Desastre cosmético

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Durante una tranquila tarde, Rosie, la pequeña hija de Gina y Manny, se aventuró a la habitación de sus padres con la curiosidad de experimentar con el maquillaje. Se metió en la habitación sin que nadie la viera, y cuando encontró la colección de maquillaje de su mamá, comenzó a intentar maquillarse. Sin embargo, sus intentos resultaron en un desastre: bases rotas, rímel derramado y lápices labiales mal aplicados y rotos. Al ver el gran desastre que había ocasionado, Rosie comenzó a desesperarse y no podía pensar en una buena manera de enmendar su error (o en todo caso, de ocultar la evidencia).

Mientras tanto Gina, al no saber donde estaba su niña, comenzó a buscarla y a llamarla por todos los rincones de su casa, sin éxito en su búsqueda. Por lo que decidió buscar en su propia habitación. Al entrar y descubrir el caos, soltó un grito de sorpresa.

- ¡¡Rosario Isabel Ribera!! ¡¿Qué es todo este desastre?!

Rosie, con la cara llena de maquillaje mal aplicado, se puso aún mas nerviosa y no pudo evitar comenzar a llorar. Gina entonces pensó que tal vez había reaccionado de una mala manera, asi que con ternura, trató de calmar a su hija.

- Perdón por haberte gritado así, mi vida - dijo Gina con ternura, mientras la abrazaba con una mano y acariciaba suavemente su cabello con la otra.

Unos minutos después, Rosie pudo regular su respiración y tranquilizarse.

- Ya está, ya está mi amor. Ahora sí, quiero que me digas la verdad y me cuentes todo lo que pasó. ¿Por qué lo hiciste? - le pidió amablemente a su pequeña, mientras le secaba las lágrimas con un pañuelo de papel.

- Lo siento mucho, mami. Yo solo quería aprender a maquillarme también. Yo siempre veo cómo maquillas a las demás señoritas en tu salón y cómo te maquillas tu también. Pensé que yo también podía hacerlo, se veía muy fácil pero es muy difícil, y varias de tus cosas se me resbalaron de mis manos y se me cayeron - confesó la niña, mientras otra vez las lágrimas volvían a amenzar con escapar de sus ojitos. - Yo solo quería ser bonita y talentosa como tú.

El corazón de Gina se rompió al escuchar la confesión.

- Mi amor, te agradezco por decirme la verdad, pero sabes que no tuviste que hacer eso. Tú ya eres muy hermosa, y no necesitas maquillaje aún. Además, ese maquillaje sólo esta hecho para que lo usen las mujeres grandes como yo. No es saludable que una niña tan pequeña como tú los use. ¿Entiendes, mi niña?

- Si mami - le respondió Rosie, con la cabeza cabizbaja, pero entendiendo lo que su madre le dijo.

- Me alegra que lo entiendas pequeñita. Te perdono por lo que hiciste, pero debes saber que esto no se va a quedar así. Vas a estar castigada por un mes, señorita. Sin dibujos animados, ni videojuegos, ni visitas a la casa de tu prima Vivian - estableció Gina con firmeza.

Consideró que esta situación no merecía unos golpes, debido a que fue un accidente. Además, desde que Rosie nació, Gina se prometió a si misma no repetir los mismos patrones de crianza que su madre, y no quería causarle a su hija los mismos traumas que su madre le causó. Por otro lado, pensó en que ese castigo que le impuso sería mucho mas significativo para Rosie.

- ¡¿Qué?! ¡¿No voy a poder ver a Vivian en un mes?! - preguntó Rosie con una tristeza evidente en su mirada.

- Está bien, está bien. Si podrás verla, pero no podrás ir a su casa. Ella tendrá que venir aquí. - replanteó Gina después de pensarlo un momento. Después de todo, no podía separar a esas niñas. Se querían demasiado y eran casi como hermanas.- Ahora iremos al baño. Te ayudaré a lavarte la cara y luego limpiaremos todo este desastre, ¿de acuerdo?

- Si, mami - respondió la pequeña.

Ambas fueron al baño, y con ayuda de agua y una toalla, Gina comenzó con su labor. Luego de eliminar cualquier rastro de maquillaje de la cara de su hija, Gina le dió un trapo húmedo a la niña. Mientras madre e hija limpiaban el desastre en el tocador, Gina esperaba enseñarle a Rosie sobre límites.

Más tarde, cuando llegó la noche, Manny regresó del trabajo y su pequeña lo recibió con un gran abrazo. Los tres comieron su cena con tranquilidad, y luego de unas horas, Rosie se quedó dormida en su habitación.

Mientras Manny se encontraba recostado en la cama y Gina se colocaba su pijama, le contó todo lo que había ocurrido mientras él no estaba.

- ¿No crees que fuiste un poco duro con ella, linda? - preguntó Manny, dudando un poco del castigo impuesto por su esposa.

- Ya sabía que dirías eso, Manolo - dijo Gina cruzando los brazos demostrando con su voz su evidente molestia. - No pienso retroceder y no cambiaré mi decisión.

- Pero es solo una niña pequeña, y además fue un accidente. No fue a propósito lo que hizo - insistió su marido.

- Así es Manny. Es una niña y es por eso que debemos educarla. Sé que esa pequeña es tu debilidad, es tu princesa, pero es necesario poner límites de vez en cuando. También es necesario que le enseñemos que no es de buena educación tomar las cosas de los demás sin permiso. Todo esto es por su bien, amor. - dijo Gina mientras se acostaba en su lado de la cama.

Finalmente, Manny aceptó, reconociendo que como padres, debían aprender a equilibrar el amor y la disciplina.

Scarface - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora