No esperaba que llegara, pero el sábado a mediodía, tal como acordaron, apareció.La puerta roja estaba abierta. El sol otoñal se abría paso agradablemente entre las nubes que se movían despacio gracias al viento que corría moviendo las hojas que ya habían empezado a caer de los árboles. Siempre le cambiaba el ánimo en esas fechas, es que sin duda, el otoño era su estación favorita.
Barría la tienda cuando notó su presencia. No le bastó el ruido de las campanas para anunciarse, porque después de que se escucharan por todo el lugar carraspeo. Yoongi lo miró primero sorprendido y luego complacido. Jimin lo saludó alzando las cejas y soltó la manilla de la puerta para entrar cerrandola a su espalda.
—Revisa que el cartel de «cerrado» haya quedado bien puesto, hoy no atenderé a nadie.
—«Hola, ¿Cómo estás?» para ti también, ¿ese es el trato que le das a tus empleados?— Jimin se dobló un poco para fijarse en el cartel y luego asintió—. Está perfecto, hoy nadie nos molestará.
Yoongi se preguntó qué tal sonaría esa frase viniendo de él en otro contexto mientras delineaba su figura con los ojos. Agradeció el estornudo que vino después a causa del polvo.
—Hola, Jimin —Se pasó la palma de la mano por la nariz—. ¿Mejor?
—Hola, Yoongi —Sonrió y se acercó—. Ahora me da gusto empezar a trabajar.
—No sabía que te gustaban las formalidades.
—Cuando se trata de trabajo, siempre son muy necesarias. En fin, ¿Qué haremos? ¿Contaremos discos? ¿Ordenamos alfabéticamente tus vinilos? ¿Separaremos a los autores vivos y los muertos? Lamento decirte que si es lo último, habrá una gran diferencia entre una lista y otra.
Rodó los ojos y empujó la escoba hacia él. Ágil, como ya había descubierto que era, Jimin la tomó entendiendo sin mucho más que le tocaba terminar de barrer.
El tiempo pasó entre lista de canciones y cajas. Efectivamente Jimin tuvo que trabajar en las estanterías de libros, fue algo así como un castigo personal y un placer auditivo cuando lo escuchaba quejarse de lo lleno de polvo que estaban los tomos. Refunfuñaba entre dientes, se acomodaba el gorro y seguía con una meticulosidad que no esperaba que tuviera Jimin. Mientras iba revisando los libros, se preocupaba que los lomos estuvieran perfectamente bien alineados y cuando tenía que agregar uno nuevo de una caja que le había pasado, se esmeraba que cupiera sin que los libros se apretujaran demasiado.
—Dime la verdad, ¿te gustan los libros? —preguntó Yoongi mientras él hacía lo propio pero con los discos.
—Siempre y cuando me divierta —respondió sacudiendose las manos.
—Eso no lo sabrás si no los lees.
—Puedo vivir con la incertidumbre. A diferencia de ti, tengo mucho que hacer. ¿Qué estás escuchando?
—Light My Fire de The Doors.
No era la primera vez en la tarde que hacía esa pregunta y tampoco era la primera vez que se quedaba en silencio hasta que otra canción empezaba. Jimin se quedaba en silencio prestando atención alzando levemente el mentón como si así pudiera escuchar mejor. Conocía ese gesto, le recordaba a si mismo en esa etapa en la que le empezó a prestar atención de verdad a la música. Era como seguir un circuito: Algo llamaba su atención, preguntaba, escuchaba y luego la buscaba. Lo seguía haciendo, siempre intentaba que la música no dejará de encantarle, de sorprenderlo. Le gustaba creer que de cosas así de sencillas estaba compuesta la vida.
—Debes dejarme escoger la música a mi.
—¿Qué? —preguntó saliendo de su ensimismamiento, sorprendido de lo que estaba escuchando.
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Strange & Beautiful ✧ Yoonmin
Fanfic«¿Te estoy diciendo que soy un híbrido y tú solo te fijas en que mis orejas son rosadas, Yoongi? » ✧ 2002, New York. Las cosas no han mejorado en nada para aquellos que son llamados despectivamente como "Híbridos", no humanos, plaga. Min Yoongi es...