El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]

Ahorrando agua

─ Yo me imagino en Zaragoza y que todo el mundo lo único que hagan sea preguntarme por ti.─ Rió Elizabeth, tumbada en el sofá la tarde del viernes, entre los brazos de Chiara y con una pierna entre las de su novia.─ Tipo, "¡Mira, es la novia de Chiara!" ─ Ambas rieron y la pelinegra negó suavemente, mirando hacia el techo.

─ No seas tonta anda.─ Susurró Chiara, dejando un beso sobre la cabeza de la menor, la cual cerró los ojos, acomodándose.─ Me apuesto lo que sea a que tú eres la que más gente mueve de todos nosotros. 

─ ¿Cómo estás tan segura? ─ Preguntó la rubia, abriendo los ojos de nuevo y moviéndose un poco para poder mirar a su novia a la cara.

─ Coño Liz, has salido nómada dos veces y en casi todas las galas has estado entre los tres más votados, I mean. ─ Elizabeth rió suavemente, apartando la mirada de Chiara.─ La gente te ama.

─ ¿Te incluyes en esa gente? ─ Bromeó la menor, viendo como Chiara la miraba a los ojos, apartando un mechón de pelo del rostro de Elizabeth.

─ Sí.─ La menor tragó en seco, sorprendida. ─ Si, me incluyo en esa gente.

Ambas se quedaron calladas, en un silencio algo tenso. Decirse te quiero era una cosa, pero... ¿Acaso Chiara acababa de confesar que le amaba? Eran palabras muy fuertes, nunca se hubiera esperado que le dijera algo así, le había pillado completamente desprevenida. Chiara, al darse cuenta de lo que había dicho sin pensar, tragó también en seco, apartando la mirada, ligeramente sonrojada. 

─ Deberíamos ir yendo a la clase de improvisación... ─ Susurró Chiara, mirando algo preocupada a Elizabeth, preocupada por si estaba yendo demasiado rápido.

─ Sí... ─ Respondió la menor, aún sin apartarse de donde estaba. 

Sonrió de manera suave y juntó sus labios con los de Chiara, pillando sorprendida a la inglesa, pues pensó que a su novia le había incomodado lo que había confesado. Con una sonrisa y un gran alivio creciendo en su interior, correspondió al beso, poniendo una mano sobre la mejilla de la rubia. 

Más o menos media hora después, estaban en la clase de improvisación posiblemente más graciosa y divertida a la que Elizabeth había asistido nunca. Estaban cantando una canción sobre un extintor, empezando por Martin.

─ Fuego. ─ Cantó, haciendo que sus compañeros retuviesen las risas.─  Hay fuego. Ayuda, no puedo correr más. Fuego. Hay fuego, no puedo escapar. 

─ ¡Ayuda! ─ Interrumpió Paul, mientras Elizabeth miraba a Chiara y a Ruslana sonriendo, las tres aguantándose la risa. ─ ¡Mi hijo! ¡Está ahí dentro! ¡Y no puedo verle morir!

─ ¡Fuego! ─ Siguió Bea, haciendo que Paul se echase hacia atrás. ─  Hay fuego, el armario se está quemando. Fuego, hay fuego. Menos mal, que ella ha salido. ─ Dijo señalando a Elizabeth, la cual empezó a reírse. 

─ Del armario.─ Añadió Elizabeth, entonando la última frase de Bea, la cual le guiñó un ojo, riendo.

─ ¿Quién se ha llevado el puto extintor? ─ Continuó Juanjo, mientras Ruslana y Elizabeth reían. ─  ¡Es el vecino que quería jugar!

─ Yo me he llevado el extintor a mi casa porque os quería matar.─ Elizabeth alzó ambas cejas cuando Chiara entró en la canción, sorprendiendo a todos con el giro que había hecho. ─  Yo me he llevado el extintor a mi casa porque os quería matar.─  Todos empezaron a hacerle coros, dando palmas, y Ruslana miró a Elizabeth con una pequeña sonrisa.─  Yo tenía un plan, un plan muy malo. Este vecindario, me está volviendo loca.