X

1.6K 206 21
                                    


La CEO creyó que por su rechazo la madre de sus hijos podía lastimarse, estaba tocando la puerta para cerciorarse que ella estuviera bien, nunca se había sentido tan vigilada como en estos momentos la tenía Luis. Ese Mellizo era cosa seria.

— Estoy bien, ¿No puedo tener un poco de privacidad? Ve a dormir ya salgo — Kara respondió del otro lado — esa arrogante mujer pensaba acaso que se  moriría por ella, que siga soñando, pensaba la joven madre.

— No tardes demasiado, Luis está rondando la habitación, además ya es algo tarde y ay que descansar — la CEO después de eso se metió en la cama, se acostó como siempre mirando el techo con los brazos cruzados en el pecho, la mujer tenía una elegante forma tétrica de dormir.

Kara salió del baño minutos más tarde, se había lavado la cara para que no se le notaran las manchas de su llanto, ella miró a la fría mujer que yacía dormida como un vampiro, así pudo contemplarla unos momentos, sus delineadas cejas, sus labios finos y besables, su piel perfecta, la madre de sus hijos era una mujer demasiado atractiva sin duda, lo había soñado muchas veces a lo largo de los años, pero ninguno de esos sueños le hizo justicia, ella era la mujer más atractiva que había conocido en toda su vida y eso que a ella le gustaban eran los hombres.

La mujer ya cansada bostezo y se metió en la cama despacio, Lena se había asegurado de dejarle espacio en la cama para que ella durmiera, al principio les costó a ambas conciliar el sueño,  era verano así que la CEO  tenía el aire acondicionado bajísimo, a ella no le gustaba el calor.

Kara se cubrió con el cobertor casi de pies a cabeza, el cuarto estaba demasiado helado, tenía los pies fríos, sin querer fue metiendose entre la pijama de Lena hasta levantarla un poco de los tobillos, entonces fue que puso uno de sus helados pies, en uno de los pies de la CEO.

— ¿Que carajos? — murmuró Lena al sentir algo helado debajo de las sábanas pues lo había despertado, se destapó para ver quién era, no pida ser que se metiera un animal en su habitación, fue entonces que vio el pequeño pie sobre el suyo — ¡Demonios esta mujer párese un cadáver! Bajame el pie de encima, Kara estás, invadiendo mi espacio.

Lena no obtuvo respuesta la mujercita dormía profundamente, aunque era evidente que sentía mucho frío, si se resfriaba sus hijos la hiban a culpar de ser cruel, se puso de pie y saco un cobertor, más abrigador para cubrir a la madre de sus hijos.

Fue en ese momento que detallo las facciones de Kara, ella tenía un hermoso color de piel unos labios carnosos y rosados, su largo cabello rubio adornaba a la perfección el rostro, las tupidas cejas rubias, que cubrían sus hermosos y grandes ojos azules, ella era en verdad una belleza, estaba tan enfadada que no había prestado atención a lo adorable y linda que era, su aura además de elegante, era de paz.

— Solo un año mujer, después de eso me voy a divorciar de ti, tu y yo no somos compatibles — murmuró la mujer, Kara parecía una princesa dormida, Lena no quiso seguir viéndola más, eso le hacía recordar la noche que la tomo y le hiso el amor hasta saciarse, cuando entre besos y caricias llegaron al más explosivo orgasmo llena de placer y satisfacción.

Lena ya no pudo conciliar el sueño, tener a una mujer durmiendo con ella, cosa que jamás había echo, incluso las pocas veces que se había acostado con Helena, terminaba y se iba le había, le había dejado claro que no le gustaba el contacto físico innecesario, su novia no había tenido más remedio que aceptarlo.

De pronto cuando ya estaba quedandose dormida ya de madrugada, sintió como la mujer al lado la abrazaba y le subía uno de los pies, el rose fue tan íntimo que la pierna de Kara quedó justo en el miembro de Lena, lo que la hizo reaccionar a ella, Lena no reaccionaba tan fácilmente a una mujer, incluso Helena tenía que usar algunos métodos más intensos para poder hacer reaccionar el cuerpo de su prometida, no es que no fuera una mujer vigorosa, era que no había encontrado la mujer que la hiciera arder en deseo, al menos eso creía.

— Joder, ¿ahora como me voy a bajar  esto? Está mujercita me ha provocado sin intensión de hacerse responsable, seguro es que reacción por que llevo tiempo sin tener sexo, ya quisieras ser tu la causante de mi erección — peleó la mujer entre susurros.

Muy temprano por la mañana Lena se encontraba tomando una ducha fria, para bajar su erecta polla, tenía su mano puesta en las baldosas y la otra en su bien dotado miembro, comenzó a subir y bajar la mano, la sensación era agradable solo tubo que recordar aquella noche en la que follo con Kara para que la sangre  se le calentará y sus movimientos los hiciera más rapido haci después de unos momentos ahogo sus jadeos mientras se corría nombrado su nombre, {Kara...}

Cuando Kara despertó ella ya no estaba en la habitación, se había vestido y bajado a desayunar para ir a su oficina a trabajar, solo que su padre se le había adelantado y lo estaba esperando en el despacho.

— Papa, ¿Que haces aquí tan temprano? ¿Es por Kara? La boda se va a llevar acabó, los preparativos están en marcha.

— Hija desconsiderada ¿Crees que estoy ciego? As dejado que la madre de tus hijos se haga cargo sola  de todo con el pretexto de que elija las cosas a su gusto, podrás engañar a esa ingenua muchacha pero a mí no, este viejo lobo te llevo años de experiencia, debes hacer las cosas que una futura esposa hace, ser considerada, participar en los preparativos, ser amorosa tus hijos te están observando ellos están preocupados e infelices.

— ¿Que? ¿Ellos te dijeron que están infelices? ¿Pero por que...? Desde que llegaron a mi vida he tratado ser una buena mujer ¿Por que no son felices?

— Tan inteligente en los negocios y tan inútil en tu vida personal, no son felices por que no les has dado un hogar, eso es muy diferente a darles techo y comida, los hijos son alimentados de felicidad através de la madre, ese amor que las madres les da es transmitido por el padre en este caso tu, entonces la que está fallando aquí eres tú, mientras no le des amor a Kara, ellos no sentirán que están en un verdadero hogar.






Amor a segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora