En su despacho, el capo más grande de la droga en Miami se encontraba en una situación estresante. Su teléfono sonaba y sonaba sin cesar y montañas de papeles que representaban sus negocios se acumulaban en su escritorio. Las tensiones en el mundo del narcotráfico se hacian cada vez más grandes, pues sus negocios no estaban yendo para nada bien y eso lo estaba poniendo en serios problemas.
En medio de todo este caos, la pequeña Vivian de tan solo 3 años, entró emocionada al despacho de su padre. Con su conejito de peluche favorito entre sus brazos y una sonrisa radiante en su carita, la pequeña caminó con pasos apresurados hasta su querido papi, con el deseo de jugar juntos como siempre lo hacían por lo menos una vez al día.
Tony por supuesto no se dió cuenta de la presencia de su hija sino hasta que ella se paró a su lado. Ésta lo tomó del brazo con una de sus manitos y comenzó a tironearlo suavemente.
- ¡Vamos, papi, vamos! - repetía alegremente la niña mientras zarandeaba a su papá del brazo.
- Perdón, mi amor... ahora no puedo - le dijo Tony, mientras trataba de mantener la calma.
La pequeñita lo miró, extrañada. Estaba confundida, pues su papi siempre se levantaba de su silla y la acompañaba a donde ella deseara con tan solo pedírselo. Siendo incapaz de comprender la situación tan delicada en la que su padre se encontraba envuelto, Vivian no se dió por vencida y decidió seguir insistiendo a su papi para que jugaran juntos.
En ese momento, el teléfono que estaba sobre el escritorio volvió a sonar y a Tony no le quedó de otra mas que atender la llamada, a pesar de que ya se encontraba harto hasta este punto.
- Hola, ¿quién habla? - preguntó Tony con el tono de voz mas educado que pudo ofrecer, aunque seguía demostrando cansancio.
- Jugar, papi. ¡Vamos a jugar! - volvió a repetir la niña con emoción.
- Vivi... ya te dije... papi no puede jugar - le dijo Tony susurrando, mientras sostenía el manófono con su mano izquierda y cubría el transmisor con la derecha. - ¿Hola? Sí, discúlpeme, pero ahora no puedo hablar porque...
- ¡Papi! ¡Papi! ¡Papi!
- ¡Basta, Vivian! - le gritó Tony, mientras se ponía de pie. Estrelló el teléfono contra el escritorio con fuerza, sin poder contener su ira.
- ¡No puedo estar jugando contigo todo el tiempo! ¡Tengo que trabajar y no puedo perder mi tiempo en estupideces! ¡¿Acaso no lo entiendes, maldita sea?! ¡Vete de aquí!
El despacho se inundó de un silencio sepulcral. Luego de pronunciar esta última palabra, Tony se arrepintió instantáneamente y su expresión se suavizó. Uno de sus mayores miedos se estaba volviendo realidad en ese preciso momento: frente a él estaba su pequeña princesita, quien lo veía fijamente con una expresión que solo podía demostrar temor, con sus ojitos azules llorosos y sus labios temblando.
Vivian, con su pequeña mente de 3 años, se asustó terriblemente por lo que acababa de ocurrir y era incapaz de procesar algo. Su papi, su héroe y compañero de juegos, siempre tan cariñoso y amoroso con ella, ahora se veía completamente diferente. Se veía aterrador y ese grito hizo que su pequeño corazón se exaltara como nunca antes lo había hecho.
Sin poder contenerse más, los ojos de la niña soltaron las primeras lágrimas y, con su corazón lleno de dolor, comenzó a llorar fuertemente mientras salía corriendo del despacho.
Mientras veía como Vivian salía huyendo, Tony se dió cuenta de su terrible error. Se quedó de pie, inmóvil, en su misma posición, respirando con pesadez y sin ser capaz de articular una palabra siquiera.
A su mente volvieron recuerdos del pasado. Recordó los innumerables momentos en que su "furia ciega" lo llevó a desquitarse con sus seres queridos. Las veces en las que le gritó fuertemente a su amigo Manny y lo trató como si éste fuera un idiota; cuando una noche golpeó a su hermana Gina en el club Babylon solo porque la vió bailando con un hombre; cuando insultó y menospreció a su esposa Elvira más de una vez; y todas las discusiones que tuvo con su madre cuando era mas joven. Todos estos momentos volvieron y lo golpearon como un balde de agua fría, y ahora a todos estos se sumaba el grito que le dió a su pequeña niña.
El día que Vivian nació, Tony se prometió a si mismo nunca tratarla de esa misma forma tan dañina, pero había fallado miserablemente en el intento.
Con su corazón lleno de arrepentimiento, Tony salió rápidamente de su despacho y se dirigió a la habitación de su hija. Abrió la puerta con cuidado, solo para encontrarse con que ella estaba sentada en una esquina, llorando en posición fetal y sin dejar de abrazar a su conejito de peluche, imagen que solo estrujó todavía más su corazón.
Con cautela, Tony se acercó con pasos ligeros hasta donde se encontraba Vivian. Cuando estuvo frente a ella, se arrodilló para estar a su altura.
- Mi amor... ¿cómo estás, mi princesita hermosa? - le preguntó con una leve sonrisa y un tono de voz más relajado.
La niña levantó un poco su cabecita para ver a su padre, pero eso solo la hizo sollozar más.
- Corazoncito... papi viene a disculparse. Por favor, perdóname mi amor. No estoy enojado contigo... nunca lo estaría. No quise gritarte... por favor, mi bebé... vayamos a jugar juntos, ¿sí?
Tony se mostraba completamente arrepentido. Pero a pesar de esto, Vivian seguía demostrando una expresión de miedo frente a él. Tony estaba desesperado, pues no sabía cómo hacer que su bebé dejara de temerle. Al ser tan pequeña aún, no sabía como explicarle que no estaba enfadado con ella, sino con su trabajo, y que no la odiaba. Pero nada de lo que intentaba decirle parecía funcionar.
Mientras intentaba disculparse con su pequeña, Elvira llegó de repente a la habitación para pasar tiempo de calidad con ella, pero su sonrisa inicial desapareció en cuando vió el panorama.
- Tony, ¡¿qué le hiciste a la niña?! - preguntó Elvira con indignación a su esposo, mientras le dirigía una mirada que solo podía demostrar decepción.
Sin dejar siquiera que Tony se explique, Elvira se acercó a Vivian con cuidado. Conociendo el carácter de su esposo, ya suponía que pudo haber ocurrido. Se arrodilló frente a ella y Vivian de inmediato se levantó y abrazó a su mami, sin dejar de sollozar.
- ¿Qué te pasó, preciosa? ¿Papi te hizo llorar? - le preguntaba dulcemente a su niña, mientras con una mano le acariciaba su espalda y con la otra sus dorados cabellos.
Viendo la escena con resignación, Tony salió de la habitación y, durante el resto del día, decidió enfocarse en su trabajo, no acercarse mas a Vivian y que ésta solo estuviera con Elvira para que así pudiera calmarse. Sin embargo al día siguiente, la situación no mejoró en absoluto. Desde que el día comenzó, cada vez que Vivian lo veía, iba a esconderse rápidamente detrás de su mami, pues aún pensaba que su papi volvería a gritarle, por lo que a Tony no le quedaba de otra mas que apartarse para que su niña no volviera a llorar.
Cansado de esta situación que se repitió durante varios días, el patriarca de la familia Montana decidió que era momento de un cambio en su vida. Determinado a no hacer llorar a su hija nunca más, se propuso buscar un grupo de apoyo para manejar su ira. Sería un proceso largo y difícil para él, pero estaba dispuesto a ser un mejor padre, el que su princesita merecía. Tal vez sus arranques de ira nunca desaparezcan, pero se sentiría mas que satisfecho si lograba aprender a manejar sus emociones, las que tantas veces lo controlaron y lo pusieron en apuros. De ahora en adelante, nunca mas permitiría que lo cegara su furia.
Hola, otra vez. Acá estoy con un nuevo capítulo corto, titulado así por la forma en la que se refieren a esta característica de Tony en el juego "Scarface: The world is yours".
En éste capítulo, quise explorar el hecho de que Tony no pueda controlar bien sus emociones y que éstas sean mayormente negativas y nocivas, como se ha visto en la película. A pesar de que creo que Tony sería un buen padre para con su hija, tarde o temprano él la trataría de ésta misma forma, al igual que cómo lo ha hecho con el resto de personas a su alrededor, pues no puede controlarse. Además, me gusta la idea de que Tony intente cambiar este rasgo de su personalidad por ella y por el deseo de no herir a su familia otra vez.
En algún momento, si se me da la oportunidad y se me ocurre cómo continuar, me encantaría poder escribir una segunda parte de esta pequeña historia, en la que Tony asista por primera vez a un grupo de apoyo.
Espero que les guste este capítulo y me dejen una estrellita si les gustó ♡
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Scarface - One Shots
Short StoryColección de historias cortas que involucran a los personajes del universo de la película "Scarface", estrenada en 1983, dirigida por Brian De Palma y guionizada por Oliver Stone. Las historias no seguirán un orden cronológico, y en ocasiones estará...