El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]

Nuestro secreto

(N/A: Creo que es el capítulo más bonito que he escrito hasta ahora. Comentadme para decirme a ver si os gusta o noo sjjskjs)

Elizabeth abrazó con fuerza a Alex y a Omar y cruzó la pasarela, aún bastante en shock. Al llegar al otro lado la primera en recibirla con los brazos abiertos fue Chiara, la cual, durante los momentos de nominación vio demasiado cerca el perder a Elizabeth y se había arrepentido por completo de aquella semana.

Se fundieron en un abrazo, la rubia había llegado con tal impulso que Chiara se balanceó unos pasos hacia atrás, pero sujetándola con fuerza, al mismo tiempo que todos los demás se unían al abrazo. Pero Elizabeth solo se fijaba en el tacto de unas manos, el tacto de las manos de la pelinegra.

Unos minutos después todos se separaron del abrazo y Elizabeth miró por unos segundos a Chiara, sonriéndole suavemente, para después ir a donde Ruslana, la cual estaba destrozada por la nominación de Omar. Al ver a su mejor amiga a su lado no dudó en lanzarse a sus brazos, abrazándola con fuerza.

— Lo siento.— Susurró Elizabeth, pues en su mente que Omar estuviese nominado era en parte su culpa por salvarse.

— Cállate tonta, no es tu culpa que él esté nominado.— Respondió Ruslana con la voz entrecortada. — Pero hazme un favor y habla las cosas con Kiki, cuando te quedaste nominada la miré y parecía a punto de llorar.

— Lo haré.— Susurró de nuevo, dejando un beso en la mejilla de Ruslana, tratando de animarla.

...

La vuelta a la academia fue bastante peor que la de la primera gala, al menos para Elizabeth. Era obvio, sufrir una nominación te daba un golpe de realidad, por lo que ahora sabía que debía trabajar muchísimo más en la siguiente canción, para evitar que le pasase lo mismo. 

Violeta intentó animarla durante toda la vuelta a la academia, pero no sirvió de mucho, pues Elizabeth le dijo que quería estar un rato sola, y la pelirroja, después de darle un beso en la mejilla ya en la academia, decidió darle su espacio. 

Elizabeth no fue al comedor, si no que se fue directamente a un box a tocar el piano, era lo único que iba a conseguir tranquilizarla en esos momentos, lo único que iba a animarla y lo único que iba a hacerle sentir mejor de lo que estaba.

Se sentó en frente del piano y empezó a tocar acordes al azar mientras pensaba en alguna canción para tocar y cantar al mismo tiempo, hasta que se decidió por una que le encantaba, una de sus películas musicales favoritas.

En mitad de la canción notó como la puerta del box se abría y alguien entraba, pero no se fijó en quién era, siguió cantando y tocando aquella canción, sintiendo como aquella persona se apoyaba en el piano, en frente suya.

Cuando terminó la canción, se quedó durante unos segundos quieta, para después abrir sus ojos y encontrarse con Chiara, mirándola con una sonrisa, como si estuviera hipnotizada mirándola. 

Y, en cierto punto, así era. 

Elizabeth la miró y sonrió a duras penas, viendo una pequeña mueca en el rostro de Chiara. Ninguna hablaba, pero ambas se estaban entendiendo a la perfección con sus miradas. Ninguna hablaba, pero no les hacía falta, porque los ojos no mienten.

Chiara estaba arrepentida, Elizabeth lo sabía.

Elizabeth estaba dolida, Chiara lo sabía.

La pelinegra se levantó de donde estaba y se lanzó a abrazar a Elizabeth, casi tirándola de donde esta estaba sentada. La francesa no pudo evitar sonreír y corresponder con fuerza a aquel abrazo, aquel abrazo que llevaba esperando casi una semana entera.