Cap 20

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Guillermo y Samuel pasaban los días perfeccionando pequeños detalles de la boda faltaba poco para que el gran día llegara. Guillermo estaba nervioso, iba a casarse con su primer amor, Samuel. El estaba emocionado pero dubitativo ¿Cómo sabia que amaba a Samuel si nunca antes había amado? ¿Estaba cometiendo un error? ¿Cómo iba a criar a ese hijo si Samuel los abandonaba? Guillermo no conseguía dar respuesta a esas preguntas hasta que volvía a ver a Samuel. Cada vez que lo veía su sonrisa, su pelo, cada centímetro de su cuerpo le enamoraba.

Ya habían pasado casi 4 meses desde que Guillermo quedo embarazado. Este acariciaba su estomago algo abultado durante casi todo el día.

Guillermo y Samuel habían ido a dar un paseo por las calles de Madrid se sentaron en un banco de un parque solitario. Miraban a la nada mientras se oía como los pájaros jugueteaban en los arboles que los rodeaban. Samuel paso el brazo por los hombros de su compañero y lo acerco hasta él. Poso su cabeza en el hombro de Samuel mientras tenia las manos en su vientre, como de costumbre. Permanecieron callados y relajados, cuando de pronto Guillermo se separo de Samuel y mantuvo la vista fija en su tripa que tapaban las manos.

-¿Que pasa?- pregunto Samuel, pero ni si quiera recibía una mirada como contestación. Guillermo no se movía hasta que agarro una mano de Samuel y la puso a la altura de su ombligo. -¿Pero que?- Guillermo interrumpió a Samuel haciéndolo callar y al poco tiempo noto como unos golpes salían desde el interior del vientre de Guillermo. Samuel abrió los ojos y la boca sorprendido.

-¿Lo notas?-  pregunto Guillermo.

Samuel asintió y mantuvo la mano es la misma posición durante un tiempo, después de eso abrazo fuerte a Guillermo y susurro. -Sois tan perfectos. Nunca me dejen.-

***

Guillermo se miraba al espejo e intentaba abrochar su traje de una manera para disimular un poco su abdomen abultado. Arreglaba cada dos por tres su pelo, abrochaba y desabrochaba su pajarita color lima. Estaba ignotizado en el espejo mirando para estar perfecto al cien por cien pero alguien le interrumpió.

-Hola ¿se puede?- pregunto una voz misteriosa. Guillermo afirmo y después una señora con apariencia elegante y arreglada entro por la puerta. -Que chico más guapo se ha buscado mi hijo.- la señora sonrió y se acerco a Guillermo.

-¿Usted es la madre de Samuel?- pregunto Guillermo mientras forcejeaba con la pajarita.

-Si. No sabia que Samuel tenia tan buen gusto.- la señora aparto las manos de Guillermo de la pajarita y con delicadeza comenzó ha arreglarla.

-Gracias señora.- ella rio.

-No me llames señora, llámame mamá.- después de terminar con la pajarita acaricio su mejilla.

-Esta bien, mamá. ¿Como se encuentra Samuel?-

-Muy nervioso, casi tanto como tu.- Guillermo soltó una pequeña risa. La señora poso su mano en en abdomen de Guillermo.- ¿Este es mi futuro nieto, nieta?- Guillermo afirmo con la cabeza. - Con estos padres tan guapos seguro que sale bellísimo o bellísima.
Después de aquella conversación con esa amable señora Guillermo se sentía mas tranquilo y seguro.
Sus piernas empezaron a fallarle y a crearle alguna molestia, pero era tan rutinario que lo paso por alto.

-El novio puede pasar a la sala, lo esperan.- dijo un joven que Guillermo reconocía de fotos que Samuel le enseñaba.
Guillermo iba con paso aparentemente firme pero nervioso a la puerta. Al abrirla vio a su futuro esposo arreglado con un traje y una corbata morada. Samuel fijo la vista en el y esbozo una gran sonrisa.
Guillermo se acerco hasta él y le dio la mano. Ambos volvieron la vista al juez.

-Bien, vamos a empezar.- dijo él juez



La cuenta atrás. {Wigetta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora