Incorrecto [Rinsagi+18]

Capítulo 14: Rin

Entro a mi habitación, nuestra habitación durante este fin de semana y siento el olor de la colonia de baño de Isagi llenarme las fosas nasales y me encuentro sonriendo cuando lo veo salir de la ducha con la toalla a la cintura y otra sobre su cabeza.

— Sabes que no necesitas una toalla en la cabeza — digo solo por decir algo antes de soltar lo estúpidamente hermoso que se ve.

— Buenos días para ti también — pasa por mi lado con una sonrisa de oreja a oreja, creo que es una de las pocas veces que ha sonreído de tal manera.

Lo tomo del brazo y lo atraigo a mí y de inmediato me abraza por la cintura. Mi mano se desliza por su barbilla y lo obligo a verme, sus espesas pestañas parpadean inocentemente, como si no supiera lo que quiero.

— Si vas a dar los buenos días, entonces dalos bien —y lo beso. Porque eso es lo que haría yo, darle los buenos días mientras lo beso.

Aflojo mi agarre de su barbilla y le acaricio la mejilla, tiene la piel tan lisa que me quedo acariciando un poco más de lo debido, paso mis nudillos a lo largo de su mandíbula y lo escucho jadear, se derrite contra mi, frotando su cuerpo contra el mío tan pronto como me cede el control del beso, él también está dándome el control de llevar esto a donde sea y, aunque quisiera quedarme en la habitación y follarlo tan duro que no pueda levantarse en dos días, me obligo a parar.

Nos separamos con un chasquido de labios sonoro y sus mejillas sonrojándose me producen un escalofrío en todo el cuerpo, Isagi no tiene ni idea de lo que he querido hacerle desde la primera vez que aparecí en esa sala de conferencias, y no tiene ni idea de lo que le haré esta noche, porque ahora mismo no podemos darnos ese lujo.

— Eh... ¿hermanito?

El carraspeo de Sae no es suficiente para quitarle los ojos de encima a Isagi, que tampoco hace mucho por apartarse de mí.

— Vístete — mi voz sale como una orden mientras mis manos se deslizan por su cintura hasta su culo, le aprieto con fuerza sobre la toalla y, ¿qué diablos? Le beso la frente.

Isagi se aleja y deja caer la toalla en el camino, provocándome.

Salgo de la habitación antes de follarlo con Sae afuera, porque sé que el muy cabron está pegado a la puerta con tal de escuchar algo.

— Oh, ¿ya están listos?

Paso por su lado y él comienza a caminar conmigo.

— Isagi está en ello.

— Isagi — lo deja flotando en el aire y sigue caminando con las manos detrás de su espalda.

— ¿Qué? —espeto cuando el silencio se hace obvio. Sé que quiere hablar y echarme su mierda sobre el amor, lo ha hecho cada vez que se entera que estoy con alguien, lo que es un total de dos veces sin contar a Isagi, pero Sae piensa que en esas dos ocasiones estuve a punto de encontrar el amor y no creo que su sermón vaya a cambiar esta vez.

— Nada —se encoge de hombros —. Es lindo. ¿Te gusta?

Miro al frente, el largo pasillo nos conduce al jardín, donde nuestros padres están esperando en la camioneta familiar.

— No estaría con él si no.

— Me resultaría más fácil saber si dices más que eso.

Suspiro, apretándome el puente de la nariz.

— ¿Saber qué, Sae? ¿Si me estoy enamorando de Isagi? No, no es el amor de mi vida, es un... — Dios, ¿qué es? Sé muy bien que esto no es más que sexual, que en cualquier momento va a casarse porque así lo quiere su madre y él no va a decir un no. Ni siquiera pretendo enamorarme, no otra vez —. Me gusta, pero no vamos a enamorarnos.