• Capitulo 18 •

1 1 0
                                    

Su madre interrumpió en la habitación de su hija.

—Un obsequio,hija— enseño las dos bolsas de dulces que sostenía en sus manos.

—Gracias,madre— tomo Gretel aquellos dulces,pero su madre miro muy extrañada la habitación,pues su hija tenía muchos posters de aquel partido que para nada le enorgullece.

—¿Has visto a Bruno?— pregunto angustiada.

—Afuera,en el columpio,creo— le contesto su hija sin verla pues se encontraba cortando una imagen del periódico para pegarlo a su pared.

Su madre dio la vuelta y camino rápidamente hacía afuera,si, definitivamente lo encontró allí,jugando en su columpio,haci que entró las tranquila a su hogar con una sonrisa en su rostro.

Después de un largo rato,ambos niños se encontraban en la sala,junto a su madre sentada en el sofá tejiendo y su padre parado aún lado en una llamada al teléfono de casa.

Ambos niños jugaban ajedrez sentados en el suelo,mientras escuchaban la conversación de su padre al teléfono.

—Si,el jueves es perfecto,enviaré un auto a recogerlos— hablo Ralf al teléfono.

Bruno,al saber de quién posiblemente se trataba,giro a ver a su madre contento.

—¿Los abuelos van a venir?— preguntó,su madre,asintió como respuesta con una sonrisa haciendo sonreír a su pequeño e inocente hijo.

—Oye— giro a ver a la tabla. —Es terrible el apeste del otro día— se dirigió a su hermana. —Venia de las chimeneas— su hermana negó.

—¿Que clase de malestar?— dijo su padre por otro lado al teléfono,mientras,hablaba con el abuelo.

—Fue el día que me caí— hablo Bruno de nuevo. —¿No es verdad,madre?— miro a su mamá,quien se mantenía atenta a la conversación de su esposo con el abuelo. —Madre…— repitió el niño,su madre solo hizo una seña para que esperar,pues no sabía que ocurría en la llamada.

Su esposo suspiró al escuchar la noticia.

—Dejame hablar con ella— dijo, refiriéndose a la abuela. —Si,allí está,puedo oírla— suspiró de nuevo al ver qué era imposible hablar con su madre. —Si,nos dará gusto,hasta pronto— dijo últimamente para después colgar y dirigirse al sofá a sentarse aún lado de su esposa.

—¿La abuela no vendra?— pregunto Gretel apenas su padre se sentó.

—No— miro a su hija. —Segun parece,enfermo— miro a su esposa. —Pero el abuelo va a venir— miro nuevamente a sus hijos jugar.

—¿También lo olió?— pregunto Bruno a su padre.

—¿Que?— cuestiono confundido al no saber que claramente se refería su hijo.

—El horrible olor,de las chimeneas— su padre rápidamente entendió. —¿Que cosa es?— claramente no le dirá la verdad a su hijo,y mucho menos a su esposa,por lo que comenzó a buscar algún otro pretexto.

—Emm...creo que ahí queman la basura para no almacenarla— contesto,y literalmente era haci para el y los demás soldados,pero la inocencia de su hijo,no logra entender la verdad. —Mira, ahí— señaló la tabla a su hijo.

—¿Que?— pregunto su hijo al no entenderle.

—Ahi— susurro su padre mientras le señalaba la ficha,el al entender movió la ficha haciendo perder a su hermana.

—¡Oye!— grito molesta,mientras su padre e hijo reían. —¡Oigan,no lo ayuden!— dijo molesta en un tono alto.

—Gretel— hablo su madre.

—¡Que!— dijo furiosa su hija,haciendo molestar a su madre por el tono que uso hacia ella.

—Es un juego nada mas— dijo molesta y en un tono de voz duro y decidido,nada parecido a lo anterior.

Su hija la miro arrepentida y al igual que a su padre.

Al terminar esa pequeña convivencia familiar,que muy poco lo tenían por el trabajo de su padre,su madre y padre estaban en la cocina.

El bebiendo agua y su madre recogiendo los vasos.

—Ralf,el tutor de Bruno y Gretel,¿Ya habia enseñado a niños con la edad de nuestros hijos?—

—Supongo que si,¿Porque?— le contesto su esposo mientras veía a su esposa.

—¿Y que les enseña?,¿Sabemos?— hablo refiriéndose a como su hija, ultimamente cambio sus gustos radicalmente. —Ultimamente Gretel se a vuelto demasiado…— su esposo la interrumpió.

—Deben estudiar lo que un niño aprende en este momento,no pueden atrasarse más— su esposa lo miro preocupada por el comportamiento de su hija. —Tranquila— beso la mejilla de su mujer. —Hay que dormir— saco una sonrisa de su mujer.

Y ambos se dirigieron a la recámara para dormir.

El niño con el pijama de rayas - película ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora