20.

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A veces se preguntaba si el tiempo pasaba más rápido para la gente como ellos o si solo le pasaba a él. Su disfraz de Charles Chaplin aun estaba tirado en su pieza y ahora caminaba siendo tironeado por Jungkook que se detenía en cada tienda para ver cómo poco a poco la navidad llegaba a cada vitrina de Upper East Side.

—Hemos caminado un montón de horas, no creen que ya es momento de volver a casa.

Se paró en seco quedando por detrás de Namjoon y JK. Ambos se giraron para verlo. Por la expresión de Nam supo que él pensaba lo mismo, a diferencia de los ojos ilusionados de Jungkook que le hicieron darse cuenta que aún faltaba mucho por recorrer antes que su hermano decidiera dar la media vuelta y tomar el metro que los llevaría de vuelta a Harlem.

—Sigamos por esta cuadra y luego tomamos el metro, no estamos lejos de la entrada de la 72.

Jimin exhaló con fuerza y se acomodó el gorro antes de alcanzarlos. Tomó con brusquedad una de las bolsas que llevaba su hermano, una llena de guirnaldas y todo tipo de adornos para decorar el refugio y el nuevo árbol de navidad que había sido donado por un benefactor particular. El árbol tenía impresionado a los más jóvenes porque era tan grande que había que usar una escalera para poner la estrella en la punta.

—Vamos —dijo y los adelantó a ambos.

Entonces fue cuando algunos pasos más allá que se dio cuenta de la dirección que seguían. Se detuvo mirando a su alrededor y alzó el mentón para buscar el olor de la tienda de la puerta roja. Si daban la vuelta, encontrarían a mitad de cuadra la tienda de Yoongi y conociendo a JK, sospechaba que esto no era fortuito. Giró la cabeza para echarle una mirada, conversaba despreocupado con Nam, como si el plan que de seguro tenía entre manos no estuviera yendo por el camino correcto.

—Jungkook —lo llamó sin detener el paso—. ¿Sabes hacia dónde nos dirigimos, cierto?

Su hermano lo miró con una expresión de falsa inocencia, como si no supiera de lo que estaba hablando, no obstante sus ojos brillantes penetraban la mirada de Jimin con una sonrisa desvergonzada.

—Mencionaste, en algún momento, que la tienda de tu amigo estaba por este barrio.

—¡Este barrio es enorme!

—En el disco que me regalaste venía una tarjeta.

Jimin abrió la boca deteniendo el paso. Miró a Jungkook sorprendido por su astucia y luego a Namjoon.

—¿No te encanta decir que tu lo criaste? Aquí tienes los resultados.

—Vamos, Chims, ya es momento de que nos presentes a tu amigo, ¿no es así, Nam? Queremos saber con qué clase de personas te estás relacionando.

—¿Eres cómplice de esto, Namjoon? —preguntó poniendo sus manos en la cintura.

El aludido se encogió de hombros.

—No sería malo saber en qué pasos andas.

—Esto es increíble —gruño y cruzó sus brazos—. ¿Por qué siempre hablas como si anduviera en malos pasos?

—Porque te conozco —Respondió Nam sacudiendo la cabeza para acomodar su cabello. Si tan solo supiera que Yoongi está muy lejos de ser mala influencia.

Jungkook rio cómplice y Jimin estiró una mano para darle un golpe en la nuca.

—No te rías —Por supuesto, su hermano se rió con más ganas—. Bien, vamos, pero por favor no me avergüencen —Las palabras salieron apretadas entre sus dientes y dobló en la esquina para llegar a « Hello, Stranger. Música & Libros».

Strange & Beautiful ✧ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora