Robar era mucho más sencillo para alguien con su experticia, pero sin duda mucho más indigno para una persona que llevaba casi un año sin hacerlo. Bueno, no es que no tomara la oportunidad si es que se le presentara, sin embargo, hace bastante tiempo se estaba acostumbrando a los trabajos esporádicos que en el refugio Nam le conseguía con tal de mantener las relaciones con el benefactor de su hermano en paz y para lograr verse como una persona de bien frente al chico que ahora acomodaba un montón de cd con una caja apoyada en su cadera mientras repetía el abecedario una y otra vez para guiarse.
—j, k, l.... ¿Y te gusta el trabajo que estás haciendo?...m, n...
—No.
Jimin estaba sentado detrás del mesón, en ese asiento desgastado que parecía el trono de Yoongi, soberano de todo «Hello, Stranger» reino de discos y libros de segunda mano. Olía a él, como todo el lugar, pero más ahí donde se sentaba a esperar mientras leía a Chejov y hacía crucigramas a diario, olía a él y eso le daba ganas de frotarse en la silla para impregnarse de él. Le gustaba tanto ese idiota, que le despertaba todo lo animal que había en su ADN, no solo quería frotarse en su olor, quiería morderlo, quería marcarlo, quería respirar su aliento y quería estar más tiempo con él que con nadie más, porque quería tenerlo bajo sus ojos para asegurarse que nadie más lo distrajera de pensar en él. Era una locura, se sentía enfermo y a veces, cuando se daba cuenta que no podía dormir porque añoraba el peso del cuerpo de Yoongi sobre el suyo, acostumbrado a las escasas ocasiones en las que habían dormido juntos, se avergonzaba de sí mismo abrazándose a la almohada con los dientes apretados.
—Debe haber un trabajo que te guste hacer, Jimin —Yoongi dejó al fin la caja en el piso y lo miró.
Al fin lo miró luego de que él no despegara los ojos del idiota que lo tenía convertido en un imbecil.
—No todos podemos hacer lo que nos apasiona, como tú.
—También tengo malos días.
—¿Días en los que no quieres estar aquí?
Yoongi asintió y una sombra opacó su mirada.
—Deberes intentar volver a actuar. Broadway no está lejos, ¿sabes?
—Estamos hablando de tu escaso compromiso laboral, no de mis sueños actorales frustrados.
Rodó los ojos y subió los pies sobre el asiento.
—Hay un bar, en la décima avenida que suele llamarme, me gusta ir ahí, es un buen lugar, tocan música en vivo y todo. Te gustaría.
—Te iré a ver.
—No lo hagas, solo sirvo tragos, además me desconcentras.
—Perfecto, será mi venganza entonces.
—¿Te quejas de mi presencia?
—Desde un inicio quedó claro que sí, eso no fue suficiente y seguiste viniendo, ahora estás aquí, sentado en mi lugar de trabajo, hurgando entre mis cosas y desconcentrandome una vez más.
Jimin abrió la boca sorprendido o tal vez ofendido, sin embargo, soltó una risa y bajó los pies del asiento para levantarse y caminar con la misma expresión hacia Yoongi, quien lo miraba con las cejas alzadas esperando una respuesta. Se veía demasiado seguro y tranquilo como si simplemente hubiera hecho una simple observación del clima y, ciertamente, la situación le divertía, lo notaba porque entre más se acercaba, más grande se hacía la sonrisa ladina que tenía en la cara. A Jimin le encantaba esa sonrisa, le daban ganas de comérsela, así que pensó seriamente en no decirle nada y simplemente lanzarse a su boca, pero sentía que su honor debía ser defendido.
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Strange & Beautiful ✧ Yoonmin
Fanfiction«¿Te estoy diciendo que soy un híbrido y tú solo te fijas en que mis orejas son rosadas, Yoongi? » ✧ 2002, New York. Las cosas no han mejorado en nada para aquellos que son llamados despectivamente como "Híbridos", no humanos, plaga. Min Yoongi es...