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Andrea necesito que te camufles y me investigues a ese CEO Queen, no confío en él, creo que... le gusta mi esposa, no puedo permitir que juegue al seductor con ella

— No pues según tú no te gusta Kara, ahora resulta que estas celosa de que ese hombre se interese por ella, deberías estar contenta y hasta darle las gracias, si él logra que se enamore y la convenza de divorciarse antes de un año, eso solucionará tu problema con Helena Bertinelli, su familia y los negocios, tus hijos tendrán un padrastro rico que vea por ellos y tú mi querida Lenita tendrás más hijos con tu futura esposa, ¿viste? asunto arreglado — Andrea no tenía intención de dejar ir a su amiga.

A Lena le supo mal cómo le dibujaban su vida futura, sin sus hijos, sin Kara y con otros hijos que definitivamente no quería tener, ella era feliz con sus dos pequeños, los amaba más que a nada en el mundo, los quería a ellos y no a otros

— Andrea, tu imaginación me impresiona, ¿quién te ha dicho, a ti que voy a dejar ir a mis hijos? ¿Has conocido a Luis? Ese pequeño demonio no podrá ser educado por nadie más que no sea yo, en ningún lugar van a comprenderlo como yo su madre

— Ahhh....  eres un caso muy difícil de resolver Lena, pisa con cuidado porque es precisamente ese diablillo quien va a ser tu juez y qué puto miedo, parece implacable a su corta

— Y que lo digas, tengo la responsabilidad de educar a la perfección a mi futuro hijo o los va a echar de nuestras sociedades por incompetentes, Si no cumple sus expectativas los va a degradar a conserjes — Andrea Rojas  se compadeció de su amiga Lena, ese niño Luis daba escalofrios

— No seas exagerada Andrea, Luis no hará tal cosa, quizás los nombre gerentes de alguna otra área importante a lo mucho

La CEO  Rojas, mal miró a su amiga, no podía permitir que trataran así a su futuro pequeño

— Quiero inmunidad para mi futuro hijo o no te ayudo a investigar a Queen — la mujer se cruzó de brazos

— ¿Qué quieres, Andrea, un contrato firmado o un video para proteger a tu heredero? pero ni siquiera tienes uno, te estás adelantando mucho

— Tendría uno si no  hubiese sido por...

— No te sigas atormentando con eso, si la vida lo decidio haci fue por algo, busca tu felicidad Andrea, es obvio que ni Isabel ni Ángela lo eran, pero ponte viva porque tienes un tino que ni para qué te cuento — Sam primero la animaba y después le daba contra el suelo a su amiga

— ¡Ustedes son unas insensibles pero cuando les toque pagar factura, les voy a decir te lo dije!

— Bueno, ya tienen las dos su misión yo me iré a cuidar de nuevo a Kara, los niños están en la mansión y ella está sola en el hospital, no debo darle una nueva oportunidad a ese miserable de ver de nuevo semidesnuda a mi mujer

— ¿La vio desnuda? ¿Cómo fue? ¿por qué no nos dijiste antes?

— Kara está lastimada de la piel del cuerpo, tiene solo dos telas que cubren sus partes íntimas, eso es porque no debe cubrirse con nada, y ese imbécil cuando llegué a buscarla, estaba en su habitación trabajando en su computadora, seguro es que ya había visto detenidamente — el semblante de Lena cambió estaba furiosa y celosa

— No le permitas entrar a su habitación, debes estar ahí para echarlo, tu esposa es muy hermosa cualquier persona perdería la cabeza por ella — Andrea mencionó la belleza de Kara, cosa que no agradó a su amiga

— A cualquiera que no seamos nosotras ¿cierto Andrea? A nosotras no nos gustan las mujeres de grandes y hermosos ojos azules, labios carnosos, piel blanca y sonrisa hechizante — Sam se estaba defendiendo y a Andrea pero parecía estarse hundiendo más

— ¡Mejor me voy! ustedes son unas hijas de puta...  — la CEO  se fue murmurando, sabía lo seductoras que eran sus poderosas amigas, pero a Kara solo la verían de lejos, además entre ellas había lealtad, una amistad inquebrantable

La comida había llegado a la habitación de Kara, una sopa de verduras y de plato fuerte un filete de pescado con arroz y verduras de guarnición, ella estaba hambrienta, quería pararse para comer ella misma, así que se sentó en la camilla de a poco, comenzó a sentir dolor pero se lo estaba aguantando, con las manos sostenía la tela que le cubría los senos mientras cuidaba la tela de más  abajo

— Demonios, cómo voy a hacer para levantarme, debo llegar a la mesa, no quiero que nadie me esté alimentando — apenas iba a dar su primer paso cuando la puerta se abrió y apareció la elegante mujer mirándola con esos penetrantes ojos verdes

— ¿Qué carajos crees que estás haciendo?

— Lena la miraba fijamente, fue imposible no ver más de ese divino cuerpo, la silueta de Kara era exquisita

— Yo... solo quería llegar hasta la mesa, ahí está mi comida, estoy hambrienta, ¿Por qué me ves tan feo? no estoy matando a nadie

— Sabes que no te puedes levantar de la cama, ¿Por qué no me llamaste?  tus intentos de ser independiente cansan Kara, si algo te pasa los que van a sufrir son los niños, ¿acaso no piensas en eso? ¡Eres una inocente!

Kara se sintió muy regañada, ella no pudo evitar que sus bellos ojos azules se aguaran, Lena a veces era bastante ruda

— ¡No soy una inútil! ¡puedo caminar hasta la maldita mesa y comer por mí misma! no te necesito... así que vete, no estoy presentable para que estes en mi habitación

De nuevo Lena pasó su mirada por el muy desnudo cuerpo de su esposa

— ¿Y que El imbécil de tu jefe venga y   se quede aquí viendote a placer? ¡Por supuesto que no! — la mujer dejó su portafolio y su celular en uno de los sillones, se acercó a Kara para cargarla con cuidado y subirla a la cama, las telas se le terminaron cayendo, ella estaba desnuda frente a Lena

Las mejillas rosas de la mujer revelaban que su pudor estaba aflorando en ella

— ¡No me toques, Lena!

— Kara, soy tu mujer, ¿qué más te da que te vea desnuda? hemos hecho el amor muchas veces, tenemos dos hijos, ¿No entiendo porque no sigues tratando como si fuera una desconocida para ti? ¡Guarda silencio y deja que me haga cargo de ti...!








Amor a segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora