El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]

Dilemas en la habitación

— Me da pena que esta semana se esté pasando tan rápido.— Susurró Elizabeth.

Aún era la noche del viernes, pero ya estaban todos en la habitación, y Elizabeth y Chiara estaban tumbadas en la cama de la rubia, con la menor apoyada sobre el pecho de Chiara y esta con su brazo al rededor del cuerpo de Elizabeth, acariciándole la espalda. 

— Literal.— Respondió Chiara usando el mismo tono que la francesa.— Me lo estoy pasando muy bien esta semana.

— Sé que yo tengo algo que ver con eso.— Chiara rió suavemente ante las palabras de la menor y después asintió, dejando un beso sobre su cabeza.

— Sabes que si.

Se quedaron unos minutos en silencio, disfrutando de la compañía de la otra y del tacto de cada una. Se querían, en secreto, pero lo hacían. Aunque muchas preguntas golpeaba la mente de ambas, ¿qué eran? ¿amigas que se atraían mutuamente? ¿amigas que se besaban? ¿algo más? Las mismas preguntas se repetían una y otra vez en su mente, tanto en la de Elizabeth como en la de Chiara, aunque cada una tenía preocupaciones diferentes.

¿Querrá algo más que una simple amistad conmigo?  Se preguntaba Chiara, mirando hacia arriba.

¿Seré capaz de no hacerle daño?  Se preguntaba Elizabeth, aferrándose al cuerpo de la pelinegra.

Era un pensamiento que le llevaba atormentando desde que empezó con lo que sea que tuvieran, no quería dañar a Chiara, era su mayor miedo, ver a la mayor llorar por su culpa era lo que más temía en esos momentos. Temía dañarla por aún no aceptar que le gustaban las chicas, por no atreverse a decírselo a sus padres, por tener miedo de la reacción de estos.

Sus pensamientos y malas sensaciones la carcomían por dentro, no sabía qué hacer, ni como hacerlo, ni como hacer para hacer las cosas bien. Fue entonces cuando escuchó la respiración algo pesada de Chiara, indicando que la menorquina se había quedado dormida. Elizabeth sonrió suavemente e iba a cerrar sus ojos, hasta que escuchó una voz.

— Elizabeth.— Le llamó Juanjo desde una litera que no era la de Juanjo. La rubia frunció suavemente el ceño, algo confundida.

— Dime.

— ¿Estás despierta? — La rubia rió suavemente por la estúpida pregunta.

— No, Juanjo, te he respondido pero estoy dormida.— Escuchó como el chico rió suavemente.

— Perdona, es que estoy medio dormir. — Ambos rieron y se quedaron unos pocos segundos en silencio, hasta que Juanjo volvió a hablar.— ¿Podemos hablar? Fuera, para no molestar. 

— Claro.

Algo confundida, Elizabeth se levantó con cuidado de encima de Chiara y salió de la cama, arropando a la pelinegra, la cual se removió al sentir que Elizabeth había salido de la cama. Abrió sus ojos y Elizabeth dejó un pequeño beso sobre su frente.

— Where are you going? ¿Estás bien? — Preguntó la inglesa mirando hacia la rubia, la cual asintió.

— Si, no te preocupes, en seguida vuelvo.

Chiara, algo confundida asintió, tenía curiosidad por saber a donde iría la francesa, pero el sueño le ganaba, por lo que se dio la vuelta y se volvió a dormir. Elizabeth y Juanjo salieron de la habitación, los dos en pijama, y fueron hacia el salón, para estar lejos de las habitaciones y no molestar a nadie. 

Se sentaron en un sofá, al lado, y Elizabeth se tapó con una manta, pues llevaba un pijama bastante corto y fuera de las habitaciones hacía bastante frío, o al menos así lo notaba ella.