XXII

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La CEO estaba ahí parada con una mano tocando la puerta y con la otra masajeando la cien, al parecer no quería dormir sola con el frio que está haciendo, pero Kara no estaba dispuesta ha seguir siendo su juguete y se lo hiba a dejar claro

— ¡No iré, ve y pídele a tu amante que venga ella y duerma contigo, no voy a volver a la recámara conyugal, así que no pierdas tu tiempo y déjame dormir!

— Kara, no me colmes la paciencia ¿Crees que no puedo simplemente abrir?  Ven a la recámara está habitación es de huéspedes

— ¡Eso es lo que soy, una huésped de un año que dejara este lugar, la recámara conyugal es algo que tienes destinado para tu prometida, no vengas aquí a hacer como si no fuera de esta manera, no somos a quienes quieres para tu familia definitiva, nunca debimos casarnos y yo... No voy a permitir que me utilices para divertirte cuando tienes pensado hacerla a ella tu esposa y madre de tus futuros hijos! ¡Déjame en paz, Lena Luthor!

Aunque Kara tenía razón en lo que decia, eso no calmaba el enojo de Lena, la quería en su cama, la necesitaba en su cama, sentir la calidez de su cuerpo, pero ella había visto que seguía en pie con sus planes con su novia y se negaba a seguir con ella.

La mujer dejo escapar un rugido de enfado, no tuvo más remedio que regresar a su habitación, en ella ya estaba parado Luis con los brazitos cruzados.

— Te lo ganaste mamá, cuando crezca espero ser más inteligente para llevar mis relaciones con mi esposa, no quiero que me obliguen a dormir en la bañera o que huya de nuestra habitación, eso no hablaría bien de mi como esposo, buenas noches mamá, si te da miedo a dormir sola rezale a Diosito,  no funciona pero igual lo puedes hacer.

— Pequeño demonio... — Susurró la CEO antes de entrar a su cuarto y cerrar la puerta, Luis era su conciencia, era como su karma, el que le recalcaba sus acciones y sus consecuencias, estaba frustrada y molesta y sola en la habitación, solo sin ella, la CEO maldijo a Helena en su interior

Por dos días Lena estuvo de un humor negro, Alura procuraba no hacer tanto relajo enfrente de ella, su mamá estaba irritada por que su mami no estaba durmiendo con ella y seguro que le daba miedo la oscuridad

Ese día en la noche, los tres niños cenaban al lado de Lena y Kara, Alura miro a su mamá que estaba con ojeras, al parecer no había podido dormir bien las últimas noches.

— Mamá, ya pidele a mami que te perdone, pareces un vampiro con esas ojeras y esa piel palida, ya me estás dando un poco de miedo, además a  que tu mal genio no ayuda a que te veas amable.

— Mamá, no ha hecho nada malo, ¿De qué voy a disculparme? Mami está exagerando las cosas, no podemos vivir aisladas del mundo, ella solo es...

— No me importa quién sea, después de todo nosotros somos unos recién llegados a tu vida no tienes por qué tenernos aquí para siempre, Luis y Alura deben entender que los padres no necesitan estar juntos para amar a sus hijos.

— Mamá, ¿Quieres tener otra esposa? ¿No te gusta mami? ¿No te gustamos Luis y yo? ¿Quieres otros hijos como dijo esa mujer que vino el otro día? — Alura tenía sus grandes ojos verdes llorosos, ella salto de la silla hacia su mami para abrazar a Kara.

— Alura cálmate, nadie ha dicho eso, a mamá le gustas y Luis también, por que... ¿Te gustan, verdad Lena? Kara ya no sabía que pensar de esta mujer tan reservada

Lena se puso de pie,  no soportaba ver cómo lloraba su princesa por que pensaba que ells no la amaba, se acerco y la tomó en sus brazos.

— Por supuesto que me gustas, mamá te ama a ti y a tu hermano

— ¿Y a mi, tío? — preguntaba Andrés

— También a ti Andrés, no llores princesa, no dudes de que tu madre te quiere más que a nada en este mundo, ningún niño me va a gustar más que ustedes.

— Pero mami está molesta contigo, tú le hiciste algo a mami, ¿No la quieres? Ella duerme solita en aquel cuarto sin que nadie la defienda de los monstruos debajo de la cama, mamá, ¿Por que te portas mal con mami? ¿Que te hizo ella? ¿Por que no te perdona?

Lena no sabía que responderle a su hija de 5 años, ella era muy sensible, le afectaba que estuviesen peleadas sus madres, pero que podía hacer si Kara no quería volver a la recámara conyugal con ella

— Alura, mami va a perdonar a mama, mira — Kara le dio un beso en los labios a Lena, apenas se rosaron pero eso no importaba mucho, Kara era capaz de hacer lo que sea por su hija, no importa si tenía que dormir de nuevo con la mujer sinvergüenza

— Mami, quiere mucho a mamá... jejejeje, ¿cierto mami?

— Claro que sí, mamá es la adoración mía, si no cómo hubiésemos podido tener dos hijos tan hermosos

— Pero mamá no ha pedido disculpas a mami, creo que ya debe de hacer lo correcto, ¿No lo piensas así mamá? — Luis no iba a dejar ir a su mamá tan fácil

— Yo... me disculpo por cómo entró Helena a la casa, en el futuro prohibiré que la dejen pasar de nuevo, doy mi palabra que así será.

Luis sonrió y esa misma noche ya estaba Kara en la cama de la CEO, ella no la había perdonado verdaderamente se puso la pijama más cubierta que tenía en su cuerpo y se tapó de pies a cabeza, no pensaba cruzar palabra con la madre de sus hijos

Lena entro a la cama también con  pijama, quería hacer el amor con ella, pero no sabía cómo llegar a ella, se acostó en silencio sin poder dormir, cuando sintió que la respiración de Kara se volvió pausada, entonces la abrazó a su pecho, la mujer aspiro el aroma de su esposa y por fin se quedó dormida.

A la mañana siguiente ya estaba renovada, bajó a trabajar al despacho sin sentir somnolencia, Kara hizo su rutina diaria con los niños mientras preparaba la ropa, qué llevaría al día siguiente a su trabajo, no le quedaría mal a su nuevo jefe Oliver Queen, ella se valdría por sí misma porque cuando llegara la hora en que Lena la sustituyera, ella ya tuviera con qué ganarse y la vida.

En la oficina lujosa de su gran compañía, él apuesto hombre de ojos azules pensaba en la hermosa de grandes ojos azules como el color del cielo, solo faltaba un día para verla...


Amor a segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora