incluso le propuso que podrían salir juntas a los mejores centros comerciales y tiendas exclusivas para comprar muchos más vestidos y pasar tiempo juntas entre madre e hija.
Mientras Elvira trataba de decidir cuál de todos sus vestidos sería ideal ponerse para la ocasión, Vivian volvió a sentarse en la cama. Mientras veía como su madre se probaba vestido tras vestido y diferentes pares de zapatos, y luego posaba frente a su gran espejo analizando sus opciones, la pequeña comenzó a imitar sus movimientos con alegría, soñando con el día en que sería tan hermosa y elegante como Elvira Hancock.
La escena reflejaba un momento especial de admiración y conexión entre madre e hija, donde la pequeña Vivian aspiraba a ser como su inspiradora figura femenina. La mansión resonaba con las risas y los sueños de la niña, mientras el lazo entre madre e hija se fortalecía en esos momentos compartidos de belleza y complicidad.
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Scarface - One Shots
Short StoryColección de historias cortas que involucran a los personajes del universo de la película "Scarface", estrenada en 1983, dirigida por Brian De Palma y guionizada por Oliver Stone. Las historias no seguirán un orden cronológico, y en ocasiones estará...