«Hello, Stranger» era una pequeña tienda de discos y libros de segunda mano administrada por un chico guapo de ojos adormilados, corto cabello negro y manos grandes. El chico en cuestión disfrutaba pasar el tiempo haciendo crucigramas o leyendo viejas copias de obras de teatro. Este chico había soñado con ser actor alguna vez, pero por alguna razón que no sabía, prefería atender a todos los clientes que visitaban su tienda con su adormilada mirada y su amigable sonrisa. Era amable con todos los que cruzaban la puerta roja de la tienda, incluso los que no compraban nada o solo entraban a interrumpir su lectura. Todos, incluso con él, se sentían bienvenidos, se sentían como en casa.
Jimin, en esa tienda, se sentía en casa y estaba seguro que si alguna vez tuviera que buscar un lugar donde esconderse, la tienda sería su primera opción, incluso antes que El Refugio.
Era justo en eso en lo que pensaba esa tarde cuando cerró el libro que estaba leyendo sentado entre dos estanterías mientras el atardecer golpeaba la tienda. Se puso de pie con el ceño fruncido y decidido, caminó hasta donde Yoongi quien con sus hermosas manos llenaba el crucigrama del día
—Dime que no soy la única persona que cree que Jo no debió casarse —dijo golpeando el mesón con el libro y llevando sus manos a la cintura.
Yoongi llenó una larga fila de cuadros verticales antes de mirarlo con las cejas bien alzadas. Tuvo que bajar la mirada al libro que había dejado en el mesón y descubrir la portada de Mujercitas para entender un poco mejor lo que estaba pasando. Cuando lo hizo, levantó la mirada con una sonrisa divertida.
—Bueno, muchos lo pensamos, pero es un poco la trampa que hizo la autora para poder ser publicada.
—Explícame.
—Pues, Alcott, la autora...—empezó a decir Yoongi, levantándose de la silla como si necesitara de todo el espacio posible para explicar su punto, sin esperar que el teléfono de la tienda lo interrumpiera con su espantoso sonido—. Dame un segundo.
Jimin rodó los ojos molesto por la interrupción. Volvió a tomar el libro y pegó su espalda a la encimera dándole la espalda a Yoongi quien contestó la llamada como si estuviera atendiendo a un cliente habitual, esperó que la llamada fuera breve, sin embargo entre los dos se atravesó un silencio que hizo que sus orejas se tensarán, como si desde antes supiera que ese silencio traería problemas. Se rascó nerviosamente un hombro por encima de la camiseta sin mangas que llevaba, sintiéndose de pronto muy inquieto.
¿Por qué?
—Sí, está aquí, te lo paso —Sus dedos se enterraron su piel—. Es Namjoon.
Miró a Yoongi por encima del hombro. Sus ojos oscuros se clavaron en los suyos mientras estiraba el auricular para que lo agarrara.
No quiso, así que se alejó un par de pasos.
El aire se volvió pesado y la tienda pareció encogerse.
Una llamada para él significaba algo urgente, algo que no podía esperar y lo único que no haría esperar en su vida, sería a su hermano.
No, JK...
—¿Qué le pasó a Jungkook? —Fue lo primero que dijo cuando se abalanzó sobre el auricular que a duras penas logró pegar contra su oreja—. ¿Está bien? ¿Dónde está? ¿Es grave?
—No —Nam respondió con calma, aunque en su voz se colaba la preocupación que intentaba esconder. Debió notarlo, porque soltó un suspiro antes de continuar—: Me llamó Jin, dice que Jungkook se peleó con otro chico. A golpes. No quiere hablar con él para saber qué pasó, cree que deberías ir a verlo.
¿JK peleándose a golpes con otra persona? Era imposible. Su hermano toda su vida había evitado los golpes, los problemas, los conflictos. JK ni siquiera alzaba la voz cuando estaba enojado, JK se mordía la lengua, hacía puños sus manos, se callaba, se alejaba, en silencio. Siempre en silencio.
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Strange & Beautiful ✧ Yoonmin
Фанфик«¿Te estoy diciendo que soy un híbrido y tú solo te fijas en que mis orejas son rosadas, Yoongi? » ✧ 2002, New York. Las cosas no han mejorado en nada para aquellos que son llamados despectivamente como "Híbridos", no humanos, plaga. Min Yoongi es...