La cuenta atrás. {Wigetta}

Cap 6

Samuel se levanta con dificultad y ayudado por unos médicos, gira a su alrededor para perseguir a Guillermo pero lo redirigen a la sala de espera.  

-Espere aquí, nosotros le avisaremos.- dijo la enfermera dejando a Samuel sentado. El no contesto solo miro al suelo fijamente hasta que cayo dormido. 

Mientras los médicos luchaban por la vida de Guillermo Samuel dormía intranquilo recostado en una silla de la sala de espera a la vez que pequeños susurro y movimientos involuntarios eran causados por él.

-Guille, mi niño, aguanta...- susurro que inconscientemente salían de la boca de Samuel.

Una enfermera removió a Samuel aun dormido para despertarlo.

-Señor. Señor despierte, si quiere puede pasar  a visitar a Guillermo Díaz.- Samuel rápidamente se despejo y fue a la habitación de Guillermo. 

Guillermo estaba tumbado en una camilla con diferentes tubos que conectaban con el y unas maquilas, Samuel se sentó en una silla cercana. Sujeto la mano de Guillermo y la acariciaba mientras miraba una pantalla de donde procedía el pitido rítmico que marcaba las pulsaciones. Permaneció en silencio durante mucho tiempo, esperando a que despertara.

Después de mucho tiempo noto un movimiento por parte de la mano de Guillermo.

-¿Guille?- pregunto Samuel. Guillermo abrió los ojos lentamente.

-¿Que?- pregunto con voz débil y adormilada. Samuel sonrío.

-¿Como te encuentras?-

-Tengo hambre.- dijo Guillermo con su peculiar tono de voz de niño pequeño. Samuel se rió.

-En cuanto vuelvas a casa te pienso hacer el mejor plato de comida que has probado en tu vida.- tanto Samuel como Guillermo sonrieron y cruzaron sus miradas.

Al rato un médico interrumpió en la habitación.

-Hola, ¿cómo se encuentra?- pregunto con una amplia sonrisa.

-He estado mejor.- respondió Guillermo con un toque risueño.- ¿Cuando podre salir de aquí?-

-Mañana por la mañana te daremos el alta, si todo va bien.- apreté con fuerza la mano de Guillermo y el la correspondió. El médico después de hacer un reconocimiento a Guillermo  anoto varias cosas en sus papeles y se retiro.

Ya era de noche y no habían parado de hablar en todo el día. Samuel se decidió acostar en el sillón que había al lado de Guillermo.

-Buenas noches mi niño.- dijo Samuel acurrucándose como podía en aquel sillón.

-Buenas noches mi ángel de la guarda.- dijo en un susurro y sus ojos se cerraron dejando paso a su mundo perfecto.

                                                          Cuenta atrás: 2 días